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Carlsen y Karjakin convierten el ajedrez en un juego oscuro

Carlsen y Karjakin convierten el ajedrez en un juego oscuro
Federico Marín Bellón el

Tanta perfección no es buena. Magnus Carlsen y Sergey Karjakin han convertido el ajedrez en un juego oscuro y poco divertido. Otras tablas sin vida, esta vez en 33 jugadas, aunque se veían venir casi desde la número 12, han servido para prolongar e intensificar el sopor hacia el que ha ido deslizando el Mundial de Ajedrez. Con partidas de baloncesto callejero en los parques de Nueva York y paseos andando o en helicóptero, parece que los contendientes disfrutan más fuera que dentro del tablero. Lo más interesante ahora mismo es adivinar quién tiene ventaja psicológica. Siete empates consecutivos en un campeonato que debe decidirse en doce partidas se antojan demasiados. 

La rueda de prensa también fue más divertida que la partida

Otro de los entretenimientos de cada jornada es descubrir al encargado de hacer el saque de honor. Ayer fue el actor y escritor Gbenga Akinnagbe, conocido sobre todo por la serie «The wire». Por la pecera en la que los candidatos juegan, aislados del ruido de Nueva York y del público, han pasado ya Woody Harrelson y el director de cine Bennett Miller. Quizá todo esto es una película y el Mundial no es real. Si así fuera, habrá que confiar en que los guionistas estén más inspirados con el final.

Una de las conclusiones que pueden sacarse de la séptima partida es que Carlsen juega mucho peor cuando se confía (como todo el mundo, por otro lado). Después de igualar con la gorra en la apertura, jugó un Tc8 natural pero impreciso y de pronto se vio con un peón menos. Para su fortuna, los alfiles de distinto color garantizaban las tablas casi en cualquier variante, y lo que se vio después fue solo algo de teatrillo para no firmar un empate vergonzosamente prematuro.

El lenguaje corporal nos dice que Carlsen es además quien parece más afectado por la sucesión de tablas, aunque en realidad ha jugado mejor y dominado durante más tiempo. Es el único que ha intentado algo. Karjakin solo ha estado un vez con posibilidades y las desperdició en cuatro jugadas. Y sin embargo, parece feliz, aún subido a la nube. El ruso, por otro lado, deberá jugar con negras tres de las cinco partidas que quedan y con las aperturas, en teoría el punto débil del campeón, todavía no ha demostrado ninguna superioridad.

El actor Gbenga Akinnagbe sorprendió a todos con la jugada 1 d4, quizá también a Karjakin

Gbenga Akinnagbe, por su parte, estuvo simpatiquísimo. Muy contento de poder ver el Mundial en vivo, demostró sentido del humor en cada respuesta. Judit Polgar le preguntó qué papel le gustaría interpretar en una película sobre ajedrez y respondió que el de Magnus, antes de romper a reír. Quién dice que el color sea un obstáculo. Impresionado por las defensas numantinas de Karjakin, se atrevió incluso  a hacer algún comentario técnico sobre el juego. Un tipo listo y encantador.

Polgar, por su parte, cree que Magnus no está a gusto con lo ocurrido en la primera mitad del duelo y que Karjakin está repitiendo la estrategia del torneo de Candidatos, cuando «se limitó» a defender y a aprovechar sus oportunidades, lo que dejó fuera del Mundial al deseado Fabiano Caruana. Judit también remarcó que Sergey no ha creado una sola oportunidad por sí mismo en su duelo con Magnus.

Svidler y Gustafsson, que comentaban en inglés para Chess24, tuvieron una fase de risa floja, totalmente desconectados del juego. El gran maestro ruso llegó a pedir perdón por semejante «falta de profesionalidad». No es a ellos a los que cabe pedir más.

A todo esto, el momento más divertido del Mundial puede que haya sido este:

Without a doubt the best moment in the match so far! #CarlsenKarjakin #Helicopter pic.twitter.com/WphlHbTGQm

— Erwin l'Ami (@erwinlami) 19 de noviembre de 2016

 

 

 

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