Nueva York acogerá del 11 al 30 de noviembre el próximo duelo por el título mundial, en un intento más por «occidentalizar» el ajedrez y atraer al público americano, ahora que Estados Unidos vuelve a ser una potencia. Magnus Carlsen defenderá su corona ante el ganador del Torneo de Candidatos, que empieza en Moscú el próximo día 11. El retador del noruego saldrá de este selecto grupo de grandes maestros: los estadounidenses Hikaru Nakamura y Fabiano Caruana, los rusos Peter Svidler y Sergey Karjakin, el indio Viswanathan Anand, el búlgaro Veselin Topalov, el holandés Anish Giri y el armenio Levon Aronian.
La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) ha anunciado una bolsa de premios para el Mundial de «al menos un millón de euros», sin dar demasiados detalles ni precisar patrocinadores, más allá de su acuerdo con AGON. Nada nuevo. Un año más, el duelo se planea a doce partidas, lejos de los clásicos enfrentamientos a 24 o al ganador de seis encuentros.
La FIDE espera atraer a más de mil millones de aficionados, a través de internet y de televisión. Su sueño sería que uno de los dos candidatos americanos, Nakamura o Caruana, se enfrentara al campeón. No llegaría a la audiencia de la Super Bowl, pero…
En la nota de la Federación Internacional se recoge una primera reacción del alcalde de la ciudad elegida, Bill de Blasio: «Todos los neoyorquinos damos la bienvenida al Mundial otra vez en Nueva York. Qué mejor lugar que una ciudad donde los parques están llenos de entusiastas del ajedrez». Después de Bobby Fischer, campeón en 1972, el último estadounidense que se acercó al título fue Gata Kamsky, quien perdió la final frente a Anatoly Karpov en 1996.
En el Torneo de Candidatos, los ochos jugadores se reparten una bolsa de 420.000 euros, aunque el premio gordo es la posibilidad de retar al campeón. Mientras Estados Unidos espera ver su bandera junto a la noruega, Anand y Topalov guardan sus (pen)últimas balas en la recámara, los rusos parecen los renacidos, Aronian debería dar por fin lo que se espera de él y Giri querrá demostrar que el futuro ha llegado.
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