Se juega en San Luis el torneo Champions Showdown, con ocho de los mejores ajedrecistas del planeta: Carlsen, Caruana, So, Grischuk, Nakamura, Ding Liren, Topalov y Domínguez. La partidas son todas rápidas y relámpago, sin incremento de tiempo. Después de unas pocas rondas ya se ha visto que algunos duelos terminan con las piezas volando sobre el tablero sin el menor control. Es un ajedrez trilero, en verdad divertido, pero con un componente de bingo quizá excesivo en los apuros, cuando ni los árbitros tienen tiempo material de intervenir aunque vean una jugada ilegal.
En la excelente foto de Lennart Ootes, Wesley So y Lenier Domínguez mueven tan rápido que ni siquiera «se esperan». Obviamente, los dos jugadores no pueden jugar a la vez
La declaración de intenciones de los organizadores no deja lugar a dudas: «Por primera vez en la historia reciente, cada partida se jugará sin retrasos ni incrementos de tiempo, lo que significa que serán más rápidas y más estimulantes para los espectadores, por internet o presenciales en el Club de San Luis. Cada día las partidas serán más rápidas y con menos tiempo en el reloj».
Magnus Carlsen, campeón del mundo, ha salido en defensa del sistema, en declaraciones recogidas por Chess24: «Creo que no hay excusas… Si quieres jugar como si fuera una partida con incremento y culpar a otros cuando pierdas por tiempo, no vas a tener mi apoyo».
Para que el lector pueda juzgar por sí mismo, dejo un par de vídeos con momentos estelares del «ajedrez sobre hielo»:
En otra partida del torneo, Caruana-Grischuk, que ganó el primero en posición muy inferior (aquí se puede reproducir la partida), pudimos ver más piezas voladoras, escapistas o caminantes, puede incluso que zombis.
Recordemos que, según el reglamento, si el árbitro observa una jugada ilegal, debe declarar la partida perdida al infractor, siempre que su rival no haya realizado el siguiente movimiento. Como recordaba el árbitro Chris Bird, es «muy difícil saltar cuando los jugadores mueven tan rápido». También es ilegal utilizar las dos manos para realizar una captura, como hace Domínguez en el primer vídeo.
A todo esto, cualquiera que sea nuestra opinión sobre el asunto, creo que solo cabe admirar el gesto de Veselin Topalov, quien ofreció tablas a Hikaru Nakamura cuando a este último solo le quedaba un segundo. No es que Caruana o Domínguez merezcan nuestra reprobación por atenerse al reglamento y aprovecharlo para ganar, pero actos así siempre merecen el aplauso.
Para terminar, veamos otro vídeo, de una partida clásica, entre Ludwig Rellstab y Efim Bogoljubow, para que podamos observar cómo reaccionaba algunos a la derrota (y a la victoria) en los viejos tiempos… en los que también pasaba de todo, que nadie se equivoque.
Con todo esto, me pregunto: ¿no es suficientemente interesante el ajedrez rápido? Renunciar a un invento tan sano como el incremento, aunque solo sea de uno o dos segundos, podría ser una medida algo extrema. Se admiten opiniones.
Nota: para los no iniciados, el incremento significa que después de realizar un movimiento, al jugador se le suma un tiempo estipulado (uno, dos, cinco segundos…) para evitar que, si mueve a una velocidad razonable, se quede sin tiempo y pierda una posición muy superior. Lo que dice Carlsen también es cierto: si no tienes incremento, debes jugar de otra manera o perderás más partidas de las que mereces.
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