El gran maestro Fabiano Caruano, número tres del mundo, ha anunciado que regresa a Estados Unidos, noticia que confirma lo adelantado hace un mes por «The New York Times» y que revaloriza la parodia del programa de Jon Stewart, cuyos chistes ofendieron a tantos. En efecto, el país más poderoso del planeta estaba «comprando empollones» y el dinero del multimillonario Rex Sinquefield parece estar detrás de la operación. Hikaru Nakamura y Wesley So (recién «fugado» desde Filipinas), se unirán al italoamericano en un equipo de leyenda, que tiene sangre repartida por medio planeta. Sangre joven, además. El verdadero sueño, no confesado, es tener de nuevo un campeón mundial, algo impensable antes y después de Bobby Fischer, pero una posibilidad real con Caruana, de 22 años. Nakamura, bien colocado, ha mostrado hasta ahora cierta barrera mental cuando se ha enfrentado a Magnus Carlsen.
Caruana y la Federación de Estados Unidos comunicaron el nuevo cambio de nacionalidad del jugador por medio de una nota de prensa, datada en San Luis, donde Fabiano recibirá una beca de su prestigiosa universidad, famosa por sus esfuerzos en favor del ajedrez. En la actualidad, el jugador tiene la doble nacionalidad, italiana y estadounidense. Nacido en Miami, ha competido en la última década bajo la bandera italiana, pero ahora está «absolutamente emocionado por representar a los Estados Unidos de nuevo y trabajar con el Club de Ajedrez de San Luis», según declaró en el comunicado. Fabiano expresó también su gratitud por el apoyo prestado por la Federación Italiana en la última década y les deseó «lo mejor para el futuro».
Jean Hoffman, director ejecutivo de la federación estadounidense, calificó como hecho histórico el fichaje de Caruana, con el que su selección tiene, por primera vez en su historia, a tres ajedrecistas entre los diez mejores del mundo. Fabiano espera debutar como americano en la segunda mitad del Grand Chess Tour (nuevo circuito diseñado para que jueguen de forma permanente ocho de los mejores del mundo) y en la Copa Sinquefield, en San Luis, que ya ganó el año pasado en una formidable actuación.
En cuanto a la selección, todavía hay un par de países (Rusia y China) cuyo cuarto tablero es mejor que el estadounidense (Robson y Kamsky se disputan la plaza), lo que implica un potencial como mínimo parecido, pero el «tridente» que podrá exhibir EE.UU. en las próximas competiciones por países no tiene parangón. Si Fischer hubiera dispuesto de un equipo así, puede que el ajedrez estuviera ahora mismo en otra dimensión. Solo falta que Kasparov se anime a volver tras su paliza a Short, para completar un cuarteto casi invencible. Seguro que esta nueva nacionalización tampoco es demasiado complicada. De momento, le acaban de nombrar doctor honoris causa en Derecho por la Universidad de San Luis, de lo que ya hay testimonio gráfico, tuiteado por el propio centro académico.
La competencia de los americanos mira con miedo al nuevo gigante. Carlsen solo tiene un compatriota en el top 100. Anand cuenta con otros dos compañeros en la selección de la India, aunque solo Harikrishna muestra un gran nivel. Topalov apenas dispone de la ayuda de Cheparinov en Bulgaria. Giri está solo con Holanda. Solo las viejas superpotencias, a falta de un número uno rompedor de verdad, mantienen ciertas ventajas en competiciones por equipos. Rusia, con Grischuk como punta de lanza, puede presumir de tener diez jugadores entre los cuarenta primeros del mundo. Armenia lucha por estar en la élite con cuatro entre los cien mejores, al igual que Francia. Inglaterra tiene a cinco. La emergente china, auténtica alternativa a los rusos, tiene siete grandes maestros entre los 50 con más Elo. España solo tiene a Paco Vallejo en la élite, donde seguimos esperando la llegada de los jóvenes Iván Salgado y David Antón.
Entradas relacionadas:
Jon Stewart y la parodia que ofende a los ajedrecistas
La increíble derrota de Wesley So por tomar notas en una partida
Caruana amenaza a Carlsen y roza el número uno
Fabiano Caruana, el Bobby Fischer italiano
Ajedrez