Paco Vallejo ha estado a punto de ganar el Magistral de León, pese a que su rival en la final era Wesley So, que le saca más de 200 puntos Elo en ajedrez rápido. De hecho, el estadounidense es el número 2 del mundo en esta variante (7 en la ajedrez clásico). Este se impuso en las partidas de desempate y logró su segundo título consecutivo en el torneo español. El menorquín logró mejores posiciones en casi todas las partidas y volvió a demostrar que tiene talento para ganar a cualquiera. Su victoria añade valor, como si hiciera falta, a la lucha en semifinales de Jaime Santos. Los dos españoles nos recordaron dos lecciones básicas del ajedrez…
Fotos: Luque / Magistral de León
Primera lección
Santos, joven promesa local, tuvo ganado el encuentro en semifinales contra Vallejo. Lo habría conseguido si hubiera seguido un simple consejo, que dejó dicho hace décadas Savielly Tartakover: «Nadie ganó nunca una partida abandonando». Hay que grabarse esta frase a sangre y fuego. Tartakover era algo así como el Oscar Wilde del ajedrez (si las citas no son suyas, se le atribuyen). Esta puede parecer una perogrullada, pero si el gran maestro leonés le hubiera hecho caso, hoy habría disputado la final.
El duelo entre españoles fue apasionante, en cualquier caso, y nos deja otras enseñanzas, como que nunca hay que confiar en el rival, por bueno que sea. Ocurre a menudo que contra un ajedrecista más experimentado, damos por hecho que sus jugadas son buenas, que si las hace es porque las ha calculado bien. Le ocurrió el día anterior a Praggnanandhaa contra Wesley So, en la apertura de la segunda partida, y ayer le pasó a Santos.
El leonés ganó la primera partida explotando sus virtudes: juego muy veloz, ajedrez pragmático y fácil comprensión de las posiciones. Su apertura no parecía dar más que una mínima ventaja, pero con poco tiempo en el reloj cualquier desequilibrio puede ser definitivo. La segunda y tercera partidas terminaron en tablas y llegó la cuarta y decisiva, en la que ocurrió la tragedia. En posición ganada, Paco vio fantasmas y se dejó la partida en una jugada. Ocurre en ajedrez, en boxeo y en pocos deportes más. Su suerte fue que Jaime había visto los mismos espectros y abandonó sin realizar su única jugada legal, ¡que ganaba!
De hecho, en un primer momento los comentaristas Pepe Cuenca y David Martínez dieron por hecho que Vallejo había abandonado. Tardaron unos segundos en comprender lo que había pasado y varios minutos en encontrar la explicación completa al enigma.
Segunda lección
En la final, Vallejo se dejó la piel contra So y lo tuvo contra las cuerdas, pero el jugador de origen filipino hizo dos cosas muy bien: defenderse y mantener la calma. Después de la final admitió: «Paco ha jugado muy muy bien, ha sido complicado. Estuvo mejor en casi todas las partidas y ha podido ganar el duelo perfectamente». También se mostró autocrítico. Él pensaba que aprendería la lección después de perder la primera partida contra Pragg y le volvió a pasar lo mismo.
Vallejo, por su parte, jugó mucho mejor que el día anterior contra Santos. «Ayer tuve la suerte que hoy no he tenido», admitió. «He jugado mejor, pero el ajedrez es un poco como el tenis. Si juegas mejor, haces jugar a tu rival peor. Estoy un poquito triste, porque creo que he tenido mil oportunidades, pero hay que felicitar a So porque ha defendido muy bien. He desaprovechado posiciones, pero el ajedrez es difícil. He tenido ventaja en las primera cinco partidas, pero no sirve de nada si no ganas».
Nada que objetar a su derrota, aunque el entrenador y comentarista David Martínez apuntaba una de las causas: Vallejo debería gestionar mejor el tiempo. El propio protagonista redondeó la lección: «En ajedrez a veces es mejor jugar rápido que jugar bien». Sobre todo en partidas rápidas, matizó, cuando el incremento es tan pequeño. No es una nueva enseñanza. Ya había comentado por aquí cuánto insiste en ello el gran maestro Amador Rodríguez.
Lo mejor de todo es que la «enfermedad» tiene cura y Vallejo es, según Martínez, «uno los mejores del mundo calculando». Según «El Divis» a Paco solo le falta gestionar mejor el tiempo y mejorar un poco en los finales, donde Carlsen, Anand, Kramnik y el propio So son algo superiores.
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