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Caruana desaprovecha la oportunidad de su vida

Caruana desaprovecha la oportunidad de su vida
Federico Marín Bellón el

Dicen que quienes olvidan su historia están condenados a repetirla. Magnus Carlsen no ha olvidado, con seguridad, que en el anterior Mundial perdió la octava partida contra Sergey Karjakin después de siete tablas. Fabiano Caruana intentó copiar el guión, pero en uno de los momentos críticos fue demasiado prudente y dejó escapar vivo al campeón. En la partida anterior no vio un mate «invisible» y nadie lo criticó, pero esta oportunidad perdida podría pesarle para siempre. El Mundial de Ajedrez se ha animado un poco, pero estaría al rojo vivo si la partida no hubiera terminado en tablas, una vez más. Resultado global: 4-4, a falta de cuatro partidas.

En la fotografía de arriba vemos a Demis Hassabis (detrás de Caruana, a la izquierda), máximo responsable de Deep Mind, la empresa que está detrás de AlphaZero. El señor que aparece en el centro de la foto es  Stephane Escafre, árbitro principal del encuentro, aunque los organizadores afirmaban que era Hassabis.

De cualquier modo, después de la calma sobrevino la tormenta. Carlsen admitió ayer que había estado «demasiado suave» y ambos grandes maestros comprendieron que estaban obligados a dar más. Entraron así en una defensa siciliana abierta, a pecho descubierto. Ya teníamos los truenos. Faltaba ver después verdadero ánimo de lucha.

En este nuevo escenario, se vio una vez más que la preparación de Fabiano Caruana en las aperturas es excelente. En la jugada 19 solo había gastado unos pocos minutos, jugaba prácticamente «al toque» y le sacaba 40 minutos a Carlsen, en una posición verdaderamente compleja. El campeón tenía su rey semidesnudo, con solo uno de los tres peones de su enroque en la casilla inicial, después de jugar f5 y g5, dispuesto a disipar todas las dudas sobre su capacidad de lucha.

Quizá había caído en la trampa, porque las máquinas le daban ya a Fabiano una ventaja de +1, equivalente a un peón. Eso después de un análisis profundo, que prueba lo difícil que es el ajedrez. Con una profundidad de 20 medias jugadas (la que ofrece Chess24 en su versión gratuita, por ejemplo), la ventaja del blanco era de 0,3. Excavando mucho más hondo, algo solo al alcance de equipos informáticos muy caros y potentes (recomiendo esta web para comprobarlo), la evaluación era de +1,2. Lo mejor para Caruana es que la máquina le ofrecía varias continuaciones suficientes para mantener la ventaja.

A veces, la única forma de mantener el predominio es seguir una línea tan fina que ningún humano es capaz de mantener el equilibrio sobre ella. El verdadero peligro es cuando los ordenadores empiezan a decir que varias continuaciones favorecen a un bando. Eso suele significar que está perdido. Por otro lado, los programas informáticos van cambiando constantemente su evaluación a medida que profundizan. En algunas posiciones, necesitarían horas para determinar con seguridad cuál es la mejor jugada. Ahí es donde un humano como Carlsen puede demostrar que la intuición humana no es un factor despreciable, sobre todo porque puede ser incluso instantánea.   

Momentos críticos del Mundial

Después de la jugada 20, las perspectivas de Fabiano Caruana empezaban a ser mucho mejores

La jugada 20 fue justo la primera en la que Caruana empezó a pensar, antes de efectuar el movimiento recomendado por las máquinas. Después de Ac3, su horizonte era muy favorable, aunque la prueba de la complejidad casi infinita del ajedrez es que con profundidad 20, Stockfish daba +0,13, mientras que el mismo programa, en un ordenador más potente y capaz de profundizar más, pensaba que era cercana a un punto entero (lo que equivale a un peón). El ajedrez no es una ciencia exacta. O sí, peor aún no hemos llegado a eso.

Es posible que, desde un punto de vista matemático, el negro ya estuviera perdido. A David Antón cada vez le gustaba más la posición de Caruana y pensaba que Magnus iba a sufrir, «tanto por tiempo como por posición». «Las jugadas del blanco son mucho más fáciles», insistía.  

Poco después, Carlsen se quedaba con poco más de media hora para casi veinte jugadas, una situación inusual en él. Parecía el momento clave (uno más) del duelo por el Mundial. La supermáquina ya daba una ventaja de casi dos peones si el blanco respondía con el sacrificio de peón c5. Otros movimientos dejaban la ventaja casi diluida.

«La jugada c5 es un cañonazo, pero no es nada fácil de hacer», decía Pepe Cuenca. Ruslan Ponomariov, en Chess.com sí pensaba que Fabiano la vería y que luego ganaría la partida. Antón también creía que era fácil de valorar y Svidler añadía que en un torneo normal, lo habría jugado mucho antes, ya que era una jugada «muy obvia para cualquiera que hubiera jugado esta estructura alguna vez». El GM Ben Finegold decía incluso que creía que Fabi movería c5 por cómo estaba sentado en la silla, completamente inclinado sobre el tablero.

Así de animadas son las ruedas de prensa en Londres. Fotos. World Chess

Fabiano, por si acaso, se lo pensó más de media hora antes de jugar la buena. Luego echaría de menos ese tiempo malgastado, pero de repente, todas las líneas le auguraban gran ventaja, decisiva para la partida y quizá para el Mundial, aunque la posición era extremadamente complicada, mucho más que la que desaprovechó Carlsen el primer día. Nada estaba decidido, por supuesto, pero la mayoría de expertos apostaban por una victoria blanca, lo que supondría además que tendríamos nuevo número uno del mundo, después de siete años y medio.

Lo sorprendente vino después, con una jugada bastante timorata de Caruana, con la que perdía casi toda su ventaja. Su 24 h3, «una jugada de loser», apuntaba alguien, cambiaba la evaluación por completo. Antón criticaba sobre todo la gestión del tiempo por parte de Caruana, que pensó lo que era obvio y luego le faltó tiempo en las decisiones difíciles de verdad. Desde luego, la solución no era fácil, e implicaba calcular muchas complicaciones, pero un campeonato del mundo no se gana haciendo solo jugadas sencillas. 

Caruana, por dentro, tuvo que pasar un infierno después de eso, pero al menos no dejó escapar el punto completo. Tampoco era fácil. Habrá que ver cómo supera este contratiempo psicológico. De repente, la filtración del famoso vídeo parece una broma sin la menor importancia. Según Artur Kogan, que lo conoce bien, el italoamericano es capaz de seguir sin mirar atrás. Veremos. 

Así fue la octava partida:

Mundial femenino

Entretanto, empezó la final del Mundial femenino, entre la campeona, Ju Wenjun, y la rusa Kateryna Lagno, que tuvo opciones de ganar en una primera partida muy entretenida, pese a las tablas finales. Cuatro errores seguidos animaron la lucha. En este caso también se puede decir que la arruga es bella.

Así fue la primera partida del Mundial femenino

Ju Wenjun (China) 0,5 – Kateryna Lagno (Rusia) 0,5

Ajedrez

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