No es difícil imaginar el infierno que está pasando Ian Nepomniachtchi después de fallar de forma clamorosa en la novena partida del Campeonato del Mundo de Ajedrez. Las preguntas en la rueda de prensa rozaron la crueldad, a veces. A favor del candidato hay que decir que nunca ha perdido la educación, que ha luchado hasta donde ha podido y que sigue dando la cara después de cada revés.
Hoy le preguntaban, por ejemplo, cómo se sentía a falta de cinco partidas para el final, si acaso es capaz de remar hasta la número 14. «Peor de lo que esperaba» fue su escueta respuesta, aunque por dentro tendría ganas de mandar a todos a algún sitio feo, a lo Fernando Fernán Gómez.
La novena partida, que empezó bien, se acabó realmente en la jugada 27, cuando Nepo movió un peón a c5 y se dejó atrapar el afil que tenía en b7. Magnus solo tuvo que responder c6 para mostrar al mundo que estaba a punto de ganar otra vez, de forma irremisible. Veamos:
En Dubái hemos visto un par de partidas espectaculares, incluida la más larga vista nunca en un Mundial. Aunque el ganador fuera Carlsen, las partidas de ajedrez son una obra conjunta. Sin la resistencia del perdedor, el otro ajedrecista no puede ofrecer gran cosa. Se ha visto hoy con claridad.
Por supuesto, es una pena que haya cometido varias imprecisiones en partidas anteriores, además de los dos errores graves finales, lo que nos ha dejado un desenlace de campeonato en el que es improbable que haya la menor emoción. En otros tiempos, Nepo habría sufrido un duro castigo en su país y en unos pocos años, o meses, estaría pidiendo asilo en cualquier otro país. Ya veremos lo que opina Putin y si esto es relevante.
Hoy, algunos bromeaban a propósito de la ayuda de Karjakin, que llegó en vuelo directo desde Moscú, como si quien se sienta a jugar cada día no fuera Nepomniachtchi. Con cierto humor negro, el chascarrillo era que a Rusia le sería más fácil anexionarse Noruega que llevarse el título a casa.
Jonathan Rowson, gran autor de libros de ajedrez, señalaba que quienes confunden los errores de Nepo con su nivel de juego están completamente equivocados. «Lo que indican sus fallos es el límite del sistema nervioso humano cuando es forzado a un encuentro con un rival superior, día tras día».
Una crónica más completa de la partida y la situación del Mundial se puede encontrar en la sección de Deportes de ABC.
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