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Carlsen acaba con un fantasma y gana en Bilbao

Carlsen acaba con un fantasma y gana en Bilbao
Federico Marín Bellón el

A veces, más importante que ganar un torneo es acabar con una sombra que nos persigue. El campeón del mundo no es ajeno a este drama, tan humano y repetido. A Magnus Carlsen se le resistía hasta más allá de lo imaginable el holandés Anish Giri, que había salido vivo, e incluso triunfante una vez, en sus 16 anteriores enfrentamientos. Las agónicas tablas entre ambos en la primera vuelta le sentaron fatal al noruego. Pero la joven estrella llegaba herido a su decimoséptimo duelo (ha cometido errores insólitos estos días) y el tiburón olió la sangre. Aunque se alcanzó una posición igualada, según las máquinas, el público sabía que la tragedia podía sobrevenir en cualquier momento. Y así fue. Al bueno de Giri quizá le ha pasado factura su intento de ser más agresivo para quitarse de encima la fama de tablífero.

Con su victoria de este viernes, Magnus Carlsen se asegura además la victoria en la Final de Maestros de Bilbao. A cambio, se irá de la capital vizcaína con un pequeño revés en el orgullo. El estadounidense Hikaru Nakamura logró a su vez alejar algunos fantasmas e imponerse a Carlsen, que se había convertido en su bestia negra. Fue en la primera ronda del torneo, que sin embargo apenas ha tenido emoción, además de un exceso de tablas, salvo cuando jugaba el campeón. Quizá la regla de Bilbao, que da tres puntos al ganador de una partida, como en el fútbol, no sea un aliciente suficiente.

Excelente imagen de Nakamura, quien veía cómo Carlsen se le escapaba en la clasificación general. Fotos: Manu de Alba

La actitud de Magnus en la penúltima ronda contrastó, por otro lado, con su talante pacífico en el segundo duelo contra Karjakin. Ya lo derrotó en la primera vuelta y no necesitaba mayores demostraciones, antes del Mundial que jugarán en noviembre. Fueron unas tablas fugaces, por repetición de jugadas, con coartada intachable desde el punto de vista ético pero tristes para el espectáculo. «He intentado evaluar muchas variantes, pero he gastado mucho tiempo y no le visto claro. Lo razonable eran las tablas», justificó Carlsen en la rueda de prensa posterior.

La próxima vez que Carlsen y Karjakin se sienten frente a frente será en Nueva York. Y la próxima que el noruego se mida con Giri, lo mirará de otra manera. Nakamura también se ha quitado un lastre de encima. Quizá todo sirva para que en el futuro los resultados entre todos ellos sean menos previsibles.

Quien no sale precisamente reforzado es el aspirante, Karjakin, no solo por su derrota ante el campeón. No ha ganado una sola partida en Bilbao y su espíritu de lucha no ha tenido nada que ver con el de Carlsen, auténtico y casi único animador de la fiesta. Incluso la brecha de Elo entre ambos se ha ensanchado un poco. Salvo como estrategia de despiste o de ocultación de cartas, mala señal. Carlen no se conforma. Este sábado saldrá a morder, una vez más: «No importa que ya haya ganado. Mañana quiero jugar y luchar y si Wesley So también quiere tendremos una bonita pelea», afirmó.

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