Un único premio de 10 millones de dólares impulsan la carrera de cualquiera, pero se da la circunstancia añadida de que Justin Bonomo no es un cualquiera. El estadounidense, de 32 años, ha superado a Daniel Negreanu como el mayor ganador de la historia en torneos en vivo. Su victoria en el torneo Big One for One Drop en las Series Mundiales lo ha catapultado hasta esa posición. En total, roza los 43 millones de dólares en ganancias, más de 37 millones de euros. Suma además su tercer brazalete en las WSOP.
Foto: Jamie Thomson / WSOP
El año fiscal de Bonomo no ha sido malo, con 25 millones en premios a lo largo de 2008. La racha empezó en Macao, en marzo, con 4,8 millones de dólares en un high-roller y siguió en mayo con 5 millones más en Las Vegas, en otro torneo de entrada prohibitiva. En realidad, la lista de premios acumulados puede ser muy engañosa, por cuanto no considera los gastos en inscripciones o el número de torneos en los que un jugador acaba sin premio.
Bonomo, sin perder la objetividad, declaraba después de ganar su tercer brazalete que entiende que la lista de ganancias «no define la talla de un gran jugador», aunque sentía que este año ha jugado un «póker fantástico». «No voy a decir que soy el mejor jugador del mundo, pero estoy seguro de que no ando lejos y me siento muy orgulloso de lo que he hecho». Y aunque pueda parece casualidad su lista de éxitos, él asegura que se toma el póker muy en serio, que estudia todo lo que puede, lo que alterna a diario con la meditación.
Bonomo derrotó en el mano a mano final a Fedor Holz, de 24 años, en un torneo en el que el español Adrián Mateos no tuvo suerte. Holz, con los 6 millones de consolación, asciende a su vez al cuarto puesto entre los grandes ganadores de la historia. Daniel Negreanu, líder de la clasificación hasta hace dos días, felicitó por Twitter al actual número uno. El canadiense se declaró «impresionado» por el año de su rival y «aliviado» de la presión de sentir a todos esos jóvenes a su espalda.
Mateos, por cierto, ya está en el puesto 30 de la lista, con 15,6 millones, y es el segundo en otra clasificación que dice mucho de su estado de forma, el Global Poker Index. Durante buena parte del año ha estado en primera posición, que ahora ocupa el británico Stephen Chidwick.
Hay otro factor que hace que los gastos y los ingresos de los jugadores de estos supertorneos sean difíciles de rastrear. Es habitual que se vendan «acciones» para compartir la carga de la inscripción. Saber apostar por un «caballo ganador» puede ser tan rentable como jugar bien. El propio Bonomo recordaba en Twitter hace unos días que vendía acciones de su participación, aunque anunciaba que un 5% del posible premio sería donado. Al fin y al cabo, el One Drop nació para apoya una causa benéfica y llevar agua a los rincones del mundo que lo necesitan. El torneo de póker fue una iniciativa de Guy Laiberté, también fundador del Cirque Du Soleil.
Como última curiosidad, el One Drop se jugó con reloj, algo que reclamábamos hace tiempo en este blog y que empieza a imponerse en los torneos en los que todos los participantes son profesionales. Cuando hay aficionados de por medio, la herramienta puede resultar algo intimidatoria.
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