Los candidatos parecen agotados. O atenazados. Algunos ya solo piensan en terminar con dignidad, otros en sobrevivir y unos pocos, los que aún tienen opciones, en no tirarlas por la borda en un instante. En ese río revuelto ha aparecido Karjakin, que derrotó a Aronian en la décima ronda. El armenio ha terminado como la víctima inesperada de un grupo que huele la sangre. Ding Liren hizo tablas, como es natural, aunque pudo ganar a Grischuk una partida muy interesante. Incluso Kasparov lo aplaudió desde San Luis.
Quedan tres rondas y solo cuatro jugadores parecen capaces de ganar el torneo de Candidatos. Fabiano Caruana, Shak Mamedyarov, Alexander Grischuk y Sergey Karjakin (que ha ganado dos partidas seguidas) tienen el 90 por ciento de las papeletas de un sorteo que deciden los nervios, el talento y la resistencia.
Pese al aumento de tablas en las últimas rondas, el interés no ha decaído. El empate entre Grischuk y Ding Liren fue el ejemplo perfecto. El ruso provocó a su rival con una apertura simétrica. Puede que aquello despertara al excelente gran maestro chino, que sin embargo cedió medio punto, atrapado en su maldición. Desperdició varias oportunidades, una bastante clara. Todo esto le servirá de enseñanza en posteriores torneos de Candidatos, donde será mucho más peligroso. A Alexander le vale para tener una última bala en la recámara.
En la cabeza, después del sprint de Karjakin, nadie es capaz de puntuar. Caruana está en primera posición, pero Mamedyarov tiene dos partidas con blancas y está ante la oportunidad de su vida, mientras que ya sabemos cómo se las gasta Sergey en los momentos decisivos. Este tipo tiene los nervios de acero y más vidas que un gato. Ahora se siente con confianza, como si hubiera empezado «un torneo nuevo».
La última jornada no puede cerrarse sin aplaudir una vez más a Kramnik, quien lejos de desmoralizarse sigue siendo capaz de plantear aperturas originales y luchas apasionantes. El ruso reconoció que su planteamiento fue «un farol», pero le funcionó bastante bien.
So y Mamedyarov, por último, hicieron tablas sin demasiada emoción. El azerbayano aseguró que un empate contra el estadounidense «es un buen resultado». Puede sonar conformista o parte de un plan diabólico. Ya veremos.
Serás tres jornadas (quizá cuatro) de ajedrez apasionante.
Y que conste: Aronian sigue siendo nuestro héroe.
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