El comité anti-trampas de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), en el que ha participado el español Miguel Illescas, ha elaborado su primer borrador con propuestas concretas para acabar con las trampas en los torneos. Todavía son una minúscula minoría, pero en los últimos tiempos se han conocido demasiados casos de jugadores que se aprovechaban de la tecnología para conseguir ventaja en sus partidas, así como de otros fraudes para conseguir subir el Elo, sistema de puntuación que rige la clasificación mundial.
El documento de la FIDE, de 24 páginas, incluye algunas consideraciones sobre el marco legal y tecnológico, habla de las quejas recibidas, las investigaciones realizadas, el sistema de sanciones y recursos, la estructura de la comisión y algunas recomendaciones para los árbitros. La Federación, desde luego, está preocupada por la percepción que el público pueda tener de la vulnerabilidad del ajedrez, por lo que ha decidido colaborar con la Asociación de Ajedrecistas Profesionales (ACP). «Por decirlo con sencillez», asegura el borrador», «nadie quiere asociarse con un deporte cuyos resultados pueden verse afectados fácilmente por las trampas con ayuda de ordenadores».
1. La primera recomendación del comité es que la FIDE establezca una comisión permanente anti-trampas que sirva para prevenir los engaños y, al mismo tiempo, acabe con la plaga de falsas acusaciones.
2. Se propone la creación de una herramienta en internet para escanear todas las partidas registradas e identificar a potenciales tramposos. Asimismo, se podrán examinar las jugadas de cualquier ajedrecista en caso de denuncia.
3. A los árbitros se les recomienda un continuo entrenamiento para estar al día y adaptarse a los cambios.
4. Ante la falta de experiencia en estas labores, se considera asimismo que todos estos procedimientos estén sujetos a posibles reajustes, para mejorar su eficacia y evitar errores.
5. Asimismo, se pide a los jugadores comprensión, ya que en su propio beneficio y el de todos será necesario que renuncien a parte de su privacidad. A los árbitros se les sugiere que sean más activos en la lucha contra el fraude. Incluso deben estar pendientes de si un jugador va demasiadas veces al baño, por ejemplo.
6. Los nuevos estatutos de la FIDE deberían incluir en la regulación de los torneos la posibilidad de efectuar registros y una serie de sanciones automatizadas, durante y después de la competición.
7. Establecer una protección especial en los torneos de primer nivel, incluido el Campeonato del Mundo Juvenil. En una segunda categoría estarían los torneos con más de 20.000 euros en premios. Por último, cualquier prueba válida para el Elo tendría un nivel de protección estándar.
8. Con objeto de perfeccionar la herramienta de detección de partidas irregulares, deberían incluirse en su base de datos todas las partidas registradas posteriores al 1 de enero de 2012. Además, un jugador sujeto a investigación puede sufrir una revisión de sus partidas desde esta fecha, como forma de comprobar posibles «antecedentes».
9. El reglamento de la FIDE que se publique el 1 de julio de 2014 deberá incluir ya algunas prohibiciones para evitar la utilización información externa durante las partidas. Además, el comité espera que los árbitros puedan registrar a los jugadores, incluidas ropas y cualquier bolsa o mochila, siempre que lo haga en privado y que el jugador sea del mismo sexo.
10. En los torneos de máxima protección, la zona de espectadores también deberá estar perfectamente delimitada, para evitar el contacto con los ajedrecistas.
11. Será posible incluso el uso de detectores de metal, arcos de seguridad y otras medidas de protección. Y por supuesto, todo el mundo estará avisado de las nuevas reglas.
12. Ni siquiera en torneos de aficionados será posible llevar encima un aparato electrónico, como un móvil, incluso aunque esté apagado. Si algún jugador es sorprendido incumpliendo esta norma, perderá la partida, que será computable para Elo. Si reincide, será expulsado del torneo y su nombre será enviado al comité para que, de alguna manera, quede «fichado».
De todos estos puntos, la parte más difícil técnicamente es la referida a la herramienta informática que permita detectar jugadas realizadas con ayuda, algo que puede entrar en el terreno de lo subjetivo. De momento, la FIDE necesitará un ordenador con un procesador lo suficientemente potente para poder analizar un elevado número de partidas por hora, gran capacidad de almacenamiento y un software intuitivo, fácil de utilizar y que ofrezca la posibilidad de limitar su uso a extraños mediante contraseña.
13. Para evitar un aluvión de denuncias injustificadas, las quejas deberán realizarse por escrito, mediante unos formularios. Quien abuse de la norma, además, también podrá ser sancionado.
14. Se proponen sanciones de hasta tres años por el primer «delito» (un año si el culpable es menor de 15 años y dos años si tiene menos de 18) Los reincidentes podrán ser suspendidos durante 15 años.
En fin, se aprueben o no estas medidas, seguro que pasaremos algún tiempo discutiéndolas y que será imposible alcanzar el consenso sobre todos los puntos. Invito al lector a que comente aquí mismo sus primeras impresiones.
El texto del borrador ha sido elaborado por Klaus Deventer, Laurent Freyd, Yuri Garrett, Israel Gelfer (Chair), Konstantin Landa, Shaun Press y Kenneth Regan, con la colaboración de Nick Faulks, Miguel Illescas y George Mastrokoukos, así como de los expertos Andrea Griffini, Bartlomiej Macieja, Takis Nikolopoulos y Emil Sutovsky
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