La agencia Efe ha publicado este martes la preciosa fotografía tomada por Atef Safadi en la ciudad ucraniana de Járkov. Una niña de 7 años, Yarina, ríe abiertamente mientras juega al ajedrez con su abuelo en el sótano de un edificio, utilizado como refugio contra los bombardeos. El hormigón es un escudo y el tablero es otro, insuficiente para parar el horror, excelente para olvidarlo por un rato.
Se nota que en este infierno hace frío, pero la felicidad logra abrirse paso. Lo de menos es si los jugadores son expertos. En unos pocos movimientos, el viejo ha desestabilizado el enroque de su nieta, que todavía ignora los principios más elementales de la apertura. Se puede ampliar la imagen para comprobarlo. Ajena a todo, sin embargo, su risa parece indestructible. Ojalá sus esperanzas también lo sean.
Ajedrez