¿Qué le salió mal a la Inteligencia israelí el 7 de octubre de 2023?

La Inteligencia israelí falló en su misión de alertar del peligro inminente de ataque que Hamas lanzó contra el sur y el centro del país.

El Plan Operativo (PO) del mando de operaciones del flanco sur de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) quedó en evidencia y resultó ser un fracaso.

Los gobernantes y los jefes militares israelíes han vivido durante las últimas décadas en una zona de confort, en la que los primeros se protegían a sí mismos de ser acusados de darles órdenes a los segundos que pudieran causar bajas militares.

Por su parte, los mandos de las FDI solían presentar opciones sesgadas a los políticos para que éstos no escogieran cursos de acción que los militares no querían que el gobierno seleccionara.

Estas escaramuzas burocráticas internas tenían lugar mientras que el pensamiento sobre la seguridad básica del Estado de Israel se convirtió en una rutina.

Mientras tanto, la dimensión contextual de la seguridad de Israel estaba mutando y los estrategas israelíes no desarrollaron concepciones nuevas para hacer frente a vecinos irregulares y de naturaleza terrorista, es decir, actores no estatales, en oposición a las naciones que habían sido sus enemigos en el pasado.

La doctrina de seguridad de Israel se retrasó en la adaptación a este nuevo contexto de guerra asimétrica, en el que deberían seguir vigentes los tres pilares fundamentales que Ben-Gurion dibujó para aquella a través de la disuasión, de la alerta y de la victoria decisiva.

Israel no puede permitirse perder una guerra porque no habría ninguna más, ya que desaparecería como Estado, y en 2024, como antes en su historia, está obligada a obtener una victoria rápida, decisiva e indiscutible.

La estrategia de Hamas ha estado dirigida, desde hace 20 años, a reforzar su control sobre Gaza y a debilitar a la Autoridad palestina, con el fin posterior de derrotar al Estado de Israel.

La estrategia de Israel, en cambio, pretendía debilitar a la Autoridad palestina, al permitir que maletas llenas de dinero llegaran desde Catar a manos de los dirigentes de Hamas.

Esta elección ha sido un desastre para Israel por la confluencia de cinco factores, que condujeron al golpe que los terroristas de Hamas le asestaron.

En primer lugar, las autoridades israelíes se hicieron adictas a la idea de que podían comprar “tranquilidad” a Hamas con los fondos que permitieron llegar desde Catar a esta organización para concentrar, así, toda su atención y su energía en el peligro inminente de un Irán convertido en potencia nuclear.

Asimismo, Israel entendió equivocadamente cuáles eran las motivaciones y las capacidades reales de Hamas, que sólo buscaba derrocar a la Autoridad palestina como paso previo a enfrentarse y a derrotar al Estado de Israel.

Israel tuvo opciones de decapitar al liderazgo de Hamas en 2003, que no quiso aprovechar, y, durante los años posteriores, renunció a invertir los recursos necesarios para conseguirlo.

La consecuencia ha sido que Israel, por incompetencia, ha permitido que, en sus fronteras septentrional y meridional, respectivamente, dos organizaciones terroristas –Hezbollah y Hamas– desarrollaran un proceso imparable de expansión, de fortalecimiento y de rearme militares.

Por último, Israel perdió de vista que, en toda consideración estratégica, se ha de tener en cuenta siempre el factor decisivo de poder ser sorprendido.

El 7 de octubre de 2023 mostró que las raíces del problema eran que Israel no había recolectado previamente Inteligencia de manera adecuada, había abandonado la sofisticación en el pensamiento sobre su propia defensa y mostró una falta de profundidad en su despliegue defensivo ante estos enemigos irregulares nuevos.

La reacción de Israel desde aquella fecha, sin embargo, está en línea con su historia.

Israel tiene por delante el cumplimiento de los dos objetivos de la Operación Espadas de Acero, a saber, la destrucción de Hamas y la recuperación de los 134 ciudadanos israelíes que todavía siguen secuestrados por esta organización terrorista, de los cuales 33 parecen haber muerto en su cautiverio.

Israel es consciente de que este segundo propósito puede deparar aún más dolor dada la naturaleza y el comportamiento de su enemigo.

Después de más de cinco meses del ataque sobre su población, Israel sigue contando con legitimidad internacional suficiente para continuar sus operaciones militares contra Hamas.

La investigación abierta por la comunidad de seguridad israelí para diagnosticar por qué las cosas salieron tan mal antes del 7 de octubre de 2023 obligará a aquellos que no actuaron correctamente a hacer frente a sus responsabilidades, ya sea dentro de las agencias de Inteligencia, dentro de las FDI o dentro del gobierno mismo.