ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Columnas sin fuste por hughes

Cerca de las estrellas

hughes el

Los Globos de Oro premiaron “Boyhood”, una película que duró más que una obra de ingeniería civil. También “The Affair”, que va sobre la infidelidad. Un personaje de Nelson Rodrigues gritaba: ¡El hombre fiel no es hombre, es un animal! ¡Debería ir a cuatro patas por la calle!

Estas galas recuerdan a las antiguas retransmisiones de la NBA. El “Cerca de las Estrellas” por el que se transnochaba de niño. Los que se quedan sueñan con unas figuras que aquí no hay. No es sólo cine o tele. Y además no está Trecet, sino Cristina Teva (¿por qué no lo presenta todo?… O no, no, mejor que la preserven para estos espacios, que la separen de todo lo horrible nuestro).

Hollywood es un sitio donde por las mañanas los pájaros tosen en los árboles, dijo alguien. Por la alfombra roja caminaba un señor bebiendo un benjamín de champán y se veía la espalda tatuada de Lena Dunham, que es como Laly Soldevilla con los tatuajes de un legionario.

Los premios, en realidad, importan poco. Los dan los periodistas extranjeros, que sería imposible que premiaran algo bien (imaginen a los de aquí eligiendo algo). Lo interesante era la gala y sobre todo los rostros. La belleza de Emma Stone, que provoca amor cortés. Ganas de hincar la rodilla y ser vasallo.

La cara de más allá del tedio de Murray o la indiferencia supina de Frances McDormand; la cerúlea cara de G.I. Joe de Matt Bomer y, sobre todo, el rostro de Benedict Cumberbatch. Pepe Colubi escribió que tiene una cara a medio hacer. Es una cara hervida, como comida inglesa, pero tiene un conjunto de elementos que por si solos justificarían una identidad. Su nariz, sus ojos, sus labios generan un equilibrio inestable. Una cara de la que pugnan por salir todas las expresiones; un material genético hecho a pellizcos. En el pómulo casi tártaro y su ceja rubia está el patriciado inglés. Los privilegiados rasgos recuerdan a un Peter O’Toole llevado al extremo expresivo, sin el dolorido misterio, claro. O’Toole no haría el fotobomb.

Estos rostros no se cansa uno de mirarlos. Para eso están las estrellas. Incluso la nueva cara de Catherine Zeta-Jones (el tiempo está en las orejas, como si fueran un reloj daliniano) tenía grandeza. Ahora, los cirujanos les ponen a las actrices la cara de Norma Desmond directamente.

actualidad
hughes el

Entradas más recientes