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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Rías Kru, la marisquería de Barcelona

La familia Iglesias ha unido en un solo restaurante el histórico Rías de Galicia con el moderno Espai Kru, manteniendo la bandera del mejor producto marino

Rías Kru, la marisquería de Barcelona
Los hermanos Iglesias en Rías Kru
Carlos Maribona el

Desde que en 1986 la abriera el gallego Cándido Iglesias, Rías de Galicia ha sido la mejor marisquería de Barcelona, tanto por calidad de producto como por servicio. Los hijos de Cándido fueron expandiendo el negocio, que tuvo su máximo momento de esplendor cuando se asociaron con Albert Adriá para crear el grupo El Barri. Tickets, Pakta, Hoja Santa, Enigma, fueron durante una década restaurantes de referencia en la Ciudad Condal. Pero el covid, que tanto afectó a la hostelería de barcelonesa, se llevó todo por delante. La sociedad con Adriá se rompió y la familia Iglesias entró en concurso de acreedores. La llegada a finales de 2021 de un socio potente como Manuel Lao, el propietario de Cirsa, que ha delegado en ellos la gestión, les permitió remontar el vuelo y Rías de Galicia ha vuelto a ser esa magnífica marisquería que fue referencia durante más de treinta años. Simultáneamente, los hermanos Iglesias, Juan Carlos, Borja y Pedro, han reabierto, en el local que ocupaba Tickets, Teatro Kitchen Bar, bajo la dirección gastronómica de Oliver Peña (aquí pueden leer mi crítica publicada en ABC). Además, siguen con Casa de Tapas Cañota, un espacio informal de tapeo.

Comedor de Rías Kru

Pero vamos con la marisquería, que tras los cambios estrena nuevo nombre: RÍAS KRU. Es el resultado de la unión de los dos restaurantes que los Iglesias tenían en el mismo local, uno en la planta baja, Rías de Galicia; el otro, en la primera planta, Espai Kru. Este segundo suponía un nuevo concepto de marisquería: elaboraciones en crudo, enlazando cocinas tan diversas como la japonesa, la mexicana y la peruana a partir de la mejor materia prima de las costas españolas. Ahora ambos se han unificado en un solo restaurante con una única carta que combina la tradición de gran marisquería con la cocina más moderna y cargada de guiños orientales que había en Espai Kru. Un concepto atractivo, siempre con la máxima calidad de producto marino como bandera.

Camarón, percebe y cañaílla

En Rías Kru se mantiene la estética elegante que siempre caracterizó a Rías de Galicia. Por supuesto con las mesas bien vestidas con manteles. Se mantiene el buen servicio de sala, supervisado directamente por Borja Iglesias y con dos veteranos profesionales ligados a esta casa desde hace muchos años: Paco Gómez y Rachid Adriouech. Y se mantiene también la completísima bodega que invita a beber muy bien. En la carta, más breve ahora, están bien diferenciadas las dos vertientes, precedidas por una página de “Especiales” que incluye caviar en distintas combinaciones y otros productos destacados de temporada. El otro día, erizo, también en distintas propuestas, y espárragos de navarra. Para los indecisos, dos menús: Mariscada (160 euros), todo un festival marino, y Rías Kru (125), combinando lo mejor de las dos vertientes de la carta. Al frente de la cocina, el brasileño Rafa Erbs (Azurmendi, Pakta, Enigma, Dos Palillos, Moments).

Carpaccio de toro con aguacate, raifort y pistachos

Empiezo con tres aperitivos: croquetas de gambas, una excelente anchoa ahumada con mantequilla y un hojaldrado con crema agria y caviar. Dan paso al marisco. En cantidades de muestra. Primero un platito de crudos: una ostra con ponzu y una almeja de tamaño XL sin más aditamento. Luego los cocidos: unos camarones de primera, buenas cañaíllas y percebes bien seleccionados. Dejamos el mar para probar un espárrago blanco cocido (perfecto punto, al dente) con ikura, ralladura de limón y aceite de oliva.

Erizo

Y vuelta al producto marino con una serie de bocados que proceden de la parte Kru. Carpaccio de toro con cremas de aguacate y raifort y polvo de pistachos, magnífico; seguido por tres piezas de sashimi: calamar, lomo de atún, toro, y al lado un erizo crudo, el mejor que he comido este año. Para rematar este bloque, dos niguiris: excelente el de anguila, bueno el de wagyu. Y de lujo a continuación una gamba roja a la plancha. Un bajón con la flor de calabacín en tempura rellena de calamar en su tinta, combinación que no acaba de convencerme y que necesita además aligerar el rebozado, muy pesado.

Cocochas al pilpil

Y para terminar, unas sabrosas cocochas de merluza al pilpil y unos filetitos de entrecot de wagyu japonés de la máxima calidad (A5) para hacer al gusto en una plancha caliente que se unta previamente con su grasa. Excelente carne y muy buenas las patatas fritas de guarnición. Hay sitio aún para dos postres, una tarta de limón caramelizada y una combinación en la que se nota que el origen brasileño del cocinero: nata con haba tonka y una miel de cacao especialmente ácida. En cuanto a los vinos, muy acertadas las propuestas del sumiller Eric Saladie.

No todo es pescado. Entrecot de wagyu A5
Restaurantes Españoles

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