Salvador Sostres el 15 may, 2017 La ballena azul Cuando decidió saltar al vacío hacía muchos años que bordeaba el abismo. Víctima interina: en casa, en la escuela, en su alma descuidada. Vieja conocida de la tristeza. Restos de vida sin propósito, muchas muertes te acompañaron hasta tu gran reto final. La ballena azul brilla en el hueco de los padres ausentes, en el reverso de Dios y en la espiritualidad sin tensar. De nada sirve decir que te preocupas por tus hijos si no bajas a su arena cotidiana y si la vida no es sagrada puedes hacer de ella cualquier cosa porque sólo eres carne amontonada. Ser padre no es obligatorio pero ballenas azules saben llegar de muy lejos para llevarse a tu hijo sin rumbo cierto. Por no creer en Dios hemos creído hasta en los árboles y nos hemos ido quedando solos. Bandas urbanas, pederastas, ballenas azules: todos por igual buscan al mismo hijo desprotegido, sin padres que le conozcan y vivan con la única misión de que crezca querido, fuerte y libre. La vida no vale nada sin su sentido más profundo. Los derechos no existen, el “yo lo que quiero es ser feliz” es una horterada y son frívolas tus pancartas sobre la pupita que te hace el dedito. Las redes sociales, los grupos de whatsapp y el profesor de yoga han banalizado la vida: respira un minuto, la reeducación postural, la sagrada familia supeditada al refresco azucarado de la realización personal y la arquitectura moral de tus hijos rebajada a lo que te quepa en el bolso. Tanto sentimentalismo desparramado nos condena a un plus de intemperie. La ballena azul lleva años tatuada en tu brazo y era cuestión de tiempo que se tragara a tu hijo solo y desorientado. Podemos buscar excusas y culpables en la distancia pero lo que hacemos tiene consecuencias y somos los únicos responsables de lo que nos pasa. Cuando tu hija saltó hacía años que saltaba y nunca nadie le preguntó por qué. Hasta que las ballenas azules absurdas e imaginarias olieron su miedo y sólo tuvieron que hacerle un poquito de caso para llevársela. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 15 may, 2017