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Blogs Que la fuerza te acompañe por Alfonso M. Arce

Qué debes tener en cuenta para entrenar con altas temperaturas

Cómo conseguir que las olas de calor veraniegas no puedan con tus ganas de seguir haciendo ejercicio

Qué debes tener en cuenta para entrenar con altas temperaturas
Alfonso M. Arce el

Todos los años al llegar a estas fechas los medios de comunicación no paran de advertirnos de los riesgos de la exposición al sol, no solo en lo referente al cáncer de piel, sino también en cuanto al peligro de sufrir un golpe de calor, algo que cada verano consigue llevarse por delante la vida de un número de personas nada desdeñable. La mayoría de los casos graves directamente atribuibles al calor se podrían haber evitado con algunas simples medidas preventivas, y no me refiero a quedarnos en casa con el aire acondicionado a todo meter, algo que considero delicioso, pero que no siempre se puede hacer.

Más allá de las recomendaciones generales que casi todos conocemos, aunque no las hagamos ni puñetero caso, debemos entender que nuestros cuerpos están preparados para reaccionar al calor y al frío, tenemos mecanismos que nos permiten combatirlos, siempre dentro de unos márgenes porque podemos morir de frío o de calor, está claro. Pero si nos dedicamos constantemente a educar a nuestro organismo a vivir en unos cómodos 21 o 22 grados, que no nos extrañe que con el paso de los años un poco de frío o un poco de calor nos descomponga. Tu capacidad para soportar temperaturas altas o bajas, también es algo que hay que entrenar y la única manera de hacerlo es la exposición (controlada) a ellas.

Admitámoslo, cuarenta y dos grados a la sombra no se puede llamar ‘buen tiempo’

Hablando del calor en concreto, debemos poner especial atención a los lugares con alto grado de humedad. Todos sabemos que 30 grados húmedos dan una sensación horrible de ahogo, algo peor que 40 grados completamente secos. Esto se debe a la transpiración de nuestra piel con niveles de humedad demasiado altos, con los que el vapor de agua en el aire no permite que tu cuerpo se enfríe de manera eficiente. Dicho vapor de agua que hay en el exterior se adhiere a la piel como una fina envoltura de plástico, evitando que tu sudor entre en contacto con el aire, lo que creará un efecto de ebullición. Si esto sucede, la temperatura corporal aumenta muy rápidamente y puede provocar un golpe de calor súbito. Si vas a hacer ejercicio y tienes la certeza de que la temperatura será alta, ten estas simples precauciones en cuenta:

Elige bien la ropa

Asegúrate de usar ropa de colores claros y que sea transpirable. El algodón es suave y maravilloso, pero es una esponja que recoge todo tu sudor haciendo que al poco rato de empezar a hacer ejercicio parezca que te has tirado a una piscina. No confundamos tejidos confortables y/o de buenísima calidad con ropa técnica bien diseñada para cumplir un cometido concreto. Con esto de los colores, hay cierta confusión con los tonos oscuros. Seguro que te has encontrado con alguien que te habla de los tuaregs, quienes en medio del desierto van completamente envueltos en gruesos mantos completamente oscuros porque debajo crean una capa de aire fresco que les protege del calor. Esto es real pero no solo tiene que ver con el color, sino con el grueso de los ropajes que utilizan y la capa de aire más frío que crean debajo. No obstante, haz la prueba, sal a correr vestido como un tuareg a las cinco de la tarde a ver qué tal te va.

Bebe lo que te pida el cuerpo, es muy sencillo

Hidratación

Pese a ser algo tan básico, hay cientos y cientos de artículos hablando del tema. Bebe cuando tengas sed y tanto como necesites para aplacarla. Ni más, ni menos. Beber porque sí y de manera forzada para alcanzar una cantidad concreta puede llegar a crear hiponatremia o niveles bajos de sodio en la sangre. Si estás en un gimnasio con una fuente a mano, el tema no da para más, pero si vas a correr por el monte o estás haciendo una ruta de montaña de varias horas de duración, ten siempre reservas de agua. Es mucho, pero que mucho más importante llevar agua que comida de sobra.

Vigila la aparición de sensaciones ilógicas

Esto suena raro, pero si de pronto te das cuenta de que llevas bastante sin beber, pero no tienes sed y a duras penas estás sudando ¡mucho cuidado! Tu organismo está entrando en modo supervivencia, estás en una fase inicial de un posible golpe de calor. Es hora de parar y buscar la sombra.

La comida también es importante

Si la temperatura sube y llevas un buen rato sudando, es hora de que también comas algo salado. Esto es contraintuitivo ya que lo salado nos da sed, y poca gana se tiene de tener más sed si estamos bajo el sol. Al igual que debemos comenzar a reponer carbohidratos (glucógeno) tras un periodo continuo de ejercicio, también necesitamos electrolitos esenciales, como el sodio.

Niveles de color de la orina

Aunque no siempre es un indicador exacto, si tu orina tiene un color más anaranjado o amarillo fuerte, puede que debas hidratarte un poco más. Como decíamos antes lo mejor es beber siempre que tengas sed y la cantidad que sea necesaria, pero hay personas que por mucho que nos sorprenda, muy pocas veces experimentan una sensación de tener que beber.

También en la exposición al calor hay una progresión

Si eres una burgalesa que sale a correr a las siete de la mañana, te has ido en julio de vacaciones a Sevilla y pretendes salir a correr a las cinco de la tarde, algo va a salir mal. También necesitamos adaptarnos a las condiciones de temperatura, y si en tu caso vas a competir en alguna prueba, con mucha más razón.

Vuelta a la calma

No es nada recomendable pasar de un entrenamiento a 32 grados a una habitación con el aire acondicionado. Cuando hayas terminado, tómate un tiempo para refrescarte. Incluso en altas temperaturas, camina (no te sientes) para asegurarte de recircular la sangre por todo el cuerpo. Dedica un rato a beber líquidos y en general refrescarte antes de sentarte a descansar.

Por supuesto que hay temperaturas y condiciones en las que solo es recomendable un buen chapuzón.

La mayoría de estas recomendaciones son de cajón y se resumen en aplicar el sentido común. El mayor problema es que como dice el refrán, el sentido común es el menos común de todos los sentidos, así que frena un poco, analiza qué vas a hacer y si por el motivo que sea las condiciones para hacer ejercicio no son las adecuadas, mañana será otro día. Hay que adaptarse. Cuando Filomena pasó por Madrid, no era momento de salir a correr por el Paseo de la Castellana, pero durante veinticuatro horas fue un fantástico lugar para el esquí de fondo. Aprovecha cada circunstancia y que la fuerza te acompañe.

Salud

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