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Reinventando el thriller policiaco

Un debut literario que describe vívidamente los actos de crueldad en una anárquica Estocolmo del siglo XVIII

Reinventando el thriller policiaco
Pablo Delgado el

A lo largo de los últimos años, los lectores del sur de Europa nos hemos familiarizado con el género noir de la literatura nórdica, con sus descripciones de las noches interminables durante los duros inviernos, de los paisajes bellos pero desolados por ese frio gélido y cubiertos de una nieve que envuelve todo aquello que cubre en un profundo silencio. Descripciones que atrapan, pero entre las que se ocultan actos de crueldad indescriptibles, protagonistas no tan perfectos y seguros de si mismos, como ocurre al otro lado del charco. Sus protagonistas están tocados, dañados y obligados a luchar contra sus propios demonios, mientras, además, tienen que perseguir a los malhechores que han cometido algún acto indigno.

El género policiaco conocido por todos, es aquel cuya estructura narrativa está algo cerrada, ya que la línea argumental consiste, principalmente, en la resolución de un caso de índole criminal o policial. El protagonista suele ser un detective o policía que investiga el caso e intenta resolver el misterio, averiguando las claves del crimen, ya sea mediante la razón o mediante la indagación e intuición. Hasta aquí parece que está todo inventado. Pero de repente aparece un nuevo escritor que le da otra vuelta de tuerca al género: Niklas Natt och Dag (Estocolmo,1979) y su novela 1793 (Salamandra). Un éxito de ventas en su Suecia natal que ha sido galardonada con el premio Mejor Libro del Año y considerada mejor debut por la Academia Sueca de Novela Negra en 2017.

Toma la historia de una ciudad y sus gentes y le da un giro sorprendentemente original. Es Estocolmo, año 1793. Año en el que decapitan en Francia al rey Luis XVI y a su mujer Maria Antonieta. Se ha producido la revolución. Mientras tanto, en la capital sueca, en una oscura mañana de otoño, Mickel Cardell, un vigilante, se levanta de la mesa del bar donde está tumbado después de una copiosa noche en la que la bebida no le ha faltado. Le avisan de que un cadáver flota en las aguas del lago que alguna vez estuvo bordeado de elegantes casas y ahora no es más que un pútrido depósito de desechos industriales y humanos. Se descubre que el cuerpo, es el de un joven, y del que queda poco más que un torso, le faltan brazos y piernas, los ojos y la lengua. Cardell, un veterano con un solo brazo de la devastadora guerra de Suecia con Rusia, sabe mucho sobre la amputación. No tarda en darse cuenta de que los desmembramientos no se han producido post mortem, sino de forma meticulosa, angustiosa y uno por uno durante los últimos meses de vida de la víctima.

Como novela policíaca, el debut de Natt och Dag ofrece una complejidad en la trama y un impacto de la resolución, por el brillo del fin del enigma que comienza en dicho lago. Sin dejar de lado los convencionalismos de las novelas policiacas, une dos figuras que se encuentran en lo más bajo de sus vidas, Cicel Winge, un abogado a punto de morir de tisis y Cardell , el vigilante que vive de cuidar el bar en el que se emborracha. Un delicado y cerebral Winge se une con el combativo exmilitar, mostrando una posible versión sueca de Holmes y Watson, que merodean por las sucias y mezquinas calles de Estocolmo en busca de un depredador que parece estar poseído por un mal sobrenatural. La investigación, sin embargo, es en sí misma una especie de excusa que pone el autor para describir y mostrar la sociedad sueca a finales del siglo XVIII. La historia comienza poco después de que el rey reformador Gustavo III fuera asesinado, con Suecia en medio de guerras ruinosas con Rusia. La investigación de Winge y Cardell revela la corrupción de la clase aristocrática gobernante, con Natt och Dag trazando paralelos entre las condiciones sociales y económicas que pertenecen a Suecia y las que incitaron a la ciudadanía francesa a rebelarse unos años antes.

Con un telón de fondo tan vívidamente dibujado contra el que competir, el asesino perseguido por Winge y Cardell se vuelve horriblemente gótico, su modus operandi repugnante y tan meticulosamente preparado en cada detalle. Violencia, muerte, ciudad, corrupción, la noche, el desamparo, el misterio, y en definitiva, la literatura se juntan de forma original y magistral en 1793. Podrá ser cierta que la verdad no exista o que la verdad no importase de aquello cuanto ocurre, en todo caso, a la verdad no se llega más que por la ensoñación, tal vez no sea más que una forma de hablar y la literatura el arte de diseñar un mapa lo suficientemente certero como para desactivar toda voluntad de certeza, por lo que la misión del lector es la de bosquejar constelaciones de palabras sin temor alguno o cautela o vergüenza, porque esta obra es un éxito asegurado. Una obra que engancha y absorbe, irresistible, de las que sus más de 400 páginas se hacen pocas, siendo un relato coral original y de extraordinaria destreza narrativa. Un exceso alucinógeno de buena literatura es este thriller histórico de corte detectivesco, que desata una espiral narrativa extraordinariamente trepidante, en la que un desafío lógico y un asesinato envuelto en un ambiente opresivo y asfixiante avanza con la agilidad de un gigante de la literatura hacia la culminación de un final inesperado.

1793 // Niklas Natt och Dag // Salamandra // 2020 // 20 euros

 

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