Cuando a veces expones ante un círculo de amigos o conocidos que a tí te entusiasma esa narración y exposición de unos acontecimientos pasados y que son dignos de memoria, te miran como si hubieran visto al mismísimo aburrimiento transformado en tu persona. Cuando hablas de lo importante que es la Historia para las personas, su cultura, la sociedad, te llegan a los oídos un -¡buf! me aburro-. Y esto realmente te entristece un poco, sobre todo cuando estás rodeado en algún momento de personas que solo ven aquello que les rodea y no piensan un poco más allá de la pantalla de su móvil.
Por ello, es muy importante hacer llegar a las gentes las Historias de un tiempo pasado y utilizar soportes que la puedan hacer más asequible a una sociedad que cada vez está más “idiotizada” por las nuevas tecnologías, que solo piensasn en las pantallas y en tener en la mano el móvil. La editorial Impedimenta junto a su editor Enrique Redel -que sabe muy bien lo que hace-, nos trae una novedad estupenda “La Comedia Literaria”. Un recorrido magnífico a través de un cómic ilustrado por Catherine Meurisse (Niort, 1980) una de las grandes de la novela gráfica actual en Francia, que tras licenciarse en Lenguas Modernas e Historia del Arte, pasó a formar parte del equipo de ilustradores de la prestigiosa y ahora más que conocida revista satírica Charlie Hebdo. En la actualidad compagina este trabajo con colaboraciones en diversos medios impresos de tirada nacional, tales como Libération, Les Echos, Télérama, L’Obs.
Meurisse nos sumerge en un alocado baile de unos personajes dibujados que rompen con los tabúes que suponen los maestros de la literatura francesa para caricaturizarlos y llevarlos hasta extremos ridículos, mostrándonos sus grandezas y sus miserias, cada una más divertida que la anterior. Comenzando desde el lenguaje como herramienta vital en la vida (en los principios el latín) y sobre todo para el conocimiento y la literatura. A través del latín en Francia, se derivan en nuevas traducciones como la lengua romance que hace posible que llegue a más personas alfabetizando parte de la sociedad, comenzando así la apasionante aventura de la historia de la literatura francesa. Desde las composiciones poéticas medievales de carácter narrativo, en las cuales se narraban las hazañas de personajes históricos y legendarios y era transmitido oralmente por los juglares conocido como cantar de gesta, género literario constituido por ese tipo de obras como es el cantar de gesta más conocido y antiguo (finales del siglo XI), el cantar de Roldán. Atribuido a un monje normando, Turoldo, el texto del llamado Manuscrito de Oxford (pues se conserva en la biblioteca Bodleiana de Oxford) narra los hechos de la batalla de Roncesvalles, que históricamente no pasó de ser una escaramuza, y que pudo enfrentar a tribus de vascones contra la retaguardia de las fuerzas carolingias al mando del conde Roldán.
La línea del tiempo pr la que nos lleva Meurisse pasa a continuación a la novela, un género narrativo para ser leído y no cantado, en el que los temas predilectos son los caballeros y el amor. Primera figura fue Chrétien de Troyes que creó el primer caballero andante, Lancelot. De finales del siglo XII hasta principios del XIV el público burgués disfruta de las “fabliaux” y los cuentos de animales. Relatos cómicos en verso, pícaros, a menudo verdes, siendo El Roman de Renart el más famoso. Este es un conjunto de poemas datados entre los siglos XII y XIII que parodian la épica y la novela cortés. Están ambientados en una sociedad animal que imita a la humana, y su principal protagonista es Renart, el zorro. Este personaje que además de protagonizar el comienzo del relato como narrador de esta “Comedia literaria” de Meurisse, es el protagonista de una gran cantidad de fábulas antropomórficas de toda Europa.
El siglo XVI deja atrás la Edad Media abriendo la puerta a la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo, el Renacimiento. Llega así la imprenta, Rabelais, du Bellay, entre otros, que defienden a la vez la imitación de los autores grecolatinos y el valor cultural de la lengua francesa. Propugnan el alejandrino y el soneto como formas poéticas mayores creándose así el grupo de La Pléyade. Y de la poesía pasamos los ensayos de Montaigne creador del género literario conocido en la Edad Moderna como ensayo. Ha sido calificado como el más clásico de los modernos y el más moderno de los clásicos.
La línea de tiempo sigue su recorrido natural a través de la siguiente centuria. El siglo XVII con La Fontaine y sus fábulas de animales, Cornielle, Moliere, Racine, y con el enciclopedismo, movimiento filosófico y pedagógico expresado a través de la L’Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, una enciclopedia editada entre los años 1751 y 1772 bajo la dirección de Denis Diderot (con sus Salones que son el origen de la crítica de arte escrita), y Jean d’Alembert. En la Enciclopedia se incluían tanto textos científicos como dibujos de las nuevas máquinas. Es un libro escrito con los pensamientos de los ilustrados de Inglaterra y Francia, que más adelante provocarán tres revoluciones.
El siglo continúa con Voltaire y Rosseau, para llegar al movimiento cultural de finales de siglo que expresa una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Neoclasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos, el Romanticismo. Un Romanticismo francés marcado por Gérad de Nerbal, Musset, Alfred de Vigny, Lamartine, Chateaubriand, Víctor Hugo (“Yo quiero ser Víctor Hugo o nada”), el Prefacio de Cromwell que fue el primer texto que sustentaba las bases teóricas de una nueva forma teatral: el drama romántico, para ir acabando dicho siglo con George Sand, Honoré de Balzac y su “Papá Goirot”, Flaubert y el omnipresente en cualquier situación costumbrista de Zola.
Ya en el siglo XX nos econtramos con una magdalena que al mojarla puedes recordar el pasado y ese pasado lo puede contar Marcel Prost. Además le acompañan Raymond Radiguet, Maupassant, Colette Céline, Sartre y Somine de Beavoir y finalmente Boris Vian.
Ya en el siglo XXI, después de haber hecho este recorrido, en 2008, la editorial Sarbacane publicó esta gran “Comedia Literaria” que le valió el Premio BD de Le Parisien y Aujourd’hui Catherine Meurisse, y que ahora Impedimenta ha puesto al alcance del lector español. Consigue una obra en la que el cómic como soporte de expresión pasa a un segundo plano prevaleciendo así una breve pero intensa historia literaria francesa, narrada de forma hilarante y con el toque cómico que hará las delicias del lector y que se apasionará aún más por una literatura que no hace más que abrir puertas del conocimiento y aportar a los lectores infinidad de historias y transmisión de sentimientos. “La comedia literaria” es muy, muy, pero que muy recomendable para todo amante que busque casar un dibujo magnífico con historias grandiosas. Recomendable incluso para aquellos “puros” de literatura que dicen no gustarles leer aquellas obras que contengan dibujos.
A esta comedia le seguirán Le Pont des arts (Sarbacane), que se centra en las relaciones, la mayoría de ellas tormentosas, entre los grandes nombres de la literatura y la pintura francesa; Savoir-vivre ou mourir (Les Échappés), una suerte de manual de buena conducta con prefacio de Claire Bretécher; Mo – derne Olympia (Futuropolis), una comedia musical que se representa en el Museo de Orsay y La Légèreté (Dargaud), un cómic en el que nos describe cómo retomó Catherine Meurisse su carrera de dibujante tras el atentado de Charlie Hebdo.
“La Comedia Literaria”. De Roldán a Boris Vian // Catherine Meurisse // Impedimenta // 2016 // 22,95
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