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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Esos gringos locos

Esos gringos locos
Pablo Delgado el

Emigrar es una palabra que en estos últimos años está muy en boca de todos y en primera plana de todos los informativos, principalmente por cuestiones críticas que afectan al individuo, sea por causas económicas, o por causas aun peores como una guerra. Emigrar ha perseguido al ser humano a lo largo de toda su historia, emigrar es abandonar tu propio país para establecerte en otro extranjero, es abandonar la residencia habitual en busca de mejores medios de vida dentro de tu propio país, o emigrar es cambiar de lugar por exigencias de la estación, de la alimentación o de la reproducción, este último caso lo aplicaríamos más a animales y vegetales, pero también se puede dar el caso en los seres humanos.

La historia que me lleva a escribir estas líneas es sobre una que ocurrió hace bastantes años a unos dibujantes belgas, conocidos en su época, que emigraron en busca del oro americano, pero más bien se encontraron otra cosa que no era oro. “Gringos Locos” (Dibbuks) escrita por Yann y dibujada por Olivier Schwartzes una historia de emigración, de emigrantes a la caza y captura de algo mejor para ellos y sus familias. Nada más acabar la Segunda guerra Mundial, unos años después en 1948, Joseph Gillain (Jijé), André Franquin, Maurice de Bevere (Morris) y la familia de Joseph dejan atrás Bélgica para tratar de conquistar esa América, tierra de oportunidades. Esta historia se ha convertido en uno de los mitos de la bande dessinée franco-belga, pero quién o qué era la bande dessinée. 

El término bande dessinée es amplio, y puede ser aplicado a todas la historietas realizadas por autores franceses y belgas, a todas las historietas publicadas originalmente por editores franceses y belgas, o a historietas que aparezcan en cualquier revista belga, y por extensión francesa. Tanto Bélgica como Francia gozan de una larga tradición gráfica. Durante la edad de oro de la bande dessinée, es decir en los años 1950 y 1960, el mercado era dominado por tres editoriales poderosas, DargaudDupuis, y Le Lombard, que publicaban las series más populares. Por eso utilizaban sus revistas de prepublicación, Spirou (Dupuis) y Tintín (Le Lombard), y Pilote (Dargaud), que gozaban de una enorme popularidad.

Nuestros aventureros soñadores trabajaban para Dupuis, en concreto Joseph Gillain dibujaba Spirou al que cedió a Franquin más tarde, y Morris era el que dibujaba a ese vaquero larguirucho llamado Lucky Luke. Esto te lleva a pensar qué necesidad real les llevó a dejar Bélgica para terminar en un destino totalmente diferente al primero, y acabar en México convirtiéndose en extranjeros de una lengua como el español pasándose a ser denominados con el adjetivo de gringos. Eran dibujantes con un gran estilo y reputación para los amantes del dibujo de la línea clara franco-belga, del que no me canso de decir que soy fan absoluto, por su luz, colorido y sobre todo la atención en los detalles que hacen que la historia sea creíble. Esto lo lo logra a la perfección el dibujo del autodidacta Olivier Schwartz que junto al guionista punzante, apasionado de historia y curioso de todo, Yann, construyen por segunda vez un éxito del cómic franco-belga ya que la anterior unión salió el éxito de Spirou en “El botones de verde caqui”.

“Gringos Locos” es una narrativa gráfica excelente que transmite las acciones transcendentales y dignas de la memoria de unos héroes que representan las virtudes de superación para alcanzar el “american self-made” de estos dibujantes visionarios, en el que se mezcla comedia y optimismo en el caso de Jijé y Morris, con el drama real de una situación difícil que se ve reflejado en el personaje de Franquin, poniendo así esa nota melancólica y fuera de lugar al preguntarse ¿qué está haciendo realmente? ¿Por qué no volver a su casa? Además el álbum se complementa con anécdotas de esta vibrante aventura que está a punto de terminar en el calor de Tijuana con las carreras de estos inseguros artistas. La edición se completa con un dossier con entrevistas al guionista y a los descendientes de los protagonistas en las que ponen la nota discordante de cómo los autores han tratado la historia, aunque como en toda no ficción siempre puede haber ficción que ayude a la historia a ser mejor, que adquiera un ritmo y sentido para que el lector se sumerja en ella y no pare de leerla. Todo un  acierto para el cómic franco-belga “Gringos Locos”.

Gringos Locos // Dibujante: Olivier Schwartz. Guionista: Yann // Dibbuks // 16 euros

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