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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Bruselas tiene un pequeño gran héroe

Bruselas tiene un pequeño gran héroe
Pablo Delgado el

1942. La bota nazi aplasta Bruselas con mano de hierro y casco acero. Así comienza esta nueva aventura del pequeño botones del flequillo rojo, Spirou. “El botones de verde caqui” editada por Dibbuks nos adentra en la Bélgica ocupada, en concreto en la sede  de la Geheime Staatspolizri alemana, el hotel Moustic, lugar en el que Spirou trabaja como botones, trabajo por el cual su amigo Fantasio le echa en cara por colaboracionista, pero lo que no sabe es que Spirou trabaja como informador de la resistencia bajo el pseudónimo de Ardilla Valona. El coronel Helmut Von Knochen, principal inquilino del hotel se encuentra a punto de lanzar una tremenda ofensiva para capturar a toda la resistencia belga. ¿Podrá Spirou frenarlo?

Su amigo Fantasio que trabaja en diario Le Soir, es un loco incomprendido. Es un inventor constante y en concreto hay uno de esos inventos que me parece curioso y creo que hace un pequeño guiño sarcástico a la actualidad periodística con su máquina IBM (Innovación Burocrática Moderna), cuenta Fantasio: “gracias a mi revolucionario sistema se acabó la organización arcaica de miles de artículos y archivadores en cajones obsoletos”, pero como casi todos sus inventos no funciona, me recordó al profesor Tornasol de Tintín, una figura entrañable, desorganizada pero que es realmente brillante y a la hora de la verdad es la que termina de sacar de algún apuro a sus compañeros sin darse cuenta.

La historia nos plantea también lo que pudo pasar a muchos habitantes de las ciudades ocupadas que los tildaban, como a Spirou, de colaboracionistas y antipatriotas por trabajar para el invasor y poder ganarse la vida en una época muy dura. Pero había dos tipos de “colaboracionistas”, los que de verdad como Spirou trabajaba para ganarse la vida y además ser de la resistencia y tener un trozo de pan además de un sitio donde dormir y los otros que eran gentes, amigos del barrio, que colaboraban de verdad con los nazis para beneficio propio y enriquecerse a costa del sufrimiento de sus compatriotas.

Son magníficas ilustraciones de Oliver Schwartz en el que este primer álbum muestra su talentoso arte y acompañado como guionista de Yann auténtico hombre orquesta como guionista del cómic francobelga, con una cultura muy vasta y una gran documentación hacen que de su trabajo sea muy divertido, cínico, feroz, romántico…

Cada viñeta te atrapa, no solo por sus grandes detalles en los que no falta de nada, por ejemplo, los exteriores de Bruselas con sus calles y sus gentes, carteles publicitarios junto con los propagandísticos, etc.

Quizás algunos lean esta obra de Spirou buscando una historia bélica, no la encontrarán, aunque esté basada  en ese contexto. Lo que encontrarán además de un algo de intriga, unos valores como la amistad entre dos personas y cómo esta se rompe por un tercero (el invasor), la lucha por sobrevivir, pero sobre todo la lucha por quitarse de encima al opresor.

En definitiva, “El botones de verde caqui” te abre el apetito de al terminar de leerla de querer leer más Spirou por favor.

“El botones de verde caqui”. 64 págs // Cartoné // Color // 16 €. Editorial Dibbkus.

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