Qué entendemos por boceto, la RAE lo define de la siguiente manera: Proyecto o apunte general previo a la ejecución de una obra artística. Esquema o proyecto en que se bosqueja cualquier obra. El boceto de un libro, de una ley. Esta es la definición etimológica de boceto, pero esta palabra es mucho más que esa definición, ya que ese apunte o esquema plasmado en un soporte, nos puede transmitir mucho más que el simple camino para llegar a la ejecución de una obra artística, gráfica, visual o arquitectónica. Uno de los múltiples soportes en los que pueden plasmarse los bocetos es un simple cuaderno, un cuaderno que llega a ofrecer un mundo paralelo e intimista del artista o ilustrador que empieza a darle vida.
A través de los cuadernos de bocetos podemos percibir la intimidad visual y la forma de pensar de esas mentes creativas que lo desarrollan para llegar a un objetivo o simplemente por el mero hecho de dibujar o escribir. Todos coinciden en que este acto de rellenar un cuaderno de bocetos es de libertad y relajación en el que se puede expresar con el entusiasmo de un niño junto con su frescura, la inspiración.
No todas las anotaciones son importantes, la mayoría son bastante corrientes, pero todas ellas son necesarias. Para algunos, los cuadernos de bocetos son un diario visual donde se afirman o reafirman las ideas. Para otros, los cuadernos de bocetos son un lugar para jugar y una vía de escape del trabajo.
Según el diseñador alemán Daniel Kluge “los bocetos son como embriones, tan pronto como los creas, nacen y empiezan su vida”.
Todo esto está muy bien reunido en la obra editada en 2009 por la editorial Blume titulada “Los cuadernos. Bocetos de diseñadores, ilustradores y creativos” y escrita por Richard Brereton (editor de GRAPHIC). Un volumen en el que están reunidos ilustradores de todas las partes del mundo que nos abren sus cuadernos de bocetos y explican cuando y cómo empezaron a utilizarlos. Entre los ilustradores que componen el volumen están los reconocidos Renato Alarcao (ha realizado trabajos para The New York Times), Serge Bloch (Wall Street Journat, Time, The New Yrok Times), Daniel Kluge (los ositos Bimbo), Chris Gilvan-Cartwright (Sunday Times, Independient, BBC Penguin Books), entre otros. El volumen ofrece una reveladora visión del funcionamiento interno y la inspiración privada del mundo de la publicidad, el diseño gráfico y la moda, el arte, el arte de la calle y la ilustración. Dicho material está acompañado de breves entrevistas en las cuales nos expresan los artistas de qué forma están ligados los bocetos a las obras terminadas, proporcionando al lector una visión directa e inmediata del proceso de búsqueda y creación.
Además destacaría la figura de tres españoles, Pablo Amargo, Pepe Carrió e Isidro Ferrer, estos dos últimos tuve la suerte de recibir clases hace ya un tiempo, y fueron de esas ponencias que difícilmente se olvidan.
Pep Carrió y su cuaderno de bocetos es una especie de laboratorio portátil, un espacio para marcar con referencias, para capturar lo inmediato, para experimentar; un almacén de la memoria.
Isidro Ferrer tiene una frase que lo definiría todo “mi memoria es caprichosa y selectiva y por este motivo decido vallarla”, magfnífica ¿verdad? y a los cuadernos los define como los que están llenos están vacíos de espacio, y los vacíos están llenos de posibilidades. Simplemente genial.
