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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Versos para una máquina de habitar

Versos para una máquina de habitar
Pablo Delgado el

La R.A.E. describe una casa como un edificio para habitar, de una o pocas plantas destinado a vivienda unifamiliar, en oposición a un piso. El término de casa nos lleva a denominarla también como vivienda, un lugar cerrado y cubierto que es construido para ser habitado por personas. Dos acepciones que como podemos apreciar puede llevar a múltiples significados, ya que tener una casa, es decir, un techo dónde cobijarse, el significado esencial para el ser humano es el de recogimiento y protección.

Las casas no solo forman parte de cada uno, también lo hacen del entorno en el que conviven junto al ser humano. Un entorno que a base de diferentes materiales de construcción es moldeado, creando paisajes definitorios en los que las personas los utilizan, los disfrutan o en el peor de los casos, los sufren.

Pero hubo un tiempo atrás dónde un arquitecto fue más allá al denominar las casas como “la maquina de habitar”, término impulsado por el suizo Le Corbusier (1887-1965), considerado uno de los más claros exponentes de la arquitectura moderna. Su arquitectura de la vivienda ha sido identificada habitualmente desde la óptica de su eslogan «la casa es una máquina de habitar». Para Le Corbusier el problema de la casa debía ser abordado desde dos frentes: por un lado, la resolución racional y óptima de los problemas técnicos, funcionales y económicos; por otro, la respuesta arquitectónica al modo de habitar del hombre moderno. La casa-máquina debía ser un mecanismo eficaz en ambos aspectos. El reto consistía en hacerlos compatibles entre sí y en dar una solución satisfactoria a ambas cuestiones, sin olvidar nunca el fin primero y último de perseguir la belleza y ésta debía repercutir en la forma de vida de los ocupantes de los propios edificios. A través de un sistema arquitectónico útil tanto en el plano formal y estructural como en el funcional y simbólico que le permitió dar una nueva definición del hábitat moderno.

Pero… ¿y si juntamos esa búsqueda de la belleza por parte de Le Corbusier con la poesía? o ¿si juntamos palabras que formen versos para que hablen de la casa como algo más que un simple techo sustentado por unas cuantas paredes?, pues tendríamos un hermoso y original libro llamado “Versos como una casa” (A Buen Paso), escrito por la poeta y autora de libros infantiles Mar Benegas e ilustrado por Francisca Yáñez (Chile, 1971).

Versos escritos a esas cuatro paredes y techos que nos dan un calor y un cobijo necesario para nosotros y para los nuestros. Versos que construyen una realidad mágica que rodean al significado de una casa, sobre cómo se construye, que pasa en ella y a su alrededor, quién o quiénes llegan a formar parte de ella. Lugar de dónde salen experiencias y recuerdos que llegan a marcar a las personas a lo largo de sus vidas.

Habla Mar Benegas de los poemas que ha escrito en este libro: “Los ojos que abre la infancia son dos ventanas. Por eso, ser la voz del poema es habitar la casa de la infancia. La casa de la infancia siempre debe estar habitada. Palabras que sanen y versos que canten. Porque en cada habitación se va forjando un recuerdo. Y se puede escuchar el trino de los pájaros. Y cada recuerdo sujeta las ramas de los árboles, hace volar las estaciones o enciende el sol y las estrellas. Y los versos son lugares. Lugares que se construyen con palabras y que serán habitados, más tarde, por esos recuerdos”.

¿Qué pasa?
Te voy a contar qué pasa
según construyes tu casa:
si la construyes de mar,
te la roba el calamar.
Si la construyes de viento,
como vuela se va huyendo.
Si la construyes de fuego,
siempre se te quema luego.
Si la construyes de ramas,
habrá nido y no habrá cama.
Mas si la haces de flores
huele bien y es de colores,
pero al tiempo se marchita
y se te queda chiquita.
Y ahora ya sabes qué pasa
según construyes tu casa.

Versos que son vestidos por las ilustraciones de Francisca Yáñez en esta composición poética original. Con unos dibujos coloristas de trazo sencillo, nos transporta al otro significado de la casa, al significado de habitar y al de vivir, desde la infancia hasta las reuniones con los amigos, en dichas “máquinas de habitar”. Dibujos de gran fuerza que aprovechan la experiencia del texto para imaginar nuevas formas de interpretar y de tomarse cada página como una experiencia nueva y enriquecedora por su construcción simbólica y con gran variedad de variantes. Una pequeña gran odisea poética de carácter gracioso e íntima que atraviesa lo público y lo privado de forma sutil y elegante. Un libro atractivo tanto para los ojos de los adultos como para los de los niños, que les ayudará a ver desde otro punto de vista, aquello (la casa) de la que forma parte esencial de su vida diaria.

“Versos como una casa” // Mar Benegas y Francisca Yáñez // A buen Paso // 2017 // 16 euros

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