En una conferencia de la Unesco, celebrada en París el pasado septiembre, expertos internacionales compartieron nuevas estrategias de protección del patrimonio cultural subacuático. Se aplicarán en escala mediterránea las lecciones aprendidas por el innovador sistema creado en España por la Guardia Civil, al que se suman los medios de la Armada. El sistema de vigilancia costero de la Guardia Civil, creado para prevenir actividades de tráfico de personas y narcóticos, monitoriza también las actividades de rastreo e investigación del fondo marino que pudieran poner en peligro el patrimonio, actividades que se planea incluir en el Código Penal. En España este sistema ya ha servido para expulsar a varios buques de cazatesoros que trataban de investigar pecios en aguas españolas.
La protección de los yacimientos amenazados por empresas de cazatesoros fue el principal asunto de la reciente conferencia internacional sobre la protección del patrimonio subacuático celebrada en la sede de Unesco en París el mes pasado. Se trata de una de las mayores y crecientes amenazas para la integridad de los pecios en todos los mares del mundo, aunque no la única.
Entre los expertos reunidos para establecer las estrategias de protección a futuro, arqueólogos, gestores culturales y miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad destaca como novedad la participación de un contraalmirante de la OTAN, Denis Bigot, que explicó cómo la Alianza puede incluir la protección de sitios en sus misiones de vigilancia en el Mediterráneo. Ese nuevo escudo que aportaría el sistema de vigilancia militar se suma a los esfuerzos de funcionarios de justicia y de lucha contra el tráfico de bienes culturales reunidos también en París.
La intervención de la OTAN será gestionada desde la Operación Sea Guardian, puesta en marcha tras los atentados de las Torres Gemelas en 2001. Con los años se ha convertido en una operación más amplia, destinada a prevenir riesgos de seguridad en el Mediterráneo, tanto actividades terroristas como la seguridad de la navegación. Ahora, algunos de sus objetivos sumarán el control de zonas de interés patrimonial y las actividades de barcos sospechosos. Para ello utilizará los recursos ya desplegados en el Mediterráneo, tanto sensores como la conectividad y el intercambio de información entre los miembros de la Alianza.
Michel L’Hour: Francia apuesta por los proyectos el trabajo del DRASSM
El gran arqueólogo francés, Michel L’Hour habló de las amenazas y desafíos de la actividad humana sobre el patrimonio, ya que “no podrá resistir indefinidamente la explotación comercial implacable a la que se le está sometiendo”. Junto a otro de los grandes, el arqueólogo James Delgado, señalaron la necesidad que tiene este patrimonio cultural subacuático (PCS) de reconocimiento y protección, puesto que es una evidencia esencial del pasado de la humanidad, del que aún no tenemos una clara consciencia.
L’Hour, en declaraciones a Espejo de Navegantes, matiza nuestra pregunta sobre si son los cazatesoros la mayor amenaza del PCS: “No estoy convencido de ello. Hay que tener en cuenta otras, como los arrastreros y las actividades industriales, que tienen gran impacto”. Pero también reflexiona sobre los países que se han dotado de legislación protectora. “En francia tenemos una ley desde hace muchos años para la preservación del PCS y una organización para actuar en consecuencia, el Departamento de Investigación Arqueológica Subacuática, DRASSM, que precisamente acaba de cumplir 50 años”. Para el arqueólogo francés, hay que tener en cuenta que como los recursos naturales, el patrimonio no es inagotable. “Cuanto más demoremos actuar perderemos más información asociada a los yacimientos”, añade.
Preguntado por la necesidad de mejorar la divulgación, afirma que “siempre hay posibilidades de que expliquemos mejor el valor del PCS, pero mi experiencia en muchos países es que la gente ya conoce la importancia de estos restos. Más raro suele ser que la política o los políticos muestren verdadero interés en el patrimonio. A veces declaran que ese interés existe aunque no tomen decisiones como crear una organización especial para gestionar el futuro del patrimonio, como podría ser el DRASSM. Probablemente la causa es que los pecios mueren en el silencio del mar cuando los arrastreros o los cazatesoros los destrozan“.
Sobre la Convención Unesco, L’Hour afirma que es “una respuesta excelente para luchar contra el saqueo del patrimonio subacuático. El problema es que la convención ha sido ratificada por muchas naciones (55 hasta el momento) pero muchos países no toman medidas concretas para implementarla. No obstante, añade, “la cooperación internacional es necesaria, es un primer paso, pero después hay que esperar que cada país que ratifica la Convención ponga en marcha una organización que dé trabajo a los arqueólogos necesarios para gestionar el PCS de manera activa. Si eso no ocurre la protección no pasa de ser una ilusión”.
Como todos los arqueólogos, L’Hour ha trabajado en pecios expoliados y expresa la pena que se siente al bucear en ellos: “Es exactamente la misma sensación que tendrías si cuando vuelves a casa descubres que han robado en tu domicilio tus posesiones personales favoritas, han roto los muebles y ensuciado toda la casa”.
Acabamos con una pregunta sobre la inmunidad soberana: ¿Ha sido la forma más eficaz para proteger legalmente los pecios expoliados? “No sé si la más eficaz pero sí muy útil. En Francia, por ejemplo, invocamos la propiedad de los pecios de nuestra bandera para proteger el patrimonio prohibiendo cualquier concesión comercial sobre los mismos y requiriendo el estudio del PCS por arqueólogos titulados. No solemos pedir la devolución de los objetos excavados en otros países, pero sí vigilamos de cerca y exigimos que esos objetos que pertenecen a Francia sean expuestos en museos públicos cerca del lugar del hallazgo.
Conclusiones de Ulrike Guerin, secretaria de la Convención
La secretaria de la Convención, Ulrike Guerin, se muestra muy satisfecha, en declaraciones a Espejo de Navegantes. “El balance es excelente. Hemos sumado a Interpol para la protección del patrimonio en el futuro inmediato. De hecho esperamos que el próximo año Interpol pueda crear un grupo especial especializado en patrimonio cultural subacuático (PCS), según los planes que han compartido con nosotros”.
Guerin destaca también que “hemos logrado enrolar a la OTAN, y es importante porque si podemos a través de la Alianza sensibilizar a las Marinas de los distintos países para controlar los yacimientos conocidos será excelente. Para empezar se habla de incluir el PCS en la Operación Sea Guardian. Ahora se necesitarán talleres de formación específica para informar a las autoridades policiales. Y también hemos logrado expresar claramente el problema de los objetos expuestos en los museos procedentes de la explotación comercial del patrimonio”.
En cuanto a la amenaza que suponen los cazatesoros para el PCS, Guerin es clara: “Creo que el problema del saqueo y la explotación comercial del patrimonio cultural subacuático es de hecho un problema muy ampliamente extendido. Sin embargo, sin lugar a dudas existen otras amenazas, como la pesca de arrastre, la extracción minera, las obras de construcción de la costa, etc. Tenemos que lidiar con todas esas amenazas en un esfuerzo común”
Nuevos firmantes de la Convención Unesco 2001
Entre los puntos más positivos del encuentro destaca el anuncio de que Alemania y Kuwait ratificarán muy pronto la Convención 2001. La implantación de la Convención tiene un ritmo lento, dentro de la normalidad. Guerin recuerda que “la Convención de Patrimonio Mundial no se ratificó a un ritmo más rápido que la del Patrimonio subacuático. Pero creo que a la larga todas las naciones la suscribirán, aunque tome su tiempo. El asunto principal es el desarrollo de la arqueología subacuática y el acceso público al PCS, y tenemos que empezar a hablar del patrimonio cultural con la misma naturalidad que al patrimonio natural cuando nos referimos a los océanos.
Sobre las posibles reticencias de algunos países con respecto a suscribir la Convención, que consagra la inmunidad soberana de los buques de Estado contemplada en las otras leyes del mar, Guerin afirma que “lo que la Convención propone es dar la misma protección a todos los pecios, con independencia de su procedencia y naturaleza, no añade acuerdos de inmunidad soberana a restos específicos”.
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