“La batalla del Mar Océano aporta una copiosa documentación, en parte inédita, que sin duda servirá no solo para el estudio y análisis de la confrontación naval y militar entre España e Inglaterra en la época de la Gran Armada de Felipe II, sino también en otros campos de la historiografía como la sociología y la economía, en una época crucial de la historia de España…No es habitual que se celebren actos con estas dos características tan peculiares y excepcionales, en los que coinciden la culminación de una obra gigantesca con el merecido reconocimiento a una persona a la que toda la comunidad cultural histórica y naval le debe tanto comenzando por el que les habla”.
Director del Museo Naval de Madrid. Almirante José Antonio González Carrion.
A Sisiño le hubiese encantado el acto celebrado en Madrid. Por su natural modestia, no porque se homenajeaba justamente a su figura (los que le conocen, saben que huía de todo reconocimiento), sino sobre todo, porque se anunciaba la publicación de su ansiada “Batalla del Mar Océano”. La obra sobre la que llevaba años trabajando. Completamente entregado. Ilusionado, pensando en sus mil y un detalles. Como siempre hacía cuando se enfrentaba a la compilación de un importante corpus documental.Y era ansiada. Porque aquel maremagnum de legajos, cartas, datos, historia… esperaba su publicación después de haber dedicado mucho tiempo de trabajo. Ya estaba entregado a otros proyectos, dejando esta magna obra en la cola de impresión, cuando la negra parca se llevo a este marino ilusionado, ilusionante e ilustrado. Y por eso estaría contento. Por el acto en sí de la publicación. De facilitar a todos los investigadores y estudiosos un fragmento más de luz de nuestra histoira. Todos los años de trabajo, junto a ese magnífico equipo que el Almirante Rodríguez Carrión resaltó uno por uno. Empezando precisamente por el propio Aller, continuando con los almirantes Marcelino Dueñas Fontán y Jorge Calva Gross y terminando con Dña. María del Campo Mérida.
Y lo hizo junto a ese magistral equipo que tanta documentación histórica concentraban, descubrían.
Las palabras del Almirante resonaban en aquellos muros centenarios. Y sonaban sentidas. También descriptivas. La doble funcionalidad del acto, según relató el almirante González Carrión en declaraciones a este blog, subrayó la importancia de esta obra, que ha supuesto un esfuerzo brutal que ha acercado a la luz más de 9.000 referencias documentales. Documentos que nos hablan de la historia pero también de la economía y la sociología de ese último tramo de la empresa contra Inglaterra. Y por otro lado supuso un necesario acto de homenaje del Museo Naval con José Ignacio González Aller, la persona que tuvo la visión de convertir esta institución en lo que es hoy, con enorme impulso y renovación: en uno de los museos navales más importantes del mundo; que no contento con eso, también fue capaz de dotar de relevancia y ordenar sus archivos y la biblioteca, como hoy los conocemos. Por ello desde ahora hay una placa conmemorativa en la sala del Patronato, que está dedicada a Sisiño González Aller.
Por ello, en su discurso, el almirante insistió en que “La batalla del Mar Océano” sea publicada también en versión digital para que esté al alcance de todos los investigadores y personas interesadas en conocer la historia en sus documentos originales. El homenaje contó con la presencia del AJEMA, Jaime Muñoz-Delgado, el senador y escritor Juan Van Halen y el secretario técnico de Defensa, David Javier Santos Sánchez.
El conjunto de la obra, bajo el título la Batalla del Mar Océano, denominan a los múltiples combates y escaramuzas, primordialmente navales, habidos a lo largo del interesante periodo que transcurre desde los últimos tiempos del reinado de María Tudor hasta La Paz firmada entre Jacobo I de Inglaterra y Felipe III de España. 40 años de hostilidades abiertas. Y es que la cosa estaba clara. El reparto del mundo entre España y Portugal con la bendición papal, junto a la posterior hegemonía de Felipe II, no fué nunca aceptado por las restantes potencias europeas. Tras un largo periodo de veinte años, Felipe II decidió ya a principios de 1586 ir al foco del problema y realizar un plan de invasión de Inglaterra, el cual se intentó en el verano de 1588 y dio lugar al conocido fracaso de la Invencible.