Un nuevo cuadro dedicado al navío español que hizo una de los viajes más heroicos de nuestra historia se suma al gran lienzo sobre el final del barco que posee el Museo Naval.
De nuevo embarcado en la gran historia naval española, apenas dos meses después de presentar el cuadro «El último combate del Glorioso» en el Museo Naval de Madrid, el pintor de batallas, Augusto Ferrer-Dalmau, ha vuelto a abordar la épica travesía que este navío de 70 cañones protagonizó en el verano de 1747, y aquí recordaba el historiador Agustín Rodríguez. Recordémoslo: el buque logró cumplir su misión y desembarcó los caudales que transportaba desde América en Corcubión, después de superar el ataque de dos escuadras inglesas superiores en cañones y tropa. Y solo cayó, agotada la pólvora y desarbolado, en un tercer combate, mantenido durante dos días de manera feroz cerca del Cabo de San Vicente, cuando se dirigía a repararse a Cádiz, ante una flotilla abrumadoramente superior que le dio caza.
El nuevo cuadro de Ferrer-Dalmau ya está terminado y mide 100 x 80 cm. Recoge una arriesgada maniobra que el capitán Pedro Messía de la Cerda realizó mientras combatía en aguas próximas a Galicia el 14 de agosto de 1747, en su segunda refriega. Ya había superado el ataque del convoy inglés en las Azores, acontecido el 15 de julio y en el que había hundido la fragata Lark y puesto en fuga al navío Warwick (Así lo contaba Arturo Pérez Reverte). Al llegar a pocas millas de Finisterre, ese 14 de agosto, Pedro Messía avistó otra vez tres velas inglesas: el navío Oxford, la fragata Shoreham y la corbeta Falcon.
Enfrentamiento decisivo
El lienzo, que reproducimos sobre estas líneas, representa el momento decisivo del enfrentamiento sostenido por el Glorioso con el Oxford. Una vez más, Ferrer-Dalmau ha contado con el asesoramiento de Arturo Pérez Reverte para asegurar que su obra es fiel a lo ocurrido en todo lo referente a la maniobra naval. En este caso, además, fue esa arriesgada maniobra la que sorprendió al enemigo y le dio la victoria. El cuadro servirá para ilustrar el libro sobre el Glorioso que escribe actualmente el capitán Agustín Pacheco Fernández.
Tácticas de combate naval
Lo que más llama la atención en el cuadro y resulta extremadamente fiel a los hechos es que el buque español combate a sotavento del Oxford, el mayor de los tres navíos con los que se enfrentaba aquel día. En el combate naval el barlovento suele dar ventaja, incluso facilitar la victoria porque permite decidir dónde y cómo atacar al contrario. Pero en este caso lo cierto es que Pedro Messía de la Cerda realizó un alarde de pericia marinera. La fuerte marejada que había aquel día frente a Finisterre cambió las reglas y el español fue el primero en darse cuenta.
Messía había logrado el barlovento en la primera aproximación, al inicio del combate, pero los barcos iban muy inclinados, azotados por el viento en medio de una mar gruesa, y Messía se percató de que no podía utilizar la primera batería sin que entrase agua en el entrepuente. Por ello decide virar y ponerse a sotavento. De ese modo el Oxford no podrá dispararle con todos sus cañones, ya que la primera batería queda en la línea de flotación, pero el Glorioso sí. E hizo buen uso de ellos.
El libro sobre la creación de «El último combate del Glorioso» que prepara el capitán Agustín Pacheco Fernández es el resultado de un trabajo de investigación en archivos españoles, ingleses y americanos, y sacará a la luz numerosas revelaciones sobre la historia de este navío del siglo XVIII hasta ahora poco o nada conocidas. Pacheco, actual responsable de la Sala de Investigadores del Archivo General Militar de Madrid, centro dependiente del Instituto de Historia y Cultura Militar ha logrado datos reveladores sobre los tres combates del Glorioso.
Ferrer-Dalmau, que reconoce facilidad para pintar el mar, pero se siente abrumado ante los problemas técnicos de las batallas navales a vela, cree que aún pintará otro cuadro más del Glorioso. «Ya le tengo aquí, combatiendo; y destrozado por la desigual lucha en el cuadro del Museo Naval, justo antes de entregarse. Me gustaría pintarle también impoluto, nada más partir». El pintor de batallas anuncia que el libro de Pacheco contará con bocetos y tal vez algún retrato de Messía.
Pero al tiempo ya anuncia nuevas obras en las que está actualmente trabajando.
Embarcado en otros capítulos de nuestra mejor historia por contar.
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