“Los periodistas científicos somos los story-tellers de la ciencia. En el corazón de cada historia hay seres humanos de carne y hueso, y nuestro objetivo fundamental debería ser mostrar a la gente por qué la ciencia es importante para su vida”
Pam Belluck. Periodista
“La ciencia es la única manera que tenemos de saber algo con certeza”
Harold Kroto. Premio Nobel
Hay un lema, el de la Universidad Oxoniense, que por su rotundidad, basada en el conocimiento, siempre me fascinó desde que lo conocí hace unos años. “Fortis est veritas” cita en latín. Sus letras, ya sea en madera o en piedra, ostentan sin lugar a dudas un profundo significado. Su traducción viene a decir algo así como; “La verdad es poderosa”, o “la fortaleza de la verdad”. Este lema, como ocurre con la vanguardia que ostenta lo clásico, emerge del pasado con la fuerza que le otorga su significado. En el mundo de la ciencia, la razón, el conocimiento, la verdad es la gran aliada de quienes trabajan por ella y pueden probarla. Funciona así, se llama discurso científico y es de lo más apasionante, allá donde se encuentre y se convierta en debate público. En el caso del galeón San José, “la verdad”, científica, demostrable, cargada de ética y responsabilidad hacia el patrimonio sumergido, ha acorralado a un proyecto con muchos claroscuros científicos y arqueológicos. Esa verdad esgrimida “poderosamente” por algunos, ha dado paso a que el presidente Santos, con su declaración, (por otro lado y por fin), repleta de sentido común, determine; «He tomado la decisión de suspender los términos del proceso en curso». La suspensión de un proceso, la del rescate del galeón San José, que parece ha supuesto desde su nacimiento, una afrenta directa al concepto de arqueología científica internacional, transparente y pública, la arqueología que impera en las culturas desarrolladas del mundo.
Si bien, y afortunadamente, diferentes actores reconocidos del mundo académico, científico y jurídico; Xavier Nieto, Antonio Rengifo, Alexaindre Monteiro, Michel L´Hour, (célebre fue su notable entrevista titulada; “La venta del galeón San José es un crimen, no es arqueología” , Manuel Lucena, Jose María Lancho entre otros, han denunciado públicamente desde hace tiempo, la desastrosa situación que disponía en el tablero internacional y para el patrimonio cultural sumergido, la cuestión del “San Jose”. Ha sido principalmente la labor del periodismo de investigación y el acento liderado por Jesús García Calero, la que ha anunciado y denunciado al mundo de forma repetitiva y constante, “el peligro que suponía, ese fatídico proceso”. Buena parte de todo esto se ha realizado por medio del periodismo. Por todos es sabido, que la prensa ha jugado un rol clave en develar comportamientos supuestamente ilegales y antiéticos en el mundo. Muchos de los artículos de los periodistas de investigación más famosos del mundo, Thomas Stead, Günter Wallrof, Truman Capote, Eric Schlosser, Sthepane Horel, han derrocado por medio de la tecla y la razón, diferentes iniciativas que atentaban contra la seguridad jurídica, la democracia, la salud o el bienestar de los ciudadanos. Jesus Carcía Calero, contando está verdad al poder, lo está realizando en esta ocasión en nombre de la arqueología y la cultura. Esta maravillosa, pero en demasiadas ocasiones, olvidada ciencia, ha sido relegada en demasiadas ocasiones al abandono, por agentes completamente exenta a ella. La codicia, la presión urbanística, demográfica y la ignorancia o el fanatismo en no pocas ocasiones a lo largo del mundo ha destruído para siempre bienes arqueológicos únicos y además lo ha hecho para siempre. Es por eso, que en la protección y denuncia de los peligros que acechan al patrimonio cultural submarino, que un periodismo veraz se acerque a su orilla, es desde luego para los amantes de la cultura y de esta preciosa ciencia, un hecho de gran significado y en un mundo, en demasiadas ocasiones olvidadizo, de reconocimiento.
Si existen grandes batallas en los medios para la mejora de la sociedad, “sin prensa, no hay democracia”, en esta ocasión la cuestión se ha cernido con la pluma de calero, sobre cuestiones claves del patrimonio cultural subacuático mundial. La batalla y cuestión no es baladí. Para muchos arqueólogos y científicos, como antes mencionábamos, la cuestión del “galeón San José”, supone todo un reto, un “pulso de fuerza” dirigido a la arqueología mundial como ciencia hasta ahora conocida. Su ejecución, supondría una grave afrenta a lo que entendemos por arqueología científica, para muchos, un antes y un después en esta disciplina. El periodismo de investigación que Calero, que recuerda a los consejos de esa leyenda del periodismo que fue Kapucinsky, imbuia al gran periodismo de una lucha por la verdad sin más. Enfrente, la codicia, una avaricia económica simplona por hacer de un patrimonio arqueológico, un criterio de repetición, una opción legalista que susurrada por los cazatesoros a los oídos de los legisladores, han conseguido introducir en las cámaras legislativas de todo un gran país como es Colombia, para poder “vender”, hacer comercial buena parte de todo un yacimiento arqueológico al mejor postor que se presente. Para cualquier técnico, académico o científico de cualquier institución mundial o internacional avanzada, esto del “mercadeo” de la arqueología, es toda una barbaridad científica, por mucho que se vista de lo que se quiera. Mahatma Gandhi sentenciaba que «cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer”. La desobediencia del periodista de cultura de ABC ha sido, ponerse manos a la obra y destapar la realidad, demandar que se haga cumplir una legislación internacional, basada en los altos estándares culturales de los países desarrollados.
La información del Galeón San José…un ejemplo de periodismo de investigación.
Posiblemente la investigación sobre el Galeón San José ha tenido mucho que ver y tendrá, sobre futuro. Para muchos tal y como reza el artículo, la “investigación del galeón del ABC, ha salvado al San joséde los cazatesoros en Colombia”. Si nos atenemos a la definición sobre, periodismo de investigación, esta nos dice básicamente que se trata de: “la iniciativa y el trabajo del periodista sobre asuntos de importancia que algunas personas u organizaciones desean mantener en secreto”. Sus tres elementos básicos, que se han dado sobre el asunto del Galeón de pabellón hispano, serían básicamente: que la investigación sea trabajo del reportero, tal ha sido el papel de Calero. Que el trabajo aporte algo novedoso, ha sido la principal fuente verídica y en profundidad sobre el asunto durante buena parte de todo el proceso y que tenga interés para un grupo más o menos amplio, han sido decenas de miles los lectores en todo el mundo los que han seguido este célebre caso. Por último, que sea prolongado en el tiempo. Sorprende, que desde el inicio, dado la profundidad del conocimiento que el periodista de ABC ostenta sobre el patrimonio cultural sumergido de época moderna, durante los últimos diez años posiblemente sea el periodista que a nivel internacional que más haya publicado sobre la cuestión, entrevistando para ello a sus principales actores y científicos de las más dicersas instituciones de investigación y museos del mundo. Desde el principio del anuncio de las intenciones sobre el Galeón San José, el periodista de ABC, fraguó su edificio de investigación. Su objetivo; desvelar una verdad que, por su gravedad y compromiso para su o sus protagonistas, se intentaba mantener oculta. Todos estos ingredientes, como si se tratase de una novela, se han dado en el caso del San José, al detalle y punto por punto.
Investigación veraz, sistemática, desde que se conoció la noticia, se dispusieron los primeros pasos para hacer cambiar en Colombia, una legislación con unos criterios en torno al patrimonio sumergido impropios de una cultura desarrollada. Desde ese momento Jesús García Calero, junto a su equipo, trabajó en profundidad y exhaustividad el alcance, detalle y significado del asunto. Incluso realizó un llamamiento, entrevistando a buena parte de la comunidad científica internacional para conocer su punto e vista sobre el asunto y pedir, como reclamaba el título, “respeto por el Galeón San José”. Realizó un uso intensivo de datos históricos y registros públicos, la búsqueda de testimonios especializados y basados en la ciencia, así como el uso de los archivos históricos o el análisis de los movimientos financieros, “El oro del galeón San José, acabará en las islas Caimán”, con un enfoque en la justicia social y la ciencia, propia de las grandes investigaciones mundiales. Todos estos elementos, con una técnica propia de este tipo de periodismo de investigación y una documentación detallada, han abierto durante diferentes artículos, una ventana y una luz al mundo sobre la realidad. Todo este proceso de investigación lo detalló en parte Jesús García Calero, en su intervención en el foro internacional celebrado en el Museo Arqueológico Nacional recientemente bajo el título, “la verdad sobre el tesoro del galeón San José: a debate”. Y lo dejó bien claro; “La operación del Galeón San José, no puede estar bajo otro paraguas que no sea el de la arqueología. Y Arqueología es ciencia, todo lo que no se encuentre en su discurso, el del método científico que requiere de transparencia, publicidad y no comercialización, no es Arqueología, es otra cosa“.
Hablamos de contar historias. Precisamente; “La Investigación a Partir de Historias”, un manual de periodismo de investigación publicado por UNESCO, con la coordinación de Mark Le Hunter, nos define de una manera muy interesante, este ejercicio de “decir la verdad al poder”: “El periodismo de investigación es la tarea de revelar cuestiones encubiertas de manera deliberada, por alguien en una posición de poder, o de manera accidental, detrás de una masa caótica de datos y circunstancias que dificultan la comprensión”. La UNESCO y sus principios, los que rigen a la ciencia en la cuestión del patrimonio sumergido, fueron argumentos varias veces utilizados en este debate de profundo significado. La supuesta “pseudo-arqueología de rescate y comercialización, frente a la arqueología pública y del conocimiento”. Una batalla con muchos matices técnicos, repleta de subterfugios, viradas y andanadas propias de una “batalla naval”. En pocas ocasiones nos hemos encontrado con una información veraz, actualizada y rigurosa que alce la voz en defensa del patrimonio cultural sumergido. Para los arqueólogos conocedores del daño que ha realizado la prensa de tintes exóticos, aventureros y románticos sobre el patrimonio cultural sumergido, esta defensa del legado sumergido, es desde luego, todo un gran aliado para la cultura internacional.
Periodismo de ciencia…periodismo de denuncia. La aventura del periodismo en la defensa de la arqueología.
El periodismo científico, el encargado de contar a nuestros contemporáneos, cómo es el mundo en el que viven y, sobre todo, las consecuencias que las acciones y las inacciones de los gobiernos tendrán sobre el futuro. En el caso del San José, la tecla de Jesus Calero no se ha contentado con realiar exclusivamente divulgación científica. En sus artículos, hacía buenas las palabras del redactor de la revista Nature, Ewen Calleway, que siempre tanto he admirado y que decían algo así como; “La ciencia es maravillosa, pero la labor del periodismo científico no es sólo promocionarla, sino criticar sus errores”. Con este ánimo periodístico, las investigaciones de García Calero, porporcionaban nuevas informaciones. Noticias que eran estudiadas, reflexionadas y leídas de forma inédita por científicos, instituciones internacionales o nacionales y gobiernos. Sus datos, se convertían en informaciones de primera mano para la exigencia de una gestión científica sobre patrimonio cultural sumergido, la misma filosofía que Ed Yong, Zoológo de la Universidad de Cambridge, conocido tanto por sus notas informativas como por sus reportajes de investigación publicados en la revista Science, deja bien claro que es la causa del éxito en la actualidad. Los tiempos de la postverdad, alimentarse del conocimiento exhaustivo de la ciencia, sumergirse en la misma es necesario para hacer noticia. ¿Periodismo de historiador o historiador periodista?.
Reconstruir el pasado, en esta ocasión mediante la tecla, de los hechos del pasado que tienen repercusión en el presente, ha sido otra de las agradables sorpresas para el historiador en este proceso. La puesta en valor, la actualización y modernización “de los naufragios de la Carrera de Indias, que formaban un registro único en el mundo, no renovable, para explicar la historia común desde las dos orillas y guardan claves de aquella sociedad mestiza, en progreso, que hizo posible la primera globalización, protagonizada por la Monarquía Hispánica” para acercarlos al ahora con tintes de realidad y no de leyenda negra. Con tintes de objetividad, para poder separar lo real de lo irreal. Datos, hechos, que desde las profundidades emergen a la actualidad, y en la que el estudio exhaustivo del pasado, desde los ojos de la mar, conecta directamente con la actualidad. Saber lo que fuimos, para saber lo que somos.