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El Museo de las Atarazanas en Santo Domingo, más que una esperanza

El Museo de las Atarazanas en Santo Domingo, más que una esperanza
Carlos León en la presentación de la selección de piezas del museo a las autoridades dominicanas
Jesús García Calero el

Estamos de enhorabuena. La República Dominicana está poniendo en pie un proyecto para un asombroso museo que nace con el deseo de convertirse en referencia para el patrimonio subacuático en todo el continente. La historia de la navegación en torno a la Isla Española lo merece, desde el primer viaje de Colón. El mar que la circunda, repleto de importantísimos naufragios, ha conocido numerosos expolios, pero ahora, gracias a la colaboración de científicos dominicanos y extranjeros, toco empieza a cambiar.

Perrito de porcelana ming, rescatado

Nos lo cuenta el arqueólogo español Carlos León, que acaba de regresar de Santo Domingo. Allí participa, desde hace años, en uno de los más ambiciosos planes de la arqueología subacuática del mundo hispano: el Museo de las Atarazanas. León, que ha trabajado intensamente en España el pasado año como director técnico de la muestra “El último viaje de la fragata Mercedes”, explica para Espejo de Navegantes en qué consiste el proyecto en Santo Domingo.

El Museo de las Atarazanas de Santo Domingo -nos explica- es parte del programa de fomento al turismo de la Ciudad Colonial, dirigido y coordinado por la Arquitecta Maribel Villalona, que pretende modernizar cuatro museos de la Ciudad: el Museo de las Casas Reales, el Alcázar de Diego Colón, La Fortaleza de Santo Domingo y el Museo de Las Atarazanas Reales. Por su naturaleza cultural estos proyectos se están llevando a cabo en colaboración constante con el Ministerio de Cultura de la República Dominicana y con su directora general de museos, Ana María Conde. Para el caso del Museo de las Atarazanas se ha contado con la colaboración de sus responsables en arqueología submarina, Juan López y Francis Senen, además de profesionales de la restauración y conservación de materiales arqueológicos submarinos como la profesora Isabel Brito.

El edificio de las Atarazanas fue construido en el siglo XVI, fue sede de la primera aduana y la primera Casa de Contratación del Nuevo Mundo, fue almacén y centro de distribución de los productos europeos. Estará dedicado a la navegación, al comercio marítimo y a los descubrimientos arqueológicos encontrados bajo el mar. ¿Qué piezas acogerá el centro? “Se trata de un museo con piezas originales de gran valor histórico y arqueológico y será, sin duda, uno de los mejores museos del mundo en su especialidad”.

 

-¿Carlos, cuál ha sido tu aportación para poner en pie este proyecto?

-Mi papel como consultor de museografía y arqueología submarina del Ministerio de Turismo es el de dar contenido y coherencia a este nuevo museo partiendo de la colección de piezas conservadas en el actual Laboratorio de la Oficina Nacional de Patrimonio Cultural Sumergido. En este sentido he coordinado y dirigido la selección de piezas para este futuro museo siguiendo un criterio histórico y cronológico en el que caben todos los naufragios, todas las piezas y todas las historias traídas por el mar.

-¿Qué concepto de museo y qué historia se reivindica?

-El Museo de las Atarazanas hará un recorrido por los principales naufragios históricos ocurridos en el litoral dominicano, barcos españoles, ingleses, franceses y holandeses entre los siglos XVI y XIX, algunos de los cuales han dejado colecciones de piezas increíbles y tremendas historias de navegantes y náufragos. Al final de este recorrido se hablará de la Arqueología Submarina, la metodología y la restauración y la conservación de los bienes procedentes del medio submarino.

-¿De qué naufragios habla este museo?

-Comienza hablando del primer naufragio europeo en aguas americanas, la Santa María de Colón hundida en Haití, luego habla de la Flota de Nicolás de Ovando, del naufragio del Concepción cargado de monedas de plata y cerámica Ming, de los galeones Nuestra Señora de Guadalupe y Conde de Tolosa destrozados por un temporal en la bahía de Samaná con 400 toneladas de mercurio, de los barcos piratas del Capitan Kidd y de Bannister, y de los barcos de guerra franceses Scipión y Fiance, hundidos en combate, entre otros.

-¿Cuál es la previsión del futuro de esta iniciativa? ¿Qué supondrá para la arqueología de Santo Domingo?

-Por la importancia y originalidad de la colección este museo será, sin duda, un referente en los museos de arqueología naval y subacuática de todo el mundo. Más de 1000 piezas únicas, conservadas en magnífico estado que resumen la historia de la navegación y sus fracasos. Por supuesto será un revulsivo para el avance de la Arqueología submarina en la República Dominicana y de su proyección internacional.

-¿Cuáles son las piezas más sorprendentes halladas y que se van a mostrar? ¿Qué aprendemos de la sociedad embarcada?

 

-Hay piezas tan sorprendentes como un juego oriental de pesas del siglo XVI con todas sus medidas dentro, una pulsera con el nombre de su dueña del naufragio del Tolosa, un caja con esperma de ballena concrecionado del Concepción, un perrito de porcelana Ming único, joyas, perlas, diamantes y piedras preciosas, un reloj de pared Widmills con toda su maquinaria conservada, un baúl con monedas de contrabando, botellas de vidrio con el vino dentro, ánforas llenas de brea o el esqueleto completo de un marino aplastado por un cañón. Las mil piezas de este museo nos hablan de primera mano de cuatro siglos de naufragios, de vidas perdidas en el mar, de barcos atacados por otros barcos o destrozados por la fuerza de la naturaleza y de cómo era la vida y la muerte en el mar. Es un paseo por los objetos personales de tripulaciones y pasajeros que sobrevivieron o murieron de forma trágica en un litoral lleno de peligros.

-¿Qué nos dice hoy toda esa historia compartida con vistas al presente y el futuro?

-Esta historia compartida entre la República Dominicana y los países de origen de aquellas naves son un puente cultural, un espacio único para la colaboración, para el trabajo en equipo entre profesionales, historiadores, arqueólogos, restauradores, conservadores, ingenieros navales y marinos con el objetivo de salvaguardar la historia común de nuestros antepasados. Y esperemos que sirva para concienciar al público en general acerca de la importancia de este patrimonio histórico y arqueológico que, no por estar escondido bajo el mar, ha de estar abandonado y olvidado.

 

-¿Cómo se reflejará eso en el relato de la exhibición?

-El nuevo museo contará con espacios para narrar historias, mostrar piezas, interactuar con el público, divulgar esta especialidad de la arqueología y generar interés y curiosidad por la historia naval. Un legado único que debemos conservar y proteger para el futuro.

-¿Cómo se financia? ¿Qué otros proyectos hay en el horizonte?

-Este proyecto está financiado íntegramente por el Banco Interamericano de Desarrollo que ha concedido un préstamo al gobierno dominicano para mejorar sus infraestructuras turísticas y modernizar su oferta cultural en la Ciudad Colonial. Este proyecto es uno más entre los que están dotando a esta ciudad de una nueva vida, un nuevo futuro, una nueva dimensión turística y cultural, con un futuro que ya hoy puede adivinarse con la mejora de sus calles, de sus casas, de sus restaurantes y sus hoteles. Ahora el reto es hacer de los museos de esta ciudad un verdadero referente en el mundo pues Santo Domingo cuenta, entro otros atractivos, con un patrimonio colonial único, con el Alcázar de Diego Colón, la Catedral Primada de América, la primera Audiencia y la única fortaleza de tipo medieval en América.

-¿España aprovecha la potencialidad de estos proyectos para la cooperación y la presencia cultural en América? ¿Qué se podría hacer, concretamente, para mejorar estos aspectos?

-España lleva años colaborando con la República Dominicana en muchos proyectos culturales y turísticos y este será un momento perfecto para fortalecer esta cooperación con vistas a la investigación, conservación y divulgación del Patrimonio Cultural Sumergido. La mejora deberá venir desde la colaboración y la participación entre profesionales de uno y otro lado en proyectos comunes, como están haciendo otros países del entorno en colaboración con España, alejándose juntos de los viejos rescates de coleccionistas de tesoros y caminando hacia la investigación científica, histórica  y arqueológica. Por mi parte seguiré tratando de recuperar la historia sumergida de los navegantes y náufragos españoles que llegaron a este litoral en él perdieron sus barcos para siempre. Un litoral lleno de peligros en el que hoy es una maravilla bucear y descubrir los restos que dejaron nuestros antepasados bajo el mar.

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Jesús García Calero el

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