Javier Noriega el
11 jun, 2015
«Tú en cuyas venas caben cinco Grandes. A quien hace mayores tu cuchilla. Eres adelantado de Castilla.» Francisco de Quevedo, Mus. I, Son. 14
Carretera actual en el estado de New Mexico. Estados Unidos. 300.000 Km cuadrados de desierto. Los Españoles fueron los primeros Europeos en dibujar aquellas tierras. A pesar de sus enormes desiertos…
Grupo escultórico del adelantado Juan de Oñate y su grupo de fieles en la exploración de Nuevo México. Alburquerque. Estados Unidos.
He de reconocerlo. La historia de las exploraciones y los adelantados de España, me fascinan. Impresiona de sobremanera como pudieron llegar a donde llegaron todos nuestros exploradores. Parece que a ellos les gustaba más llamarse conquistadores, hasta que Felipe II por cédula real y seguramente basándose en lo “polÃticamente correcto” les indicase que era mejor denominarse pacificadores o pobladores. Eso de conquistadores no debÃa ser buena tarjeta de presentación cuando se presentaba por primera vez en tal poblado o corte incaica armadura y yelmo en ristre. Llamándose como se llamasen, estos adelantados o pacificadores, eran “de novela”. Y ya veréis como terminaban; que si ahogado y arrojado a la mar, que si acribillado a puñaladas por los suyos, que si aseteado por las flechas en las selvas, que si muerto por las fiebres y los mosquitos, que si naufragados… Eran adelantados, e iba con la nómina, con toda su pompa, flor y nata. O mejor dicho en la no nómina. Marchaban a la vanguardia, con la idea fija de conseguir sus sueños, tan, tan alejados siempre de sus encinas de la Extremadura, sus cortijos andaluces o sus palacios castellanos. Adelantados en nombre del rey de España. Con su bandera y mentón bien alto. Con sus letras y sus tÃtulos a modo de patentes de corso allá donde se encontrasen. Y es aquà donde me llamó poderosamente la atención una cuestión que me gustarÃa compartir. Mira que disfrutamos cuando imaginamos a los descubridores surcar con sus proas los mares, derivando en lugares ignotos, recónditos, vÃrgenes. Lo que es difÃcil de imaginar es como se puede llegar a mitad de un desierto, a miles de kilómetros de tu tierra, y allÃ, en medio de la nada, reclamar aquel peñasco en nombre de su rey. Y de sus cortes.
Inscripción que el adelantado Juan de Oñate dejó escrita y grabada en la historia en las paredes de los abrigos del Morro. En el parque natural de ……. Un lugar en medio de la nada que durante siglos inspiró a los viajeros y descubridores a pintar sus graffitis, para pervivir en la historia.
Pues bien, esto de ver un graffiti en una cueva en medio de la nada, en un caracterÃstico castellano antiguo, con letras bien redondeadas y juntas, sentenciando algo asà como; “Paso por aquÃ…Don Juan de Oñate del descubrimiento de la mar del Sur, a 16 de Abril del 1605”. 21 palabras que llaman poderosamente la atención y nos sirve para conocer una de esas historias singulares, la de un adelantado. Cuando poco es de reconocer su osadÃa. Vaya tipo. Dejando claro que se detuvo allà buscando los mares del sur, como si estuviese en el paralelo 38º a la altura del Aconcagua . Para que quede grabado de cara al futuro. Y por curiosidad. ¿Donde esta esa cueva en pos de los descubrimientos de los mares del Sur?. Pues en el Morro . En mitad del desierto, en Ramah  a una temperatura de 42 grados. En el Estado de New México, lindando con Arizona y El Colorado, en plena llanura norteamericana, a miles y miles de kilómetros de su tierra de origen. O sea, en el último lugar que un hijodalgo de España podÃa imaginar terminarÃan sus huesos. ¿Cómo puede ser que un paisano de Oñate, Vizcaya, llegase hasta ese lugar perdido de Dios y dispusiese “en descubrimiento de los mares del Sur” ,en aquel seco peñasco rodeado por kilómetros y kilómetros de áridos desiertos?….Pues fue. Y lo hizo. Y resulta que ahora, gracias a la arqueologÃa y a la preservación de la historia ahà quedan sus letras. Siglos después de su hazaña. De su olvido. De su vida efÃmera…quedará posiblemente por una casualidad su recuerdo, más allá del tiempo y del espacio.
Imagen de detalle del peñasco del Morro e inmediaciones del mismo. Es caracterÃstico en medio del desierto esta montaña con una laguna a sus pies.
Pues bien, veamos que hizo este Oñate y sobre todo esos “adelantados”  que disponÃan su nombre y su honra grabados, bien orgullosos en lejanos desiertos o en densas selvas. Excavando en su curriculum, nos encontramos con un denominador común en estos tipos, lo normal en estos “adelantados”. Sumergiéndote en sus vidas, uno puede comprender algo ; “Su antecesor Cadena habÃa luchado en la batalla de las Navas de Tolosa , y fue el primero en romper la lÃnea de defensa que protegÃa a Mohámmad Ben Yácub. A la familia se le concedió un escudo de armas, y a partir de entonces fueron conocidos como los Cadena. Los Cadena de Oñate “. Casi nada. “Er caena” allá en mitad de la nada explorando nuevos territorios en nombre del Rey y escribiendo en lugares emblemáticos de los nuevos territorios que hollaban sus pies. En cuanto se realizaba el descubrimiento, agregan a sus tÃtulos tradicionales el de reyes de Indias, y los nuevos territorios, esos en los que los adelantados morÃan de paludismo, ahogados y mil accidentes más, tomando los nombres de Nueva España, Nueva Castilla, Nueva Granada o Nueva Toledo , significando asà que la vieja Nación se reproducÃa en los territorios de la joven América.Consecuencia de esto fue que no se considerasen como colonias, como curiosamente ha quedado para la historia, sino como provincias o reinos de la MonarquÃa constituidas al otro lado del Océano. Idénticas en derechos a las de la PenÃnsula. De todas, todas. De ahà la importancia de los adelantados. A los apellidos reales se iban añadiendo los territorios que tan esforzadamente se iban descubriendo, pacificando según Felipe II por mandato y designio real, las «nuevas geografÃas» de las «nuevas tierras».
Jurisdicción nominada esto de adelantado con rango de dignidad análogo al del almirante. Con estas anduvÃan por el mundo. De Filipinas al Nuevo Méjico. De España al Callao. El catálogo es numeroso y las fuentes de las épocas nos dejan bien claro como dejaban este mundo. Juzguen ustedes. De esta forma es más fácil comprender el garabato de Juan de Oñate en medio del desierto de New México. Explorando eso si, los mares del sur.
La vida de un adelantado. Historia de una ida y una vuelta
“Mirad á Jhoan ponce de León , adelantado de la Florida, muerto por los indios: el adelantado Rodrigo de Bastidas, muerto á trayçion á puñaladas por sus soldados: el adelantado Diego Velázquez gastó innumerable dinero en el descubrimiento de la Nueva España, é goçólo otro y él quedóse en blanco: el adelantado Vasco Nuñez de Balboa , adelantado de la mar del Sur y descubridor della primero, fue degollado por traydor, é otros con él, sin ser trayddores, (al final todos degollados) el adelantado liçençiado Lúcas Vázquez de Ayilon , oydor de Su Magestad en el Audiencia real, que reside en esta cibdad de Sancto Domingo , gastó su haçienda é murió en el descubrimiento de çierta gobernaçion que se le dio en la parte del Norte, é aún lo echaron en la mar: Francisco de Garay , adelantado de Panuco , gastó su haçienda con su armada é yr á poblar lo que no sabÃa, é perdiolo todo é al cabo murió, é aún quisieron algunos deçir que fue entosigado, (entre apuñalamientos y arrojados al mar, faltaba la versión intoxicación, el entosigado del que nos hablan las fuentes) :el adelantado Antonio Sedeño gastó muchos dineros en la conquista de la Trenidad é de la Meta, é al cabo se perdió é murió desastradamente: el adelantado Diego de Ordaz , algo más desatinado que los otros, dexó é perdió quanto tenÃa é quiso poblar en el rÃo Marañon, é al cabo yendo á España, murió y echáronlo en la mar (que raro).
el adelantado Hernando de Soto , gobernador de la Isla de Cuba, a viendo ydo cargado de oro á España, passó á la Tierra Firme á poblar, é allá murió é no dexó de sà acuerdo ni memoria, (no dejo ni acuerdo, ni memoria, que raro en España, ya nos viene de familia), el adelantado Simón de Alcazaba matáronle á trayçion sus milites, (de nuevo otra traicion: el adelantado Diego de Almagro murió bien y como cathólico: y en fin, su compañero Francisco Piçarro é sus hermanos, en especial Hernando Piçarro, contra toda raçon é justicia le mataron con mal nombre é sin ser sus jueces; pero otro mundo hay sin este”.
Como cruzar desiertos en nombre de Dios y de España. La jornada del” paso del Muerto” caminando por pleno desierto. Antes que Oñate, se juró en Español en los desiertos de New México y Arizona. De hecho el primer europeo que contempló el Gran Cañón del Colorado fue
GarcÃa López de Cárdenas . En Quivira se encontraba parte de la expedición comandada por
Vázquez de Coronado con treinta hombres y se comisionó a GarcÃa López junto con un puñado de hombres para encontrar un rÃo del cual los indios
Hopi  les habÃan hablado, para lo cual se le concedieron 80 dÃas para que fuera y regresara. En su viaje fue acompañado por
Pedro de Sotomayor  como cronista del viaje y a quien le debemos la bitácora del viaje. Menuda historia pendiente os queda para contar en espejo de navegantes con el explorador de Llerena. Pero volvamos a Oñate, antes que él, la expedición de
Coronado  reunió una gran expedición entre 1540-1542 para explorar y encontrar las Siete Ciudades de Oro mÃticas deÂ
CÃbola  que describióÂ
Cabeza de Vaca , que acababa de llegar de sus penosas travesÃas de ocho años viajando de
México a
Florida . Mitos e historias. Caminatas y realidades. desiertos y esperanzas. Todo entremezclado, todo una realidad de su momento.
“Y esta eminentÃsima sierra le va siguiendo siempre, y los moradores  de aquellas regiones no saben dónde termina”
Con 315.194 kilómetros cuadrados de superficies accidentada, con las estribaciones sur de las
Montañas rocosas al norte del estado (
Sierra de la Sangre de Cristo , que hispano el nombre por otro oado), grandes llanuras al este, y mesetas y más montañas al sur y al oeste, Don Juan de Oñate, tenÃa un enorme erial por delante. ElÂ
rÃo grande con su amplio valle divide el estado de norte a sur, repleto de paisajes desérticos, formaciones rocosas, los bosques de montaña y kilómetros y kilómetros de pedregal y arena. LaÂ
Jornada del Muerto  en el estado estadounidense de Nuevo Méjico es el nombre que dieron losÂ
españoles  a la cuenca del desierto a esa jornada en la cual durante dos dÃas entero no existÃan pozo alguno de agua. 160 km de estrecha y serpenteante ruta. La primera vez que cruzaron la Jornada del Muerto en 1598, los españoles llamaron a la siguiente ciudad como elÂ
Socorro para agradecer la ayuda que se les brindó. Cosas del directo.
El 21 de septiembre de 1595 , el rey Felipe II le concedió permiso (capitulación), una de esas cartas que te nombran grande de España y bla, bla, bla. A la sazón les otorga poder  para colonizar el territorio que hoy son los estados de Nuevo México y Texas , en lo que hoy conocemos como Estados Unidos. Si uno hojea a dÃa de hoy la estadÃstica linguÃstica el estado. El 43%, hispano parlantes. Por algo será. En el convoy viajaban frailes, colonos y soldados de escolta, asà como múltiples artÃculos: plantones, semillas, muebles, instrumentos musicales, vestuario, papel, tinta, etc. A la retaguardia seguÃan ovejas, caballos, vacas, cerdos, cabras y el resto de muestrario de la ganaderÃa española lista para ser transplantada en el septentrión hispano . A la vuelta, los carros cargaban vino, productos agrÃcolas, pieles de bisonte, mantas y otras mercancÃas de Nuevo Méjico, que eran vendidas en la famosa feria anual de Chihuahua , y más adelante acopiaban plata procedente de las minas del Paral , Guanajuato y Zacatecas . Muchas eran las incertidumbres que enfrentaban los viajeros. Las crecidas de los rÃos, como las del Nazas, que podÃan forzar semanas de espera en las orillas hasta poder vadearlos. En el otro extremo aparecÃan las sequÃas prolongadas, que hacÃan sufrir lo indecible a hombres y animales. Lo más temido era la travesÃa de la llamada Jornada del Muerto , más allá de El Paso, cien kilómetros sin un solo ojo de agua donde aprovisionarse. También se sentÃan amedrentados ante las dunas de Samalayuca, arenas móviles que obligaban a dar un gran rodeo a la caravana. Eran tantos los inconvenientes como los temores, y tantas las presentes decepciones como las supuestas riquezas que esperaban allá lejos.
El 30 de abril la avanzada tomó posesión para España del territorio más allá del rÃo Grande (el rÃo Bravo para los mexicanos) y en los primeros dÃas del mes de mayo ya vadearon el rÃo en el punto llamado Paso del Norte . En julio la expedición estableció su primer asentamiento en Pueblo de San Juan, que él bautizó como San Juan de los Caballeros , en la confluencia entre los rÃos Grande y Chama , desalojando a los antiguos pobladores , con lo que conseguÃa extender el camino real, la misión que desde España se les encomendaba, ¡en casi 1000 km de zona desértica¡. En tanto llegaba el resto de la caravana, Oñate exploró las áreas vecinas para consolidar la posición del asentamiento entre los nativos de las tribus hopi y zuñi e inició la construcción de un templo dedicado a San Francisco y la correspondiente misión. El hermano Franciscano tendrÃa el honor de ser  el primer templo cristiano construido en los actuales Estados Unidos.
El Estado de New México si recuerda a Oñate
Una grandiosa escultura ecuestre de Don Juan de Oñate , explorador y colonizador novohispano de los siglos XVI y XVII, fue instalada en la ciudad estadounidense de El Paso, Texas, en octubre de 2006, como la segunda de doce esculturas en bronce que se pretenden erigir dramatizando la historia de esta ciudad y del suroeste norteamericano. Es curioso que esta ciudad Norteamericana honrase a los héroes Españoles antes que incluso lo hiciésemos nosotros, (y ha tenido que ser desde la sociedad civil y la iniciativa privada la que lo hiciese con Blas de Lezo en la plaza de Colón madrileña). Esta iniciativa, llevada a cabo por la Fundación XII Travelers Memorial of the Southwest , pretende revitalizar y reactivar el desarrollo económico, el turismo y la calidad de vida de El Paso. Dicho monumento, instalado a la entrada del aeropuerto de la ciudad, ha sido elaborado por el artista americano John Sherrill Houser y hace referencia a la rica herencia, la diversidad cultural, y la atracción hacia las tierras de El Paso del Norte y territorios circundantes, que dan entrada a lo que fue el gran suroeste español que iba de Texas, pasando por Nuevo México, Colorado y Arizona hasta California , con el fin de llamar la atención del público en general, estudiantes, educadores, visitantes, artistas e historiadores. La estatua, de 16 toneladas de peso, mide unos 11 metros de alto y fue terminada diez años después de su comienzo, tras ocho años de construcción y dos años de fundición e instalación. Pocas son las esculturas de este porte que nos encontraremos que conmemoren estos acontecimientos. Menos aún, los Españoles que conocen su paradero, lógico y normal cuando en su paÃs ni tan siquiera existen historias y arqueologÃas que nos hablen de este pasado.
“Y una muy lucida compañÃa de 80 españoles entre los cuales habÃa algunos extranjeros casados en estas partes, cuyo capitán era Miguel de Noriega y su Maestre de Campo Tomé DomÃnguez de Mendoza, y sargentos mayores D. Fernando Duran y Chaves y Juan Lucero Godoy , y mil indios infantes de arco y flecha, todos muy bien armados, asà las personas como los caballos, y con todos los demás pertrechos de paz y guerra para todos los contingentes que se nos pudieran ofrecer, y con 36 carros y carretas bien provistos de vÃveres y municiones, y una carroza, una litera y dos sillas de mano para su persona y 6 piezas de á tres libras de bala, 800 caballos y 300 muÃas, y llevábamos la derrota al Oriente hasta haber caminado 200 leguas, todas ellas de amenos, apacibles y fértilÃsimos campos y tan llanos que en todos ellos no se vio sierra ni monte ó collao alguno, los cuales fueron á rematar en una altÃsima insuperable sierra que está vecina al mar, 8 leguas más allá de la gran ciudad de la Quivira llamada Taracari….”. MÃralo. Mi primo lejanÃsimo. El Capitán Miguel de Noriega con su maestro de campo Tomé Dominguez .
Habrá que seguir la historia del tal Noriega. A saber donde reposaron sus restos y como acabó. La vida y los sueños, como decÃa Calderón, contemporáneo suyo, “sueños son”, y sus sueños en aquellos desiertos de América era descubrir aquellas dichosas ciudades y montañas de oro de CÃbola. En su camino muchos dejaron sus vidas. Sus huesos. Hoy su recuerdo. Aquà en espejo de navegantes. Donde tenemos la suerte de contar buena parte de esas mejores historias que nos quedan por contar.
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Javier Noriega el
11 jun, 2015