Si pudiera acercarme a la proa… estoy casi seguro que pasamos, pero cualquiera deja sólo al nostramo al timón con este fregado, menudo elemento… El segundo está allí, pero mejor quedarse, si me ve la gente abandonar el alcázar podrían pensar que me estoy poniendo nervioso, y bastante tienen. Saben que hoy muchos morirán y, en el mejor de los casos vamos a acabar en un pontón del Támesis. Eso si no conseguimos pasar, claro.
Ni pensar en la huida, nos cazaría, y la costa es tan inhóspita hasta Camariñas… y menuda entrada… ni con práctico me animaría. La ría de Corcubión la tenemos más cerca…
La demora al inglés está empezando a correr por la batayola hacia popa… ese obenque ya no enfila con el cabillero de mesana, bien, parece que sí pasaremos. De todas formas aún puedo caer un tanto a sotavento y aun así pasaré entre él y Finisterre. Después, veremos. Daré orden de caer un tanto a babor, además algo de velocidad ganamos.
Pasamos. De poco nos ha ido, pero pasamos, lo hemos dejado con un palmo. 32 portas han contado, no me equivocaba, un navío de línea de 64 cañones. Hemos intercambiado algún hierro pero no nos han conseguido dañar nada importante y eso que tiraban a la jarcia, pero al pasarles por sotavento, casi por proa, su escora los ha forzado a tiros muy bajos con sus enramadas… por eso tenemos uno de esos proyectiles corriendo por cubierta… ¿nadie lo va a ver, o voy a tener que pegar un grito?… Además, a la hora de cruzarnos tuvieron que caer mucho a estribor para largarnos la andanada, pero ya era tarde. Una acción desesperada, lo único que han conseguido es darme más espacio para lo que tengo que hacer.
La ventaja es el barco… este es sin duda la mejor corbeta de la Royale. Será porque fue construida para servir como corsario, ligera y maniobrable, preparada para la caza de mercantes más que para la guerra, forrada de cobre para evitar la adherencia de organismos que reduzcan su andar… anda que si llegamos a tener los fondos sucios, íbamos a pasar…
Pocas bajas, eso es de agradecer, aunque el viejo aquel… no recuerdo haberlo visto nunca, pero ese queda tuerto fijo, tremenda astilla que llevaba clavada. Claro que una vez que visite al carnicero de abajo, lo mismo le acaba cortando un brazo…, o los dos.
Ya no queda nada que hacer, costa a sotavento, un navío de línea inglés a barlovento. Hay algunos castillos en Finisterre, Corcubión y Cée, pero nada nos garantiza que podamos enfrentarnos a un buque que tiene más artillería que todos juntos… Y eso si los españoles quieren hacer respetar la neutralidad de sus aguas a cañonazos…, lo que es impensable es permitir que apresen el barco.
El barco más famoso de Francia, un honor recibir su mando decían todos, pero que tremenda responsabilidad, y ahora, llegados a este punto, sin posibilidad de huida… No me queda otro remedio… ¿Qué van a decir en París?.
He visto cuadros de este barco y de su hazaña, en diciembre de 1798, ¿5 años ya?. Circulan infinidad de grabados de la captura de la fragata inglesa Ardent por la corbeta francesa Bayonnaise, la verdad es que eso no se lo esperaban los rosbifs… se las hacían muy felices abordando una corbetilla, y se vieron desbordados por un abordaje que nunca esperaron… la verdad que a su tripulación no les quedaba otra… o eso o a pudrirse a un pontón. ¿Cómo se llamaba su comandante?, coincidimos en Brest…, Baptiste… Jean-Baptiste-Edmond Richer, eso es. Que una corbeta capture ella sola a una señora fragata es algo que no se ve todos los días y si la fragata es inglesa, nunca en esta guerra. No me extraña que hicieran tanta propaganda … luego los ingleses con sus explicaciones…, que si la nuestra estaba sobre marinada, que si la suya había perdido muchos tripulantes por la gran cantidad de presas efectuada, que si la primera descarga había eliminado a todos sus oficiales… Pues claro, ¿qué esperaban?… disculpas de mal perdedor.
Pero nosotros no podemos repetir proeza… un navío de línea es dos veces más que una corbeta y este nos da caza sin importarle la costa… dicho lo cual no queda otra, vararemos.
Qué mala suerte cuando casi estábamos llegando a La Coruña, sales de La Habana, cruzas el Atlántico y cuando estás a punto de coronar… te sale el inglés… no se puede ganar siempre. En verdad creí que doblando Finisterre pegados a la costa tendríamos más oportunidades….
Esta playa de La Costeira parece un buen lugar… habrá que dar las órdenes… Qué cartas más buenas estas españolas… y difíciles de conseguir, en La Habana me costaron un amigo… Vicente Tofiño de San Miguel, 1786, dice. Veremos si al menos puedo salvarlas, y los instrumentos.
La lancha está sobrecargada… pero la orilla está cerca, no va a haber problema, por suerte no hay mucho mar. El viento flojo, nos permitió escapar del inglés y también en esto nos favorece. Y eso que estamos a 28 de noviembre y en esta zona no suele ser lo más habitual, contaba que el mal tiempo nos favorecería el paso, pero…
Ahí está, parece que los ingleses han decidido arriar los botes, ahora no querrán que se les escape el botín, no saben la sorpresa que se van a llevar… Pero, vaya, ya sale mucho humo, lo van a ver y no se acercarán. Lástima, unos cuantos rosbifs chamuscados serían un buen epílogo para la corbeta Bayonnaise.
Hablando de epílogos…
¡Qué espectáculo!, nunca había visto explotar la santabárbara de un buque. Ha iluminado hasta el monte inmenso ese al otro lado del seno… Tiene gracia, los raqueros de la playa por los suelos, los más alejados corriendo por sus vidas… los ingleses expectantes, y todo iluminado por el más famoso buque de la Armada Francesa… Mañana por la mañana, en cuanto desaparezcan los ingleses, empezaré con las medidas para el salvamento de la carga… Si unos y otros supieran lo que en realidad transportamos…
En el año 2009, nuestro equipo, dentro del Proyecto Finisterre de catalogación arqueológica subacuática, localizó el pecio de la corbeta de la Armada Francesa Bayonnaise, en la que hoy se conoce como playa de Langosteira, a seis metros de profundidad. El pecio era conocido por los mariscadores de Finisterre y está situada en un paraje submarino conocido como “O Limpo do Francés”. La reconocimos por una pieza de artillería, las innumerables balas de cañón y mosquete que conserva en su interior y el forro de cobre que le facilitó la huida del navío inglés HMS Ardent que le daba caza, … todavía limpio de incrustaciones después de 200 años bajo el mar.
Se conservan numerosos objetos y materiales de uso cotidiano junto con gran parte del casco enterrado en la arena. Llama la atención lo liviano de su estructura constructiva, y es que, no lo olvidemos, la Bayonnaise era un buque corsario, no estaba pensada para el combate o para transportar cargas, su prioridad era la velocidad y para ello había sacrificado peso estructural .
Los buceadores de Finisterre cuentan historias acerca de recuperaciones en el pecio que nos ponen en la pista del cargamento de este buque…
Hoy descansa en el fondo del mar, deteriorándose lentamente por los temporales y los procesos electroquímicos, con el Teredo navalis devorando cada pieza de madera que queda al descubierto, sin ninguna medida de protección, … porque en este país a nadie le importa.
BatallasOtros temasPecios