Siempre que abordamos el tema de la educación de nuestro hijos de una manera u otra terminamos hablando de la importancia de la educación en valores. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de valores? Podríamos definirlos como principios que permiten orientar nuestro comportamiento con el objetivo de realizarnos como personas. Nos proporcionan una pauta, un guión para formularnos metas y propósitos tanto a nivel individual como colectivo.
Poco a poco y a medida que vamos creciendo vamos configurando nuestra propia escala de valores ya que damos más importancia a unos valores que a otros.
¿Te has parado a pensar alguna vez cuáles son los valores más importantes para ti?, ¿has pensado a cuáles les das más importancia?, ¿cuáles de esos valores te gustaría transmitir a tus hijos?
No podemos olvidar que para la transmisión de esos valores es mucho más importante lo que hacemos que lo que decimos y por tanto, debemos mostrar coherencia en nuestras acciones a la hora de educar. Busquemos oportunidades de ponerlos en práctica pues se nos presentan a diario, en cada momento. Un ejemplo de lo que acabo de decir: no podemos decir al niño que sea respetuoso con los demás cuando nosotros estamos continuamente faltando el respeto a todo el mundo. Eduquemos con nuestro EJEMPLO
1. La empatía: El niño tiene que aprender a ponerse en el lugar del otro y entender cómo piensan y sienten los demás ya que se trata de un valor necesario para la convivencia.
Pregúntate: ¿Muestras empatía ante los sentimientos de tu hijo?
2. La humildad: Es necesario que el niño aprenda que no es superior ni a nada ni a nadie en ningún sentido a pesar de mostrar seguridad en las capacidades que posee. Vivir con una actitud humilde le permitirá conocerse mejor, valorar sus fortalezas e intentar mejorar sus debilidades. Actuar sin humildad es egoísmo.
Pregúntate: ¿Eres humilde o por el contrario arrogante o prepotente? ¿qué ejemplo le muestras a tu hijo?
3. La autoestima: Es importante que el niño aprenda a valorarse a sí mismo. Esto sirve de base para educar la empatía. Una buena forma de fomentar la autoestima es a través de una herramienta muy poderosa: el elogio.
Pregúntate: ¿Elogias continuamente a tu hijo o solo le recuerdas lo que hace mal?
4. El compromiso: El compromiso es un valor que demuestra madurez y responsabilidad. Se va adquiriendo progresivamente con los años. Debemos hacer ver a nuestros hijos el valor de la palabra dada. Como he destacado anteriormente una buena forma de hacerlo es a través del ejemplo.
Pregúntate: ¿Cumples con tu palabra?
5. La gratitud: Es importante y valioso que nuestros hijos aprendan a mostrar gratitud.
Pregúntate: ¿Te muestras agradecido ante tu hijo y con los demás?
6. La amistad: Nuestro hijo debe aprender el valor de la amistad, del afecto mutuo que nace del contacto “con el otro”. Aprenderá que el verdadero valor de la palabra amistad va mucho más allá que un simple click agregando amigos en sus redes sociales.
Pregúntate: ¿Cuidas tus amistades?
7. El optimismo: Es muy importante que nuestros hijos aprendan a vivir la vida con entusiasmo y optimismo, buscando siempre el lado positivo de las cosas a pesar de los reveses que nos presenta la vida. Deben huir del pensamiento negativo que nos atenaza.
Pregúntate: ¿Te muestras alegre y optimista ante tu hijo o negativo y pesimista?
8. La paciencia: Nuestro hijo debe cultivar la paciencia y aprender a diferir gratificaciones huyendo del “lo quiero aquí y ahora”. Esto ayudará a controlar y canalizar su impulsividad mostrando una actitud paciente y serena frente a la vida.
Pregúntate: ¿Practicas la paciencia en tu día a día?
9. El esfuerzo: Un valor necesario en la sociedad actual que se caracteriza por la inmediatez y el mínimo esfuerzo. El niño tiene que aprender que todo lo que quiere conseguir requiere de un esfuerzo. Tenemos que explicarle que debe huir de sloganes engañosos como “aprenda alemán sin esfuerzo en una semana”.
Pregúntate: ¿Actúas con esfuerzo en tus actividades y proyectos?
10. La felicidad: Este debe ser el objetivo de la educación que ofrecemos a nuestros hijos, conquistar su felicidad y que sean capaces de transmitir y contagiar esa felicidad a los demás. Para ello es importante cultivar la alegría, el optimismo, el sentido del humor, etc. Solo aquel que es feliz puede transmitir felicidad.
Pregúntate: ¿Eres feliz en tu vida?
Y tú, ¿cuáles consideras que deben ser los valores fundamentales que tienes que transmitir a tus hijos?