Este es un tema algo incómodo, pero parece haber una preocupación en estos días sobre los padres que “hacen demasiado”. El problema de la “indefensión aprendida” ha surgido últimamente, ya que los niños luchan por ser independientes después de haber hecho todo por ellos. ¿Estás sobre-criando? ¿Estás haciendo demasiado por tu hijo? ¿Cómo puedes saberlo?
En primer lugar, sé amable contigo mismo. No te permitas sentirte culpable… Solo echa un vistazo a tu crianza, lee estos consejos y haz los ajustes que consideres oportunos.
1. “Simplemente es más fácil hacerlo yo mismo”
Sí, a corto plazo, lo es. ¿Quién tiene tiempo para escuchar la queja de un niño de siete años acerca de atarse los zapatos, y actuar como si “no pudiera” haciéndolo mal a propósito, cuando necesita salir por la puerta o llegar tarde? En algunos casos, es mejor llegar tarde… o anticipar este retraso y dejar tiempo para ello. Es probable que solo suceda unas pocas veces antes de que tu hijo capte el mensaje de que es mejor que se ate los zapatos.
Sin embargo, ten en cuenta que esto solo funcionará si tu hijo sabe cómo hacer la tarea que espera, ya sea atarse los zapatos, vestirse o hacer la cama. Si tu hijo realmente no sabe cómo hacer algo, tómate el tiempo de enseñárselo primero para que ambos no terminéis frustrados. Eso nos lleva al siguiente punto…
2. Dale herramientas a tus hijos
Los padres pueden errar en dos extremos: por un lado, hacemos demasiado y no les dejamos hacer nada por su cuenta; pero por otro lado, no podemos esperar que nuestros hijos hagan cosas que no saben hacer. El término medio es darles a los niños las herramientas que necesitan y luego quitarse de en medio.
Las “herramientas” vienen en forma de habilidades para la vida, desde preparar comida hasta proyectos escolares y entrevistas de trabajo. Si se hace a un lado demasiado pronto, es posible que tu hijo no tenga las herramientas que necesita para seguir adelante con la tarea que tiene entre manos y puede darse por vencido. Si intervienes con demasiada frecuencia o demasiado pronto, tu hijo puede suponer que no puede hacerlo (o que no le importa molestarse porque lo está haciendo) y también darse por vencido. Entonces, una buena idea es enseñarles a tus hijos las habilidades involucradas y luego hacerse a un lado una vez que sepas que lo saben.
A veces, eso significa dar detalles prácticos que pueden parecer ridículos para un adulto, pero que son necesarios para un niño.
3. ¿Estás fomentando la motivación interna?
En última instancia, la motivación debe venir desde adentro para lograr una verdadera independencia, dicen los expertos. Las solicitudes amplias como “haz tu tarea” o “limpia tu habitación” pueden parecer abrumadoras (¡piensa en “limpiar tu casa” si eres un adulto! Es una tarea enorme cuando lo expresas de esa manera).
El entrenamiento y el estímulo están bien, señalan los expertos; eso no es lo mismo que hacer la tarea por tu hijo. Intenta hacer una lista de verificación para que pueda ver los pasos involucrados en la tarea o tarea en cuestión. En lugar de “hacer tu tarea”, por ejemplo, podrías hacer una lista como esta:
* Encuentra un lugar cómodo para colocar los libros
* Obtener una bebida y un refrigerio
* Escribir palabras de ortografía y lista de estudio
* Hacer hoja de cálculo de matemáticas
* Lee el capítulo del libro y escribe el resumen del párrafo.
También puedes dividirlo aún más en subpasos, lo que funcione para tu hijo. Además, una lista (preferiblemente una que tu hijo ayude a escribir) evita que tengas que decirle qué hacer una y otra vez…
¿Te parece sencillo? ¿Lo vas a poner en práctica?
Me encantará saber tu opinión al respecto.
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