Si el entramado taurino funcionara según unos parámetros lógicos, Miguel Ángel Perera seria ahora mismo el mandamás del toreo. En diez días ha abierto dos veces la Puerta Grande de Las Ventas y ha demostrado la ambición para liderar el escalafón de matadores. Por encima de sus compañeros de ese G-5, el grupo que conforma junto a El Juli, Morante, Talavante y Manzanares, el extremeño se ha desperezado en Madrid y ha pasado de patito feo de ese extraño equipo de presión a cisne. Otra cosa es que le dejen sacar el cuello.
Si el entramado taurino funcionara según parámetros lógicos, Perera sería ahora mismo mandamás de toreo. Sin duda, la mejor recompensa para él y además justo y bueno para el devenir de la Fiesta, pero me da que el entramado taurino no se rige por esa lógica aplastante que colocaría a Perera en la cima.
Derrotados Manzanares y Morante en este San Isidro, a Talavante y a El Juli les queda la Beneficiencia…
Entre barreras
por
Ángel González Abad