Madrid espera a Morante con la máxima expectación. Justo un año después del hito que marcó con el capote, el artista de La Puebla regresa otro 21 de mayo, y con idéntica ganadería, al mismo escenario en el que grabó para siempre verónicas de ensueño. El torero sevillano es la esperanza de la afición para que remonte la feria de San Isidro.
Los toros de Juan Pedro Domecq, que la temporada anterior lidió una corrida desfondada -aunque con un toro que se imantó al capote morantista-, aguardan ya en chiqueros. Con “Alucina” y “Nublado”, un jabonero y otro negro, el torero sevillano tratará de prender la chispa de la pasión que aún no se ha encendido con fuerza en los tendidos.
Abre plaza Julio Aparicio, que ayer ensayó el triunfo en el Coliseo de Nimes, y cierra el cartel El Cid, quien ha aceptado el reto de torear por tercera vez en este ciclo en una sustitución por José María Manzanares que ha generado controversia entre los abonados.
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