Asevera el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, que el Gobierno de Montilla tiene a Cataluña “hecha unos zorros y destrozada”. La tierra catalana, por políticas de intereses y contradicciones que claman al cielo, aparece desmembrada. CiU no se ha quedado atrás en ese mapa resquebrajado en el que no le ha temblado el pulso para unirse a la cuadrilla de puntilleros de la Fiesta…
Falta una voz de mando de alguien que ponga las cosas en su sitio y diga las cosas por su nombre. “Prohibir era cosa de tiempos de Franco”, han manifestado por activa y por pasiva algunos socialistas. Montilla, como subrayó mi compañero Ángel González Abad, ha mostrado un doble rasero: “Prohibir es una cosa muy seria y por eso solo lo pueden hacer los tribunales…/Pensar que pueden prohibir (Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona) es pensar en clave años 70 y, si alguno no se ha enterado, Franco murió hace 35 años“, dijo recientemente. Aplíquese la lección, honorable president…
Ah, claro, las corridas de toros son un símbolo de España, le pese a quien le pese. Los correbous, blindados por la hipocresía parlamentaria, son una fuente de votos en las tierras del Ebro. A muchos habitantes del Parlament no les gustan las corridas, pero sí los toros embolados, parece ser. Para fuego, el que han creado los responsables de la prohibición: una llama que ha arrasado con la libertad.
¿Años 70? No, estamos en el siglo XXI.
Toros