Luis Ventoso destaca en su columna de hoy en este periódico, “¿De dónde son UGT y CC.OO?”, lo que absolutamente nadie más parece haber visto en nuestro país y, sin embargo, es central para entender España. Y es que los sindicatos españoles han sacado ayer todas las banderas habidas y por haber a sus manifestaciones menos nuestra bandera nacional y constitucional. Todas las banderas autonómicas y nacionalistas, muchas banderas republicanas y ni una bandera nacional.
No es una sorpresa, pero sí un síntoma de la grave enfermedad nacional que padece una buena parte de la izquierda. Porque no se trata sólo de los sindicatos de extrema izquierda, se trata de los dos principales sindicatos, uno de ellos vinculado al Partido Socialista. Se trata de los sindicatos que negocian directamente con el Gobieno, que tienen un peso enorme en muchas de las instituciones, que tienen voz en todos los medios de comunicación, que son respetados por todos los partidos políticos. Y, sin embargo, ellos ni siquiera respetan a nuestra bandera.
Siguen en uno de los bandos de la guerra civil, en el antifranquismo y, por supuesto, al lado de las reivindicaciones de nacionalistas, independentistas y antiespañolistas. Ahora, en Cataluña.
¿Y nos preguntamos por qué ocurre lo que ocurre en Cataluña? No se trata sólo de la educación, o de la televisión, o del poder nacionalista. Se trata también de dos sindicatos mayoritarios que cuestionan la nación española y rechazan nuestra bandera.
El propio Albert Rivera ha necesitado todos estos años para devolver su carnet de UGT, como si acabara de enterarse de que UGT es esto, lo mismo que Comisiones, una organización sindical que sólo tiene banderas nacionalistas y republicanas.
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