A estas horas, todos los datos apuntan a que el atentado de Boston es un atentado islamista.Los dos sospechosos, Tamerlan Tsarnaev, muerto en un tiroteo con la policía, y Dzhokhar Tsarnaev, huido, son conocidos por sus ideas islamistas (ambos en la fotografía). Algunos medios apuntan también
que habría un vídeo colgado en internet por uno de los dos sospechosos con los contenidos habituales de la llamada a la Yihad (The Emergence of Prophecy: The Black Flags From Khorosan”).
Si se confirma que se trata de un atentado islamista, las bombas de Boston se convertirán en el atentado terrorista más importante en suelo norteamericano desde el 11-S . Algo que seguramente reabrirá el debate sobre la lucha antiterrorista y en ese debate es interesante la pregunta planteada por Charles Krauthammer hace unas horas en The Washington Post, cuando aún no se sabía de la naturaleza de este atentado: ¿Lo llamará Obama terrorismo islamista? (The language of Terror)
La evitación de la palabra “terrorismo” por parte del presidente Obama en su primera comparecencia del lunes no sólo ha provocado debate en Estados Unidos, sino que Obama ha tenido siempre un especial cuidado en no utilizar la palabra “islamista”, prevención que comparte con numerosos líderes e intelectuales del resto del mundo.
Por la idea de que tal concepto sería agresivo y provocador para los musulmanes, cuidado que sólo se plantea con terrorismos basados en determinadas ideologías pero no con otros, en Estados Unidos y en todas partes.
Como si los musulmanes no supieran distinguir entre islamismo e Islam y como si la omisión de la palabra sirviera para contener a los seguidores de la Yihad.