Cuando he visto esta mañana en el periódico el titular de la entrevista a Patxi López firmada por Gabriel Sanz, me he lanzado excitada a su lectura. Por un momentáneo espejismo, os lo confieso. O por mi torpeza en la velocidad de comprensión. Al leer las palabras de Patxi López, “volver a apoyar a Ibarretxe sería suicida para el PSE y para el PSOE”, he querido entender por unos segundos que López descartaba cualquier tipo de pacto postelectoral con los nacionalistas.
O, en otras palabras, que mi escepticismo sobre las posibilidades reales de cambio en el País Vasco no estaría justificado puesto que, si el PSE y el PP suman la mayoría absoluta, posible, según las encuestas, López apostaría por esa alianza. Pues no, no tan rápido. Porque si uno lee con detenimiento la entrevista y el propio titular, lo único que López asegura es que el PSE no apoyará una alianza con Ibarretxe de lehendakari. Puesto que eso sería un suicidio. ¿Y una alianza con los nacionalistas, pero con López de lehendakari? ¿No sería también un suicidio? Parece que no lo ve así Patxi López. Al menos, no la descarta de entrada.
Si eso ocurriera, una especie de tripartito catalán a la vasca, probablemente no habría suicidio, ni para el PSE ni para el PSOE. Pero tampoco habría otra cosa, cambio, el anhelado cambio.
PSE
