¡Vaya jugarreta de la historia a la izquierda europea y mundial! Después de ocho años de apasionada y brutal descalificación de las ideas del movimiento neoconservador, he aquí que su nuevo héroe en la tierra, Barack Obama, lanza un manifiesto neocon y lo hace, además, nada más y nada menos que con ocasión del premio Nobel de la Paz.
¿Y cuáles son las ideas neocon? Pues exactamente todas las que están en el discurso de Obama en Oslo. El neoconservadurismo es, ha sido, en política internacional lo que Obama defendió en Oslo. Especialmente un párrafo de su discurso resume con precisión la filosofía neoconservadora en política internacional. Es el siguiente:
“Enfrento el mundo como lo es, y no puedo cruzarme de brazos ante amenazas contra estadounidenses. Que no quede la menor duda: la maldad sí existe en el mundo. Un movimiento no violento no podría haber detenido los ejércitos de Hitler. La negociación no puede convencer a los líderes de Al Qaida para deponer las armas. Decir que la fuerza es a veces necesaria no es un llamado al cinismo; es reconocer la historia, las imperfecciones del hombre y los límites de la razón”.
Me pregunto si después de esto seguiremos escuchando en Europa las mismas estupideces sobre las ideas neocon. O si suscitarán el mismo rechazo, ignorante a veces, intransigente otras, ahora que Obama ha asumido y defendido esas ideas.
Neoconservadurismo
