¿Cuántas veces puede autoplagiarse un medio sin poner en peligro su prestigio? ¿O, cuántas veces se puede repetir la misma fotografía y la misma información como si de algo nuevo se tratara? La fotografía del mitin de Rajoy en Valencia con El Bigotes detrás ha aparecido al menos una decena de veces en El País en el último año. Hoy, nuevamente, ilustra la información de este periódico sobre el caso Gürtel. O, más bien, ilustra la no información de este periódico sobre el caso Gürtel.
A la espera de conocer mañana los nuevos datos del sumario del caso Gürtel tras el levantamiento del supuesto secreto de sumario, el adelanto de hoy del periódico que ha publicado desde el primer día los datos supuestamente secretos de esta investigación sugiere que no hay nada nuevo respecto a lo que ya sabíamos. O, lo que es lo mismo, que el caso Gürtel no da más de si desde el punto de vista del escándalo político.
Que los chorizos están identificados y son los mismos que conocimos hace un año y que el sueño de la izquierda de que esto fuera una nueva Filesa no se va a hacer realidad. Y que, por mucho que repita El País la misma fotografía, no hay manera de convertir la Gürtel en la “trama de corrupción masiva del PP”, como también repite el periódico una y otra vez. No sólo porque el ansiado salto entre los delincuentes individuales y la dirección del PP no se produce. También, porque hay un dato básico que ha desinflado el potencial del escándalo político desde el primer día. El dato de que Rajoy dio la orden de dejar de contratar con los responsables de la Gürtel en 2004, cuando accedió a la dirección del PP.
Y por mucho que El País repita la famosa fotografía, no hay manera de cambiar esa realidad. Eso de que una fotografía vale más que mil palabras es probablemente cierto, en este caso, la obsesiva repetición de una fotografía, símbolo de la impotencia de un periódico con el caso Gürtel.
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