Manuel Valero (Albacete, 1987), ha sido el ganador de este año del Premio Fundación Tatiana para Jóvenes Investigadores que otorga la Sociedad Española de Neurociencias (SENC). El jurado, compuesto la junta directiva de la SENC y un miembro del Consejo Científico para la Neurociencia de la Fundación Tatiana, ha otorgado por unanimidad el premio al Dr. Valero, que desde enero de este año desarrolla su labor investigadora en el Hospital del Mar Research Institute de Barcelona, al valorar muy positivamente la excelencia científica del candidato a través del impacto de sus trabajos publicados en la comunidad neurocientífica, así como el liderazgo científico internacional y su capacidad para guiar y mentorizar a otros investigadores.
Valero ha hecho descubrimientos extraordinarios que han cambiado la visión en Neurociencia sobre la manera en la que los microcircuitos neuronales locales representan la información espacial en el cerebro, lo que desde hace años se ha denominado el “GPS del cerebro”. Sin embargo, en una entrevista para Radio Nacional, Valero explicó a Manuel Seara Valero, director del programa A hombros de Gigantes, que el concepto de “GPS del cerebro” se ha quedado un poco anticuado.
En 2014 el matrimonio Moser, recibió, junto con Jonh O’Keefe, con el premio Nobel de Medicina y Fisiología por descubrir lo que denominaron “el GPS interno del cerebro“. Tres décadas había llevado completar lo referente a este sistema cerebral de posicionamiento y navegación, que hace posible que podamos saber dónde estamos en cada momento, encontrar el camino de un lugar a otro y almacenar esta información en una forma fácil y rápidamente accesible cada vez que necesitamos recorrer el mismo trayecto.
Transcurrida otra década, Manuel Valero, a la luz de sus investigaciones, cree que esta definición se queda corta. En realidad el hipocampo, el lugar del cerebro donde se localiza este GPS, lo que contiene es un diario donde almacena no sólo datos de posición, sino también culturales, musicales… En definitiva, una especie de diario en el que quedan registrados nuestros conocimientos y vivencias. Y eso significa que hay neuronas en el hipocampo sensibles a las caras, a los sonidos, y a casi cualquier acontecimiento que nos afecte. Y esto convierte al hipocampo en nuestro mapa del mundo. Un mapa muy detallado que no se limita sólo a recoger datos “de localización”, sino todo aquello que es importante para nuestra supervivencia.
OPTGENÉTICA
Tras completar su doctorado en el Instituto Cajal-CSIC de Madrid, Manuel Valero se trasladó como investigador posdoctoral al laboratorio de György Buzsáki, de la Universidad de Nueva York, líder mundial en el estudio de las oscilaciones cerebrales. Además, compaginó su etapa doctoral con estancias en el laboratorio de Peter Somogy, de la Universidad de Oxford, y el de Robert G. Averkin, en la Universidad Szeged, de Hungría, todos ellos neurocientíficos de referencia.
Desde las primeras etapas de su investigación ha publicado brillantes artículos en revistas de gran prestigio, como “Science”, “Nature Neuroscience” y “Neuron”. Como estudiante de doctorado, Valero publicó dos artículos sobresalientes en “Neuron” y “Nature Neuroscience” sobre dos proyectos de fisiología de gran dificultad que requerían registros electrofisiológicos y análisis de datos innovadores, en los que destacó por su creatividad y la robustez de los datos obtenidos.
En uno de sus últimos trabajos, publicado el año pasado en Science (Explorando la dinámica subumbral de las neuronas del hipocampo mediante optogenética), Valero, “utilizando una nueva técnica basada en la estimulación optogenética para estudiar la excitabilidad de las neuronas, los procesos neuronales responsables de la representación del espacio en el cerebro”, según resaltaba la revista “Science”. Las células de lugar forman parte de lo que coloquialmente se conoce como “sistema GPS” del cerebro.
La optogenética es una técnica es que permite activar y desactivar a voluntad circuitos neuronales en animales vivos y ver cómo cambia su comportamiento. Una especie de mando a distancia puesto a punto por Edward Boyden del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Karl Deisseroth de la Universidad de Stanford y Gero Miesenböck de la Universidad de Oxford.
TRAYECTORIA EXCELENTE
Según resalta su directora de tesis, la Dra. Liset Menéndez de la Prida, destacada experta en el estudio de los mecanismos básicos de las oscilaciones cerebrales fisiológicas y epilépticas, del Instituto Cajal-CSIC, Manuel Valero “ha hecho descubrimientos extraordinarios que han cambiado nuestra forma de pensar sobre cómo los microcircuitos locales representan la información espacial. Ha publicado artículos fundamentales en revistas líderes como Science, Nature Neuroscience y Neuron. Y ha recibido varios premios, entre ellos el prestigioso Peter and Patricia Gruber International Research Award in Neuroscience”, otorgado por la Sociedad Americana de Neurociencia y la Universidad de Yale, al que ahora se suma el Premio Fundación Tatiana a Jóvenes Investigadores.
El Dr. Manuel Valero dirige el Laboratorio de Computación Neuronal del Hospital del Mar Research Institute, en Barcelona. Su objetivo es entender cómo las neuronas interactúan y adaptan sus conexiones para generar representaciones neuronales del mundo, aprendizaje y recuerdos, y contribuir así a desentrañar los mecanismos neuronales subyacentes a la cognición, y cómo sus alteraciones conducen a estados patológicos.
La entrega del premio tendrá lugar el próximo mes de septiembre en el marco del XI Congreso Mundial de la Organización Internacional de Investigación del Cerebro (IBRO) que se celebrará en Granada, en la que participa como anfitriona la Sociedad Española de Neurociencias.
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