“El insomnio no es algo restringido a la noche. Es una condición del cerebro que se manifiesta las 24 horas del dÃa, como un interruptor de la luz que siempre está encendido”, explica, Rachel E. Salas, MD, profesora asistente de neurologÃa en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Salas se basa para hacer esta afirmación en una investigación que ha llevado a cabo y que se publica en el último número de la revista Sleep cuyos resultados demuestran que las personas con insomnio crónico tienen mayor actividad de forma continuada en la parte del cerebro que controla el movimiento, la corteza motora, que aquellas otras que duermen bien. Este hallazgo refuerza la idea de que los insomnes están en un constante estado de procesamiento de la información que puede interferir con el sueño.
Esta caracterÃstica distintiva ahora detectada (mayor excitabilidad en la corteza motora) abre la puerta a un mejor diagnóstico y tratamiento del trastorno del sueño más común, que afecta casi al 20 por ciento de los españoles. Ahora el diagnóstico del insomnio se basa únicamente en lo que el paciente informa al médico ya que no existe una prueba objetiva y por el mismo motivo tampoco se puede verificar la eficacia del tratamiento, que es desigual entre distintos pacientes.
Además encontraron que en las personas con dificultades crónicas para dormir, la corteza motora, encargada de planificar, controlar y ejecutar los movimientos, es también más plástica (adaptable). El aumento del metabolismo, de los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y la preocupación constante, que provocan una mayor activación, podrÃan estar vinculada de algún modo con este incremento de plasticidad observado, según Salas.
Mayor plasticidad
Este último hallazgo, una mayor plasticidad, que se relaciona habitualmente con una mayor capacidad de aprendizaje, ha supuesto una sorpresa. Durante el sueño normal ocurren cambios en la plasticidad del cerebro y algunos se consideran fundamentales para el fortalecimiento de la memoria. Por tanto, parecerÃa lógico esperar que las personas con un trastorno crónico del sueño como el insomnio tuvieran también anomalÃas en la plasticidad durante el dÃa.
De hecho, la falta de sueño durante la noche se asocia con la disminución de la memoria y la concentración durante el dÃa. Sin embargo, los participantes en la prueba que peor dormÃan eran los que mejor realizaban una tarea que se les habÃa asignado.
Esta tarea consistÃa en contrarrestar el movimiento involuntario del dedo pulgar que les producÃa una corriente indolora que los investigadores provocaban mediante resonancia magnética transcraneal.
Y quienes aprendieron mejor a mover sus pulgares de forma contra el movimiento inducido de forma artificial fueron precisamente los que dormÃan menos. Este hecho reflejaba que su cerebro era más plástico que el de los buenos durmientes.
Lo que los investigadores liderados por Salas desconocen el motivo de la mayor plasticidad en los insomnes. De hecho, se preguntan si el aumento es la causa del insomnio o si este aumento plasticidad es un mecanismo de compensación para hacer frente a las consecuencias de la privación del sueño asociadas con el insomnio crónico.
Sin embargo se inclinan a pensar que se trata de algo disfuncional. Y se basan en el hecho de que en los pacientes con dolor crónico después de la amputación de un miembro (dolor fantasma) también hay un aumento de plasticidad en la corteza motora, asociada en este caso con un efecto perjudicial. Igual ocurre con las personas que sufren distonÃa, un trastorno neurológico del movimiento en el que se producen contracciones musculares que causan torceduras y movimientos repetitivos.
El experimento
Para este estudio los investigadores reclutaron a 28 participantes. De ellos 18 sufrÃan padecÃan insomnio desde hacÃa un año o más y los 10 restantes no tenÃan problema alguno para dormir bien.
Los investigadores del departamento de PsiquiatrÃa y Ciencias del Comportamiento y el Departamento de Medicina FÃsica y Rehabilitación se sirvieron de la estimulación magnética transcraneal (EMT), que suministra a los participantes corrientes electromagnéticas sin causarles dolor en lugares precisos del cerebro. Estas corrientes producen un movimiento involuntario.
Esta estimulación magnética es inocua y, de hecho, está aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) de EE.UU. para el tratamiento de algunos casos depresión que no responde a los fármacos. Para ello, se estimulan las células nerviosas en la región del cerebro involucrada en el control del estado de ánimo.
En este estudio, realizado por Salas y su equipo, cada participante fue equipado con electrodos en el pulgar de su mano dominante, y de un acelerómetro para medir la velocidad y dirección del pulgar. Los investigadores dieron a cada participante 65 pulsos eléctricos utilizando estimulación magnética transcraneal, para estimular las áreas de la corteza motora y ver los movimientos involuntarios del pulgar vinculados a la estimulación.
Después, los investigadores entrenaron a cada participante durante 30 minutos para mover su dedo pulgar en la dirección opuesta al movimiento involuntario inducido por la estimulación. La idea era medir el grado en que los cerebros de los participantes podÃan aprender a mover sus pulgares en la dirección entrenada. Cuanto más capaces eran de mover el pulgar en la nueva dirección, sus cortezas motoras se consideraban más plásticas.
Investigación