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El equilibrio mundial en la balanza (2)

Emilio de Miguel Calabia el

Hecha esta introducción de los dos modelos, Donnet pasa a revisar cómo se sustancia la rivalidad en distintos ámbitos.

El primero, indudablemente, es el económico. China ha experimentado un crecimiento económico sin parangón en la Historia: en los últimos 15 años el PIB chino se ha multiplicado por diez, mientras que el norteamericano simplemente se doblaba; el PIB chino en 1960 equivalía al 12% del norteamericano. En 2018 equivalía a las dos terceras partes del norteamericano, pero si lo estimamos en paridad del poder adquisitivo, China ya habría superado a EEUU; de 2000 a 2010 China representó el 33% del crecimiento económico global; desde 2010 ha sido el principal exportador, el principal manufacturero y el segundo importador del mundo; China es el principal prestamista oficial del mundo…

Este crecimiento económico tan vertiginoso tuvo lugar sin aplicar las reglas neoliberales del Consenso de Washington. La intervención del Estado en la economía, similar a la ocurrida en muchos otros países asiáticos fue un factor clave. Otros tres factores fueron su capacidad para atraer inversiones extranjeras productivas, su habilidad para hacerse con tecnologías extranjeras, mientras desarrollaba sus propias capacidades, y la relación simbiótica con EEUU. La ralentización de su crecimiento en los últimos años es un fenómeno habitual cuando una economía industrializada madura. A partir de ese momento el crecimiento tiene que apoyarse más en el consumo interno y en la mejora de la productividad.

En la pugna económica entre EEUU y China, el país norteamericano cuenta con una baza muy importante, el dólar como divisa global de reserva. Dos de las muchas ventajas que le proporciona son que en su deuda no sufre riesgos de alteraciones en el tipo de cambio, ya que la deuda está denominada en dólares y la facilidad para conseguir compradores de su deuda por la seguridad que inspira. China ha reaccionado promoviendo el uso del yuan como divisa de referencia con algunos de sus socios comerciales. A raíz de la agudización de las tensiones entre los dos países, China ha acentuado la promoción internacional del yuan. Según datos del FMI en 2018 el 1,12% de las reservas de los bancos centrales estaban denominadas en yuanes, frente al 64% que lo estaban en dólares. ¿Y cuál es la situación en 2023? Según el FMI, las cifras son: 58,36% para el dólar y 2,69% para el yuan.

Donnet pasa revista a fortalezas de China que hacen que en el terreno económico todo no esté dicho: China se ha convertido en el número uno en solicitudes de patentes a nivel global, lo que es un indicio sobre la capacidad de innovación del país; su fortaleza comercial (China es el principal socio comercial de más de 120 países); su control sobre las fuentes de tierras raras, que hace que en 2018 produjera el 71% de todas las tierras raras producidas en el mundo. En 2023 esa cifra es el 70%.

La economía es muy importante, pero una manera de entenderla es como el músculo que hace falta para la competición geoestratégica. El resumen que hace Donnet de esta competición es: “Rusia es el nuevo aliado de Pekín [el libro es anterior a la invasión rusa de Ucrania, que ha reforzado aún más esta amistad]. África se ha convertido en una nueva colonia china, en la que Pekín, se ha convertido en la nueva influencia política y económica dominante a expensas de los viejos poderes coloniales. Latinoamérica es un nuevo objetivo. Japón es una barrera contra la expansión de China. Corea del Sur es otro eslabón crucial en el despliegue militar de EEUU. Taiwán, aunque carente de reconocimiento diplomático, es un elemento estratégico en la política norteamericana para la región de Asia-Pacífico. Corea del Norte permanece en la órbita china. India es el otro gigante asiático y el gran rival de China. El Sudeste Asiático pronto será el coto privado económico de China. Oriente Medio está a punto de estallar. En esta confrontación, Europa está intentando mantener de alguna manera su unidad y su independencia frente a los apetitos chino y norteamericano”. Se podrá estar más o menos en desacuerdo con este análisis, pero hay que reconocer la capacidad de síntesis de Donnet.

Donnet escribió el libro durante la presidencia de Trump. Esto hace que su pronóstico sobre la competición estratégica fuese negativo para EEUU. El mismo día que asumió la presidencia, Trump sacó a EEUU del Partenariado Transpacífico (TPP), que había sido una jugada genial de Obama. El TPP agrupaba a EEUU y a otros once países de Asia-Pacífico entre los que se contaban Japón, Singapur y Australia. El TPP aspiraba a fijar los estándares del comercio internacional para el siglo XXI. El TPP tenía una vis atractiva muy fuerte y competía con el menos ambicioso RCEP (Asociación Económica Integral Regional) impulsado por China. El TPP tenía el potencial de construir una arquitectura comercial regional en torno a EEUU. Pues bien, de un plumazo y sólo por la tirria que le tenía a su predecesor, Trump se lo cargó. Otras genialidades de Trump tuvieron que ver con la manera en que cargó contra el sistema multilateral: sacó a EEUU del Consejo de DDHH, de la UNESCO y del Acuerdo de Paris sobre cambio climático. También paralizó el mecanismo de resolución de disputas de la Organización Mundial del Comercio. En esta política ciega, Trump no se dio cuenta de que EEUU estaba cediendo posiciones gratuitamente en el sistema multilateral, posiciones que inevitablemente serían ocupadas por China. Una última metedura de pata de Trump fue indisponerse con sus aliados, incluyendo algunos tan importantes como Japón y Corea. A diferencia de Biden que sí que lo sabe, Trump no cayó en que las alianzas de EEUU son relaciones simbióticas y que sin sus aliados, el peso internacional de EEUU disminuye. Es una importante ventaja que tiene con respecto a China, cuyos únicos dos aliados reales son Rusia y Corea del Norte.

Donnet pasa revista a los principales actores en el Indo-pacífico en esta rivalidad chino-norteamericana: 1) India: Aunque siga manteniendo lazos históricos con Rusia y ésta sea su principal proveedor de armamento, difícilmente puede sentirse cómoda ante la alianza sino-rusa. Posiblemente a medio plazo no le quede otra que aproximarse a Occidente, pero siempre en sus propios términos; 2) Pakistán: Uno de los grandes proyectos de la Iniciativa de la Franja y de la Ruta es el Corredor Económico que conectará el oeste de China con el puerto de Gwadar en el Mar de Arabia. Las relaciones van mucho más allá de este proyecto e incluyen la cooperación militar y la cooperación en el espacio. En estos momentos la situación económica de Pakistán es grave con una deuda insostenible. Y, para rematar, el año pasado sufrió unas inundaciones desastrosas que cubrieron un tercio de la superficie del país; 3) Taiwán: Es el principal punto de contención entre China y EEUU. Para China su recuperación es una aspiración irrenunciable. EEUU es el principal apoyo de Taiwán; 4) Japón: Es la tercera economía mundial y un aliado muy importante de EEUU. Japón está reforzando sus capacidades de defensa e impulsando su industria de defensa, que llevaba languideciente desde los años 80; 5) Singapur: Un país predominantemente chino, se ha convertido en un gran centro financiero y de innovación. Su aspiración es a moverse entre dos aguas y no verse obligado a tomar partido en la rivalidad chino-norteamericana; 6) Australia: Tenía importantes relaciones comerciales con China, que se vieron enturbiadas por una serie de desencuentros políticos, que ahora se van reencauzando. En todo caso, Australia se mantiene como un sólido aliado de EEUU.

 

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