Emilio de Miguel Calabia el 03 oct, 2024 Hay pocos libros sobre Asia en castellano. Casi todo lo que he leído sobre Asia, lo he leído de autores anglosajones tanto en lengua original (la mayor parte de las veces) como traducido. Me molesta porque inevitablemente me inculcan sus sesgos sobre Asia y a menudo les encuentro un tufillo de superioridad anglosajona. Si alguien no entiende lo que quiero decir con eso, puede leer a Robert Kaplan o a Samuel Huntington. Por eso me ha alegrado que Alianza Editorial haya publicado una “Introducción a la China actual” a cargo de los expertos españoles Mario Esteban y Rafael Martín. Los autores han querido presentar una imagen mesurada y razonada de China, alejada de los titulares. Quien busque capítulos titulados “China al borde del colapso económico” o “China camino de la hegemonía mundial” puede buscarse otro libro. Con respecto a lo primero, tengo que decir que llevo 25 años leyendo en la prensa anglosajona sobre las vulnerabilidades chinas y su inminente colapso y nada de eso ha sucedido. Incluso después de la crisis de Evergrande y del sector inmobiliario, China consiguió crecer el año pasado un 5,2%. En cuanto a lo segundo, ser la potencia hegemónica implica tener una serie de fortalezas y alcance global, que China aún no tiene y puede que no vaya a tener nunca. Lo primero que me ha sorprendido gratamente del libro es que consigue presentar una visión completísima sobre China en tan solo 225 páginas. Sólo una persona que sepa muchísimo sobre China y sepa sintetizar es capaz de esa proeza. Por cierto que incluso son capaces de comprimir 3.000 años de Historia china en 16 páginas. Pedro Baños, en un malhadado libro que comenté aquí en febrero de 2023, intentó hacer algo parecido y le salió un churro. Esteban y Martín consiguen entresacar los principales rasgos de la Historia de China que permiten entender su presente: el peso ideológico del confucianismo y el legismo, que aparecieron en la época de los Reinos Combatientes (475-221 a.C.), sobre todo el pensamiento chino posterior; la indistinción propia del confucianismo de la esfera pública política y la esfera privada moral; el sistema de relaciones internacionales sinocéntrico, que provocó un ensimismamiento que impidió que China advirtiera a tiempo que la geopolítica asiática estaba cambiando con la llegada de los occidentales; la visión de sí misma como potencia colonizada por Occidente, lo que crea una afinidad con los países del denominado Sur Global… La otra sorpresa es su manera de romper clichés y de presentar los hechos de una manera más matizada a como nos los suelen presentar. Por ejemplo, el régimen del Partido Comunista Chino con Xi Jinping ha sido tachado por algunos de totalitario. La visión de Esteban y Martín es mucho más matizada. La Constitución china y los estatutos del PCCh dicen que China es un Estado unitario y centralizado. La realidad es algo diferente. En un país tan grande y variado, los gobiernos provinciales tienen mucha importancia. Mientras que las provincias más pobres prefieren un gobierno central fuerte, las ricas prefieren uno descentralizado. Por debajo del nivel provincial tenemos las prefecturas, los condados, los pueblos y las aldeas. Salvo en Hacienda, Asuntos Exteriores y Defensa, no hay una organización administrativa integrada verticalmente que permita un control directo en el ámbito subestatal. El viejo dicho chino de “Las montañas son muy altas y el emperador está muy lejos” sigue resonando. El Partido Comunista Chino viene rigiendo los destinos de China desde 1949 y podría calificarse de Partido-Estado. Su objetivo primordial es el mantenimiento del monopolio del poder. Sus élites están cohesionadas: saben que el Partido velará por ellas y que por muy mal que estén las cosas, el Partido nunca les pondrá la proa hasta el final. Se terminaron los tiempos del maoísmo en los que los líderes podían terminar en la cárcel o peor. Un corolario de lo anterior es que fuera del Partido hace mucho frío. Pensar que surgirá un grupo contestatario dentro del Partido que luchará por la democracia es como pensar que unicornios azules velan tus sueños. Esteban y Martín creen que al régimen chino les faltan algunas de las características de los Estados totalitarios. Con la liberalización económica, la dependencia económica del individuo con el Estado se ha debilitado. Ha desaparecido la movilización ideológica de las masas que caracterizó al maoísmo y es posible llevar una vida al margen del adoctrinamiento ideológico de los poderes públicos. Hay un cierto margen para el disenso y las críticas, a condición de que no se ponga en juego el poder del partido. No obstante, ese margen se ha recortado en los últimos años. Se ha reforzado la Administración, reclutándose a los funcionarios por su valía, no por su ideología, e introduciendo una cierta tecnocracia. La experiencia a olvidar del poder omnímodo de Mao y del culto a su personalidad llevó a que Deng Xiaoping introdujese un proceso de toma de decisiones más consensual. También se preocupó por organizar la sucesión de una manera ordenada que garantizase transiciones pacíficas. El líder estaba limitado a dos mandatos e iba asumiendo gradualmente el control sobre los resortes del poder. Xi Jinping ha introducido cambios mayores en el sistema. Ha concentrado en sus manos más poder que cualquiera de sus predecesores y ha tomado personalmente decisiones que antes se hubieran tomado de manera colegiada. Para rematar ha suprimido la limitación de dos mandatos habiendo obtenido un tercer mandato inédito, que todos auguran que no será el último. También ha promovido a protegidos suyos, saltándose los cauces tradicionales y ha fomentado el culto a su persona. En 2017, su pensamiento,- “el socialismo con características chinas para una Nueva Era”- fue incorporado a la Constitución como ideología rectora del Partido, algo que sólo había ocurrido con Mao y con Deng después de su muerte. Esto supone dar un paso en dirección al totalitarismo, toda vez que todo cuestionamiento de su pensamiento podría interpretarse como un ataque contra el PCCh. Otros temas Tags Alianza EditorialChinaDeng XiaopingMaoísmoMario EstebanPartido Comunista ChinoPedro BañosRafael MartinXi Jinping Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 03 oct, 2024