Emilio de Miguel Calabia el 03 feb, 2025 El 26 de enero de 1950 entró en vigor la nueva Constitución de India. Su artículo 370 establecía que el gobierno indio no legislaría en Jammu-Cachemira sin la “concurrencia” del gobierno cachemirí fuera de lo establecido en el Instrumento de Adhesión, el cual había otorgado a la India poderes sobre las relaciones exteriores, la defensa y las comunicaciones de Jammu-Cachemira. Una orden presidencial subsiguiente señalaría cuáles eran las materias que se enmarcaban en esas tres categorías. La Constitución finalmente afirmó que fuera de su art. 1, que decía que la India era una Unión de Estados, y del 370, ninguna otra de sus disposiciones se aplicaría a Jammu-Cachemira. En agosto-septiembre de 1951 tuvieron lugar elecciones al parlamento del estado. La Conferencia Nacional del muy influyente Sheij Abdullah se llevó los 75 escaños en juego. Uno de sus primeros anuncios fue el reconocimiento y la confirmación de la adhesión de Jammu-Cachemira a la India. El cometido de la Asamblea salida de esas elecciones era elaborar la constitución del estado. Se lo tomó con calma. La constitución no fue promulgada hasta el 17 de noviembre de 1956. Para alivio de los decisores indios, su artículo 1 decía que “El estado de Jammu y Cachemira es y será una parte integrante de la Unión India.” Merece que nos detengamos un momento en la figura del Sheij Abdullah, un hombre tremendamente ambicioso que marcó la política cachemirí hasta su muerte en 1982. Sheij Abdullah se dio a conocer en 1946 cuando lanzó la campaña Quit Kashmir (Abandonad Cachemira). La campaña quería derribar a la opresiva dinastía Dhogri (la de Hari Singh) y reemplazarla por la soberanía del pueblo cachemirí. Aquello fue demasiado para el maharaja, que reprimió el movimiento con dureza y encarceló a Sheij Abdullah, al que condenó a tres años de prisión. Pero Sheij Abdullah tenía muchos seguidores y contaba con el apoyo de Jawaharlal Nehru, quien era nativo de Cachemira. Cuando las cosas se pusieron color de hormiga en octubre de 1947, Hari Singh lo sacó de la cárcel y le puso al frente de la Administración de Emergencia. De 1948 a 1953 ejerció de Primer Ministro. Destacó por tres cosas. La primera fue la atención que prestó a las cuestiones de la tierra: abolió la clase de los terratenientes, fijó límites de extensión a la propiedad de la tierra y redistribuyó tierras a los campesinos desposeídos. La segunda fue participar en la Asamblea Constituyente de la India y garantizar la fórmula por la cual Jammu Cachemira se integraría en la Unión India, una fórmula que fuese respetuosa con el carácter distinto de la región. La tercera fue participar en la elaboración de la Constitución de Cachemira. Con su gran ambición y sus dobleces, Sheij Abdullah se convirtió en un grano en el culo para Cachemira y para la India. En 1953 forzó al indeciso Hari Singh a abdicar en su hijo Karan Singh, el cual sabiamente derrocó a Sheij Abdullah y lo encarceló. Con breves interrupciones, Sheij Abdullah permanecería en la cárcel hasta 1964. En esta ocasión Nehru no le ayudó. Estaba molesto con las reticencias que le había visto en el proceso de adhesión de Cachemira a la Unión India. A finales de los cincuenta la situación en el Himalaya se caldeó. Primero los ingleses y luego los indios, nunca habían pensado que pudieran llegarles problemas por la frontera de los Himalayas. A las elevadas cimas y lo inhóspito del terreno, se unía que Tibet ejercía de Estado-tapón. La invasión china del Tibet en 1951 cambió las coordinadas del problema, aunque Nehru en un principio trató de quitarle hierro. El detonante vino cuando India descubrió que China había construido una carretera a través de Aksai Chin, un área de Ladakh que ambas se disputaban. Los incidentes fronterizos comenzaron a menudear a partir de 1959 cuando el Dalai Lama huyó y encontró cobijo en la India. La guerra se desató en 1962 y fue breve. La ganó China, que consolidó su control sobre Aksai Chin. La guerra trajo cambios en las relaciones entre Cachemira y la India, como también los trajo en las relaciones entre la India y Sikkim,- otro Estado con frontera en el Himalaya (abordé la Historia de Sikkim y su incorporación a la India en una serie de entradas de enero de 2024). De pronto Cachemira estaba en la línea del frente y la India no podía permitirse que tuviera cualesquiera veleidades independentistas. En diciembre de 1964 el gobierno indio extendió la aplicación de los artículos 356 y 357 de la Constitución de la Unión India a Jammu-Cachemira. Esos artículos permitían que el presidente pudiera gobernar cualquier territorio de la Unión si había riesgo de fallos en la maquinaria institucional. Al año siguiente la posición de Sadar-i-Riyasat fue redenominada “gobernador” y la de Wazir-i-Azam, “Ministro Principal”. Esto podría parecer un cambio menor, pero no lo era. Utilizando la misma designación que tenían esos cargos en el resto de los estados, se mandaba el mensaje de que Jammu Cachemira no era diferente de ellos. Nuevamente Pakistán y la India se enfrentaron en una guerra en 1965. Pakistán la inició, infiltrando a insurgentes en Jammu-Cachemira, con la esperanza de que cortasen las comunicaciones de la región y provocasen una rebelión de la población. Pakistán estimó que el Ejército indio aún no se había recuperado de la derrota en la guerra de 1962 con China y que, aunque más numeroso, no podría contra un Ejército pakistaní de mayor calidad. Asimismo Pakistán creía que resultaría sencillo incitar una insurgencia en Cachemira. La guerra duró mes y medio. Aunque a menudo se diga que la guerra terminó en tablas, yo creo que es más justo decir que la India la ganó por la mínima. La India conquistó 1.840 kilómetros cuadrados de tierras fértiles, mientras que las conquistas pakistaníes fueron 540 kilómetros cuadrados de desierto. La guerra terminó de iure con el Acuerdo de Tashkent de enero de 1966. Dado los antecedentes de infiltraciones armadas en Cachemira, las provisiones más interesantes del Acuerdo fueron las que establecían el principio de no interferencia en los asuntos internos de la otra parte y la prohibición de propaganda dirigida al rival. No pocos en la India se quejaron de que el Acuerdo no hubiera incluido alguna disposición taxativa sobre Jammu-Cachemira, reconociendo la soberanía india. Historia Tags Acuerdo de TashkentAksai ChinArt.370 Constitución de la IndiaCachemiraChinaConferencia Nacional de J-KGuerra indo-pakistaní de 1965Hari SinghIndiaPakistánSheij Abdullah Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 03 feb, 2025