Emilio de Miguel Calabia el 03 ago, 2023 Angela Merkel viajó 12 veces a China durante sus 16 años de mandato. Durante su mandato Alemania se convirtió en el primer exportador europeo a China, al tiempo que China se convertía en el principal exportador de la UE en 2020, desplazando a EEUU. El acercamiento de Merkel a China fue realista: evitar la confrontación con un gigante del que hemos llegado a depender tanto, pero sin caer en la ingenuidad de que somos muy amiguitos. Así, Merkel podía hablar sobre derechos humanos en China y encontrarse con activistas de la sociedad civil, pero en privado y sin alharacas mediáticas. Aunque le llevó tiempo, acabó reconociendo cómo el liderazgo chino había cambiado con Xi Jinping y matizó su aproximación en consecuencia. En diciembre de 2021 Olaf Scholtz reemplazó a Angela Merkel y de su política exterior cabe decir que ha prestado mucha atención a Asia. A los cinco meses de haber tomado posesión realizó su primera visita a Asia-Pacífico y escogió Japón como destino, poniendo en valor la comunidad de valores democráticos; visitaría el país una segunda vez en marzo de 2023. En noviembre de 2022 visitó China, Vietnam y Singapur y finalmente asistió a la Cumbre del G-20 en Indonesia. En mayo de 2022 recibió al Primer Ministro indio, Narendra Modi en Berlín y en febrero de 2023 fue el mismo Scholtz quien visitó la India. Es posible que me esté dejando en el tintero algún otro viaje de Scholtz a Asia-Pacífico, pero creo que la idea es clara: a Alemania le interesa mucho Asia. En las relaciones internacionales viajar y recibir visitas es importante, pero todavía lo es más saber lo que quieres. En septiembre de 2020 Alemania se dotó de unas Directrices de política para el Indo-pacífico. Y el 14 de julio pasado desveló su Estrategia para China. Siempre he insistido en la importancia de las introducciones a las Estrategias, porque nos dicen cómo ve el mundo el autor de las mismas. En el caso de la Estrategia alemana los puntos a retener son: 1) El crecimiento económico chino y sus logros en la lucha contra la pobreza no han ido acompañados de un progreso paralelo de los derechos civiles y políticos; 2) La estrategia económica de China ha buscado hacerse menos dependiente de otros países, al tiempo que hacía que las cadenas de producción internacionales se volviesen más dependientes de China; 3) China está persiguiendo sus propios intereses de manera más asertiva y está intentando remodelar el orden internacional basado en reglas existente; 4) Al mismo tiempo es un socio esencial para hacer frente a los retos globales. Haciendo hincapié en este análisis en un apartado posterior del documento, se lamenta de la reducción de los contactos con la sociedad civil y señala que “La ampliación del papel jugado por el Partido Comunista de China y el foco en la seguridad y la estabilidad han ido acompañados de un retroceso en los derechos civiles y políticos.” Lo anterior no impide que Alemania siga mostrándose abierta a los intercambios científicos y académicos abiertos, a los contactos entre las sociedades civiles y a la conexiones culturales beneficiosas para ambos. En el terreno económico Alemania cree que ambos pueden aprovecharse de unas relaciones que se basen en la competencia justa y en una aproximación liberal al acceso al mercado y a las condiciones de la inversión. Al igual que la Estrategia de la UE para China de 2019, la Estrategia alemana concluye que China es simultáneamente un socio, un competidor y un rival sistémico. En tanto que socio, China es un país indispensable para combatir el cambio climático, preservar la biodiversidad y promover las energías renovables, de las que es el principal productor; asimismo puede contribuir a la salud global. En cuanto a la competición es algo habitual en las relaciones económicas y comerciales y es sana en tanto en cuanto el terreno de juego sea el mismo para todos y se base en reglas justas. Finalmente está la cuestión más peliaguda de la rivalidad sistémica. No sólo es que China y Alemania tengan concepciones diferentes de cómo debería ser el orden internacional; lo preocupante es que quiera influir sobre el orden internacional conforme a los intereses de un sistema de partido único y busque relativizar los fundamentos del orden internacional basado en normas, empezando por los DDHH. Una cosa especialmente interesante es que la Estrategia resalta que está alineada con la política de la UE hacia China y tiene como uno de sus fundamentos la coordinación constante con los demás Estados miembros. Alemania pretende que su Estrategia contribuya a una política coherente de la UE hacia China. En un momento dado dice: “Sólo una UE que actúe de concierto, en la que todos los Estados miembros representen los intereses europeos puede lograr resultados en la cooperación con China y mantener sus posiciones en la competición y rivalidad sistémica con China”. Me parece muy significativo que el Estado más potente de la UE insista en que naveguemos todos en la misma dirección y vea su Estrategia como una manera de promover los objetivos de la UE. La realidad es que el mundo se ha convertido en un lugar muy peligroso para las potencias medias; sólo nos salvará la unión. Una propuesta alemana muy interesante es la creación de un nuevo formato de cumbres con China en las que participen los Jefes de Estado y de gobierno de los 27, así como los líderes de las instituciones europeas. Sería una manera de garantizar un enfoque unido en las relaciones con China y salir de formatos disruptivos como el antiguo 16 +1 en el que Estados de Europa Central y Oriental tanto miembros como no-miembros de la UE dialogaban con China sobre infraestructuras sin coordinarse con los restantes miembros. Otros temas Tags AlemaniaAngela MerkelChinaEstrategia alemana hacia ChinaEstrategia de la UE para ChinaOlaf Scholtz Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 03 ago, 2023