En la intimidad de su despacho, Jorge Rodríguez, uno de los tantos altos cargos del régimen de Nicolás Maduro sancionado por los EEUU, va tejiendo la caída de su próxima víctima, nada menos que la Asamblea Nacional, mayoritariamente opositora, elegida democráticamente en el 2015, y que tiene el mandato de continuar más allá de su vencimiento quinquenal del 5 de enero.
Al ex ministro de Comunicación y jefe del comando de campaña chavista del régimen de Nicolás Maduro, le interesa despejar los obstáculos del camino para alzarse con el parlamento en los comicios legislativos del 6 de diciembre, y para ello impone las amenazas que forman parte de su estilo de lanzar predicciones que después serán auto cumplidas.
Rodríguez amenaza con meter en la cárcel a los diputados opositores. Promete que la futura Asamblea Nacional madurista será reestructurada. “Ni un solo crimen quedará por investigar, le cobraremos todos los crímenes que tienen desde el 2015, no quedaran impunes”, sentencia.
Su especialidad es urdir el plan, anunciar lo que va a ocurrir, por lo general alguna conspiración, atentado o magnicidio contra el régimen o algo catastrófico en el país, y de paso se lo atribuye a la oposición. Presenta ante las cámaras de televisión el plan detallado como si fuera el guion de una película con diferentes episodios y personajes de la oposición en términos tácticos.
Las verdaderas víctimas de la trama inventada en laboratorios chavistas no deben preocuparse por la actuación porque los mismos autores del libreto los ponen a leer y hacer falsas confesiones bajo coacción, drogados y torturados como en los casos de los diputados Yon Goicochea y Juan Requesens.
No es la primera vez que el ex ministro de la propaganda chavista, seguidor del mentiroso nazi Joseph Goebbels, planifica y ejecuta los planes de aniquilación y conspiración contra los opositores venezolanos. Es el más inteligente y el que mejor se expresa de todos los chavistas, según el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Así ha sido en todos los cargos clave que ha ocupado durante las dos décadas que lleva en el poder el chavismo.
Pero además el psiquiatra Rodríguez es manipulador, astuto, maquiavélico, siniestro y vengador según lo retrata la periodista Ybeyise Pacheco en su libro “Los hermanos siniestros”, un excelente relato de ficción real, que junto a su hermana Delcy, forman la pareja perversa que ha llevado al desastre y la destrucción de Venezuela.
Un caso de conspiración ocurrido en mayo pasado revela de cómo manipula el deseo que tienen los militares disidentes de derrocar a Maduro con la falsedad de los hechos. Se trata de la Operación Gedeón que el régimen dirigió y financió, y que se lo atribuye a la oposición. Emboscaron el desembarco falso en las costas de La Guaira, en Macuto, donde masacraron 8 soldados, causando una profunda herida entre los ingenuos opositores que confiaron en el plan anunciado.
Su último caso de manipulación y montaje fue el “secuestro” del periodista Roland Carreño. El jefe de la propaganda chavista lo acusa de conspiración, terrorismo y portador de armas de guerra. Le planta “evidencias” inverosímiles y lo pone a leer una confesión preparada previamente que hasta un niño se reiría de su falsedad.
La perversidad y la maldad del siniestro ex ministro no tiene límites. Su próximo paso es ponerle las manos a todo el parlamento legítimo de la oposición para seguir reinando sin que nadie se le interponga en un país que se cae a pedazos, arruinado por la corrupción de los mismos chavistas.
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