Ludmila Vinogradoff el 10 nov, 2010 Sakineh Ashtiani Al presidente venezolano Hugo Chávez le piden de todo hasta de las cosas más inverosímiles, entre ellas, que salve la vida a la iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani, un nombre difícil de escribir y de pronunciar, condenada en Teherán a morir ahorcada, de un momento a otro, por matar a su marido, quien sabe en qué circunstancias. La Mesa de la Unidad Democrática, MUD, la alianza opositora venezolana, le ha hecho un pedido a Chávez: que interceda ante su amigo el presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad, para que suspenda la sentencia de muerte dictada contra la señora Ashtiani. La MUD que ganó con el 52 % de los votos en las legislativas del pasado 26 de septiembre pero que sólo obtuvo 65 de los 165 escaños del parlamento venezolano, apoya la creciente preocupación de la comunidad internacional por la vida de esta mujer iraní, que piden anular su condena a muerte. “Ante informaciones que indican que la monstruosa y desproporcionada ejecución en la horca puede darse de manera inminente, en un acto cruel e inhumano, que atenta contra los derechos humanos fundamentales, que remueve conciencias y genera un sentimiento de adhesión con la causa de Sakineh Asthiani, madre de dos hijos; apelamos a las autoridades iraníes a escuchar las voces de la comunidad internacional y atender los reclamos para cesar en este tipo de prácticas aberrantes como lo es la aplicación de la pena de muerte, la cual condenamos como país abolicionista”, dijo la alianza opositora venezolana. Ashtiani, nacida en Irán en 1967, y presa desde 2005, ya ha recibido 99 latigazos por adulterio a su marido que ya estaba muerto antes de que le montaran los cuernos desde hace tiempo. Y sin embargo, los jueces iraníes la condenan a la horca. El presidente Chávez tiene un gran desafío en estos momentos. Se puede convertir en el salvador de Ashtiani. Su vida la pide Amnistía Internacional y cientos de ONG de los Derechos Humanos. Y toda la oposición venezolana. Chávez tiene la oportunidad de erigirse como el defensor de las mujeres, incluidas las del mundo machista musulmán, si logra que su amigo Ahmadinenejad le cancele la pena de muerte. Para algo son los amigos y panas (cuates), ¿verdad?. Chavez y Ahmadinejad Y si quiere ir más allá del rescatador de mujeres como el francés Sarkosy tomando pantalla internacional, que vaya a Teherán y rescate a la iraní Ashtiani, y se tome sendas fotos con ella para la galería. Tendrá un aplauso internacional seguro y garantizado. GenteOtros temaspolíticaSociedad Tags cháveziranmahmud amadinejadmuertepenasakineh ashtianisalvar Comentarios Ludmila Vinogradoff el 10 nov, 2010