El 28 de junio se conmemora el movimiento de liberación homosexual que nació con los disturbios del bar Stonewall de Nueva York, en 1969. Mucho después, el 12 de junio de 2016, 50 personas fueron asesinadas en la discoteca de ambiente homosexual Pulse de Orlando. Para apoyar a las víctimas, Marc Andreyko y Jamie S. Rich recabaron la ayuda de escritores, dibujantes, coloristas y otros creadores afines al cómic de todo el mundo para la edición de una obra benéfica. La propia J. K. Rowling permitió que los personajes de Harry Potter formasen parte de la misma. Love is Love, que así se llama el libro resultante, ganó el último premio Eisner a la mejor antología y en poco tiempo se ha convertido en un referente.
Para Love is Love escribí un poema, “Furioso, Orlando”, que remite al Orlando furioso de Ariosto. Maravillosamente ilustrado por José Villarrubia, se publicó en inglés con una hermosa adaptación a cargo de David Drake. Sin embargo, el texto permanece inédito en español. Aquí está, como una pequeña contribución al Día Internacional del Orgullo.
Furioso, Orlando
A las víctimas de la tragedia de Orlando
Una donzella dunque de’ morire
perché lasciò sfogar ne l’amorose
sue braccia al suo amator tanto desire?
Sia maladetto chi tal legge pose,
e maladetto chi la può partire!
ARIOSTO: ORLANDO FURIOSO, IV-63
I
Furioso, Orlando agacha la cabeza,
se aparta a un lado y se queda en silencio.
Está a un paso de perder la firmeza.
“¿Qué es –se dice- esto que presencio,
tanta pena y horror, tanta vileza?
El mundo está loco, yo lo evidencio”.
Afligido, abandona el escenario
del mal y se va, triste y solitario.
II
Maldice a aquel que confunde el anhelo
de amar, que nada sabe de estas cosas,
de los cuerpos deseosos de un cielo
en la tierra, de sonrisas hermosas,
de labios que se encuentran y un revuelo
de caricias y miradas airosas.
Empieza a comprender que, ante la muerte,
a veces la locura es la más fuerte.
III
Furioso, Orlando ayuda con las ropas
olvidadas, recoge los despojos
de la fiesta interrumpida, las copas
rotas, el eco de gritos y enojos.
Como inútil caballero sin tropas,
siente una angustia que aflora a los ojos.
Quien se ha creído el dueño del castigo,
de sí mismo es su peor enemigo.
IV
Vuela raudo, Hipogrifo. Ve y rescata
a los hombres que aman a hombres iguales,
a la mujer que su destino ata
a otra mujer, a aquellos pasionales
que procuran una vida más grata,
a quien muestra placeres ancestrales.
Los llevas al país de la cordura,
al otro lado de esta zona oscura.
V
Furioso, Orlando piensa en los errores
comunes de culturas diferentes:
desprecios y arrebatos destructores
contra aquel que es distinto de otras gentes:
“Aquí no hay sitio para transgresores”,
comentan con la inquina entre los dientes.
Y al primer indicio de las alarmas
todos a un tiempo disparan sus armas.
VI
¿Quién lo ha hecho, qué canalla, qué bruto
viene a perturbar las horas felices?
¿Quién, más miserable y atroz que astuto,
quiere borrar del amor los matices?
Vil poseedor de un poder absoluto,
si algo no entiende arranca sus raíces.
Se ve que te asusta aquello que ignoras.
El miedo nutre tus ansias censoras.
VII
Suspiros de mármol, flores de piedra…
Hay sombras que bailan músicas mudas,
riegan con sangre los brotes de hiedra
y lloran de pena las almas viudas.
Furioso, Orlando observa que medra
el odio, el dolor, la rabia, las dudas…
Furioso, Orlando ruega por el alma
de quien quiere y no puede amar en calma.
@Pedro_Villora
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