El envejecimiento es una condición de vida e inevitable, pero existen muchas maneras de envejecer y distintos factores pueden ralentizar este proceso, evitando de esta manera enfermedades prematuras y ayudándonos a vernos y sentirnos más jóvenes. Y en esto tiene mucho que ver nuestra alimentación.
Evidentemente llevar un estilo de vida saludable es primordial para alejarnos de los procesos oxidativos. De manera que evitar hábitos tóxicos como el consumo de tabaco, alcohol, tener una vida activa y mantener a raya el estrés son vitales, pero hoy nos centraremos en 5 alimentos que puedes incluir en tu alimentación que te ayudarán a frenar ese envejecimiento prematuro.
Los famosos radicales libres son moléculas inestables altamente reactivas caracterizadas por la ausencia de pareja para uno o más de sus electrones y que en alta concentración en nuestro organismo pueden causar daño celular, acelerar el proceso de envejecimiento y fomentar la aparición de múltiples enfermedades.
La clave está en añadir a nuestra alimentación alimentos ricos en sustancias antioxidantes, que serán los encargados de neutralizar estos radicales libres y de esta manera frenar este envejecimiento.
Así que, no te olvides de añadir semanalmente estos alimentos a la lista de la compra:
Frutos rojos: las fresas, arándanos, uvas y en general todas las bayas no solo van a aportar grandes cantidades de antioxidantes (ácido fenólico y polifenoles) a, sino que además también tienen un efecto antiinflamatorio. Encima son alimentos con muy bajo contenido calórico y con un sabor increíble. Si no es temporada (están carísimos), no te preocupes, en prácticamente todos los supermercados puedes encontrar en la sección de congelados y los puedes incluir en batidos, el yogur y no pierden propiedades.
Aceite de oliva virgen extra: una verdadera fuente de salud, ya que además de contener sustancias antioxidantes como la vitamina E, el ácido oleico y polifenoles contiene hidroxitirosol, que es capaz de reducir los procesos neurodegenerativos y además tiene efectos positivos en el colesterol sanguíneo y la glucemia postprandial (nivel de glucosa después de comer).
Verde que te quiero verde: las verduras, especialmente las coles y las de hoja verde son ricas en sustancias antioxidantes (polifenoles y los compuestos de azufre) y deberíamos añadirlas en nuestra alimentación diaria. Además nos van a aportar calcio y otros minerales con el magnesio, zinc y potasio tan necesarios para cuidar de nuestra salud. Su contenido en fibra es altísimo y encima la mayoría de su composición es agua, por lo que nos permitirá mantenernos hidratados (que poco hablamos de la hidratación y es la base de la vida).
Frutos secos: ricos en polifenoles, ácidos grasos omega-3 y vitamina E. Podemos incluirlos en nuestra alimentación diaria en una cantidad de 30 gramos al día.
No solo se ha asociado con una menor incidencia en el desarrollo de Alzheimer, sino que además reducen el riesgo cardiovascular y reducen la grasa visceral. Eso sí, tostados o al natural y sin sal.
Pescados azules: ricos en ácidos grasos omega- 3 que además de su papel antioxidante tienen efecto antiinflamatorio. Puedes incluirlo en tu alimentación al menos 2 veces a la semana, procurando consumir distintas variedades y a ser posibles las de menor tamaño (ya que son las que bioacumulan menos mercurio). Por ejemplo boquerones, arenques, caballa y sardinas.
Envejecer es una realidad que vivimos todos, pero envejecer más lentamente y con más salud es una decisión que podemos tomar día a día con nuestros hábitos. Recuerda además que de nada servirá incluir estos alimentos en tu dieta si estás consumiendo grandes cantidades de alimentos ultraprocesados, no descansas adecuadamente o tienes una vida sedentaria y con estrés. Mi recomendación, ve añadiendo cada uno de estos hábitos poco a poco y verás como pronto notas los resultados.
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y farmacéutica
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